Jugando a las definiciones, aquí va un par mías:
Amar: Fastidiarse lo que haga falta y con una sonrisa para que el otro sea feliz.
Corresponder: Impedir que el otro se fastidie por hacerte feliz, o compensarle con creces para que le haya merecido la pena.
El mundo está muy mal repartido. Le sigo dando vueltas a la filosofía del colega Chema, en el que un niño llamado Destino va encajando piezas de un puzzle tal y como le apetece.
Luego no paras de encontrarte con una secuencia de frases de diferentes personas, que casi son estándar. Frases que contienen «Prefiere irse con los amigotes», «No me hagas mucho caso, tal vez estoy pidiendo demasiado», «No sabe valorar lo que hago» y cosas por el estilo. Tal vez a más de uno le resulten familiares.
Hace algún tiempo escribí algo, dedicado para los que sí están ahí y no les hacen caso, los caídos en el combate de la vida, que saben que su felicidad a largo plazo viene marcada en una grandísima parte por la persona que escojan para afrontar los momentos duros de la misma (porque también es fácil oír «cuando estamos solos estamos bien»... pero eso tiene el mismo mérito que mantener el equilibrio tumbado en la cama). Que no es por ser agorero, pero seguro que esos malos momentos no son pocos (los buenos tampoco, con algo de suerte, y también hay que saber encontrar a la persona adecuada con quien disfrutarlos).
Para todas las almas perdidas, por ambos lados, aquí van mis
Amar: Fastidiarse lo que haga falta y con una sonrisa para que el otro sea feliz.
Corresponder: Impedir que el otro se fastidie por hacerte feliz, o compensarle con creces para que le haya merecido la pena.
El mundo está muy mal repartido. Le sigo dando vueltas a la filosofía del colega Chema, en el que un niño llamado Destino va encajando piezas de un puzzle tal y como le apetece.
Luego no paras de encontrarte con una secuencia de frases de diferentes personas, que casi son estándar. Frases que contienen «Prefiere irse con los amigotes», «No me hagas mucho caso, tal vez estoy pidiendo demasiado», «No sabe valorar lo que hago» y cosas por el estilo. Tal vez a más de uno le resulten familiares.
Hace algún tiempo escribí algo, dedicado para los que sí están ahí y no les hacen caso, los caídos en el combate de la vida, que saben que su felicidad a largo plazo viene marcada en una grandísima parte por la persona que escojan para afrontar los momentos duros de la misma (porque también es fácil oír «cuando estamos solos estamos bien»... pero eso tiene el mismo mérito que mantener el equilibrio tumbado en la cama). Que no es por ser agorero, pero seguro que esos malos momentos no son pocos (los buenos tampoco, con algo de suerte, y también hay que saber encontrar a la persona adecuada con quien disfrutarlos).
Para todas las almas perdidas, por ambos lados, aquí van mis
Disculpas
Necesito, hoy más que nunca
pedirte perdón
por las veces que te deje sola
cuando más lo necesites,
por cuando el trabajo sea lo primero
y tú tengas que esperar.
Perdona, porque a veces
necesitarás algunas cosas
que no podrás conseguir
y no podré apoyarte.
Perdóname cuando esté insoportable
o cuando no te comprenda;
cuando no sepa llevarte
si eres tú quien está mal.
Cariño, perdona
cuando no esté contigo.
Sabes que yo no querría
hacerte infeliz.
Perdóname cuando ya no haya magia,
y todo sea pura inercia,
cuando cada día que pase
sea una réplica del anterior.
Perdona que te olvide algunos días,
que cesen los detalles
si es que alguna vez
recibiste alguno, no recuerdo.
Espero que me puedas perdonar
por no ser yo quien viva contigo.
Espero que tú puedas perdonarme,
porque yo no podré
ni perdonarme
ni perdonarte.
Necesito, hoy más que nunca
pedirte perdón
por las veces que te deje sola
cuando más lo necesites,
por cuando el trabajo sea lo primero
y tú tengas que esperar.
Perdona, porque a veces
necesitarás algunas cosas
que no podrás conseguir
y no podré apoyarte.
Perdóname cuando esté insoportable
o cuando no te comprenda;
cuando no sepa llevarte
si eres tú quien está mal.
Cariño, perdona
cuando no esté contigo.
Sabes que yo no querría
hacerte infeliz.
Perdóname cuando ya no haya magia,
y todo sea pura inercia,
cuando cada día que pase
sea una réplica del anterior.
Perdona que te olvide algunos días,
que cesen los detalles
si es que alguna vez
recibiste alguno, no recuerdo.
Espero que me puedas perdonar
por no ser yo quien viva contigo.
Espero que tú puedas perdonarme,
porque yo no podré
ni perdonarme
ni perdonarte.
2 comentarios:
La última estrofa me ha conmovido, como siempre en estos temas, dices mucho más de lo que escribes.
Precioso. Incluso sin ser la rareza de "http://estenoeselblogqueestaisbuscando.blogspot.com/2005/02/chico-busca-maravilla-esta-noche-no-me.html" me gusta sentirme identificada ;)
Un beso
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