23.12.08

Felicidades (Esta mañana me he levantado...)

Porque los que me conocen saben que no es algo que diga protocolariamente. Porque cuando lo digo es que de verdad deseo que esa persona alcance niveles obscenos de alegría continuada en su vida. Porque te lo has currado durante un número igualmente feliz de años (cuarenta y cuatro, quién lo diría viendo la estupenda forma en la que estás... yo mismo la envidio :)). Porque eres una profesional de la enseñanza de las que habría que crear ejércitos de clones, porque eres una mujer tan inteligente como sensible y divertida, porque aúnas la sabiduría de la madurez con la capacidad de ilusionarse y asombrarse de una niña. Porque eres una madre excepcional (si algún día mi hija me dijera que quiere disfrazarse de Darth Vader, lloraría de la emoción). Porque tienes una energía incombustible, incluso cuando piensas que se te ha venido todo el mundo encima (o, sobre todo, entonces). Porque detrás de la apariencia de indestructibilidad, se esconde una niña asustadiza que necesita cariño. Porque a veces no te crees que mucha gente te quiere, porque no se te sube a la cabeza todo lo que eres. Porque aún puedes y quieres ser todavía más y mejor. Porque una chica excelente es poco para describirte. Porque la vida te ha tratado mucho peor de lo que mereces, y tiene una deuda enorme pendiente contigo, que espero que sabrá compensar, bien a la vez o de poquet a poquet. Porque dominas como cuatro idiomas y chapurreas un par más. Porque eres la más poderosa ingeniera de letras que conozco. Porque, además, conoces y comprendes los secretos de los números a niveles casi sacrílegos. Porque los amas. Porque no te contienes, independientemente de que sea porque no sepas o porque no quieres. Porque tienes una personalidad arrollante, aunque te preocupe espantar a la gente con ella. Porque podría pasarme toda la noche dando razones que no haría falta que dijera, pero que estoy diciendo (sólo algunas) porque sé que te gusta y quizá incluso necesites oírlas. Porque me gustaría meter un altavoz en Internet para que, en cada ordenador, se escuchara estrepitosamente fuerte que lo fenomenal que eres.

Por todo eso, y mucho, mucho, mucho más, felicidades, Glo. Y disculpa por llegar tarde... o pronto... o lo que sea...

20.12.08

Nadie lo dijo.

—Lo que menos me podía esperar de ella es que hiciera eso. Se ha comportado como una asquerosa. Podría haber ido a recogerles.

La terraza de aquel local de comida rápida parecía un hormiguero en hora punta. Con el frío del invierno, se agradecía el sol de la sobremesa acariciando la espalda propia, mientras observaba la gente de mi alrededor, con especial interés en la pareja de enfrente y sus revoltosos hijos.

—Ha dicho "asquerosa". Papá, mamá ha dicho "asquerosa".

—No he dicho "asquerosa", he dicho... "antipática".

—No, papá. Ha dicho "asquerosa".

—Tu madre ha dicho "antipática".

—"Asquerosa".

—Te lo has ganado, otro día más sin jugar a la consola.


Y me quedé pensando en qué clase de mundo es en el que se castiga decir la verdad. En lo difícil que puede resultar ser niño. Como dijo la poetisa, nadie dijo que fuera a ser fácil. Nadie dijo que fuera a ser justo.

14.12.08

El día de autos de Efe Eme (Esta mañana me he le vantado...)

Como fan acérrimo de Doctor Divago, es mi deber y mi orgullo (heterosexual) difundir el enlace de descarga gratuita de su disco-parada-de-los-monstruos, "El día de autos". Más metainformación aquí, pero si sólo necesitas lo imprescindible para escucharlos cuanto antes, empieza a descargar el disco pinchando aquí.

¡Por muchos años, revista Efe Eme y gracias a ambos por el regalo!

9.12.08

Recordatorios (Esta mañana me he levantado...)

Dos cosas que quería comentar y se me llevan olvidando varios días (y semanas).

La primera, que hace casi cuatro meses que me rapé al cero y me desapareció la manía de rascarme la cabeza por completo (ha dejado de ser una compulsión, se me han restañado las heridas y controlo mis manos). Es increíble lo simple que ha sido, los años que llevaba mi subconsciente diciéndome "Rápate al cero y se te pasará" y mi consciente replicándole "¿Qué tontería es ésa? Si me rapo me dará más ganas de rascarme aún". Moraleja: hay que hacer caso más a menudo a la parte reptiliana.

La segunda, que en COU teníamos un cuadro del Rey en el aula (hasta entonces, no tengo conciencia de haber tenido cuadros del Rey en el aula). Hacia mitad de curso, me cansé de lo soso del cuadro y le cambié la foto por una de Elvis (a fin de cuentas, seguía siendo el cuadro del Rey). A la gente de clase le pareció mucho mejor. Pero a la semana siguiente, se habían cargado la foto de Elvis (que estaba impresa con todo mi cariño y la mejor resolución y papel fotográfico del que disponía en la impresora) y volvía a estar la foto original. que había dejado detrás de la de Elvis durante el cambio. La volví a cambiar (esta vez por un póster del Episodio I, sin duda mucho más vistoso para la clase, le daba un toque de color) y a la semana siguiente volvió a estar la foto original. Tras unas cuantas semanas de tira y daca, al final me cansé y quité también la foto del Rey. Si no iban a dejar una decoración emitida democráticamente (toda la clase estaba de acuerdo en que eran mejores las fotos alternativas), entonces prefería que se quedara el marrón del cartón trasero. Al menos, se podía entender como arte más abstracto... Un monumento a la sinrazón, o algo. Los alumnos deberían poder elegir la decoración del lugar donde van a pasar la mayor parte de su vida (de alumno).

7.12.08

Para la hija de Fernando (A veces pasan cosas)

Quería comenzar diciéndote que aunque esto sea un meme, de todas formas ya me había planteado decir algo sobre el tema. Luego he pensado que quizá no sepas qué es un meme, y quizá sea un buen momento para explicarte, en parte, por qué te están lloviendo golpes sin saber muy bien qué has hecho o qué ha hecho tu padre para recibirlos.

Hay teorías que hablan de que existe un tipo de vida más allá de la puramente física. Y no, no se refieren a un espíritu santo ni ninguna mitología de las que os traen de cabeza estos días. Estas teorías (más bien "hipótesis") sugieren que ciertas "formas de pensar", ciertos "temas de pensamiento", tienen una especie de vida propia; quizá te quede más claro si te hablo, por ejemplo, de las modas o de un determinado juego que se impone por épocas en el patio del colegio. Nadie sabe muy bien por qué surgen, ni cómo se van moviendo de colegio en colegio, pero el hecho es que nacen, crecen, se reproducen y mueren como haría un ser vivo.

Uno de estos memes clásicos es el de la religión (entendido como la necesidad del hombre para tranquilizarse antes las potentísimas fuerzas de la naturaleza ajenas a su control). Probablemente surgió desde la primera vez que un humano autoconsciente vio el sol ocultarse en el horizonte y tuvo miedo de que no volviera a salir nunca más, y todo quedara permanentemente en tinieblas (y por eso empezó a idolatrarlo como un ser poderoso que da calor y luz, que da la vida). También tuvo miedo cuando vio que sus seres queridos morían, y se descomponían hasta convertirse en nada, que él mismo moriría y se convertiría en nada. El miedo hacia lo que no tenemos control, el miedo de la ignorancia de no entender por qué ocurren las cosas, y la autocomplacencia de creer que siguiendo ciertos rituales conseguimos un cierto control sobre esas cosas (por ejemplo, sacrificar animales al Dios Sol para que resurja al amanecer sería un ritual religioso de esa época) hicieron surgir los primeros movimientos religiosos.

Con el tiempo, las religiones han ido mutando y convirtiéndose en más complejas; siempre de la mano de alguien que cree estar más cerca de la divinidad y que tiene más control que los demás (y por tanto, la potestad para decidir por ellos) surgieron formas cada vez más elaboradas y complicadas de rituales y relaciones divinas: los solsticios, que indicaban los cambios más acusados de estaciones y que estaban relacionados con la época de las cosechas, las épocas de inundaciones y sequías, los cada vez más variopintos dioses que se encargaban de las cada vez más numerosas facetas que los humanos dominaban (la agricultura, la pesca, la ganadería, la fabricación de armas, la guerra, la construcción, y un largo etcétera).

Para que la gente que dominaba esas religiones (chamanes, sumos sacerdotes, lo que fuera) se asegurara de que sus seguidores permanecían fieles a los ritos (y ten en cuenta que esa gente era siempre muy simple e iletrada, con el mayor miedo a lo desconocido), procuraban inventar y difundir historias para acrecentar ese miedo, donde los dioses vengativos castigaban a todos los que osaban no genuflexionarse a su voluntad. Curiosamente, esa voluntad sólo la podían saber esos sumos sacerdotes o chamanes. Supongo que ya me sigues.

Por supuesto, si había alguien a quien era necesario meterle miedo para no destruir todo el sistema creado (y la posible pérdida de poder de la casta religiosa) era a aquellos que se tomaban esas historias como lo que eran, cuentos para meter miedo y controlar a otra gente. A esta gente no se le podía meter miedo, así que la alternativa para callarles la boca era obvia: había que matarles. Y así surgieron los "infieles", los que no se movían por una fe ciega hacia un culto o un líder, y que eran los enemigos de los fieles porque eran ellos quienes provocaban las iras de los dioses, y por ello sus venganzas. Bueno, o eso decían los sacerdotes, a quienes no les faltaban seguidores con ganas de hacer daño a otras personas (la sed de sangre, otro meme innato a la especie humana, muy amiga de la religión).

Imagina que hace unos dos mil años, de entre las religiones imperantes de una zona del planeta (el politeismo de Grecia y Roma, con unas historias enrevesadas que eran la "telenovela" del momento, y el judaismo, seguidor desde tiempos remotos de un dios único muy estricto), surge un movimiento que, a grandes rasgos, viene a quejarse de tanto derramamiento de sangre por distinciones de creencias o de sexo o de razas, de tanta hipocresía al decir que se tiene fe en algo y luego se actúa de forma completamente opuesta. Ese movimiento tiene la osadía de decir, ni más ni menos, que todos deberíamos dejar de lado esas pequeñas diferencias y querernos por igual.

Es precioso, ¿verdad? Oh, pero somos humanos. Además del meme de la religión y el meme de la sed de sangre, sigue estando el meme de la necesidad de poder, la otra gran fuerza amiga de las anteriores y con las que se ha combinado durante toda la Historia. La gente que dominaba el mundo y el pensamiento de tantas personas no podía admitir que, en caso de que hubiera un dios, éste tratara a toda la gente por igual y todos pudieran acceder a él sin necesidad de "personas especiales" intermediarias. Así que, como ocurre con el teléfono loco (¿alguna vez has jugado? Es muy divertido) empezaron a pasar el mensaje una y otra vez, distorsionándolo a propósito cada vez un poquito más, hasta que al final el mensaje decía "Tenéis que hacer lo que se proponga desde las altas esferas de la Iglesia, que son los que tienen el mayor contacto con Dios y los únicos capaces de decidir en estos aspectos, ya que si no lo hacéis estaréis enfadando a Dios e iréis al Infierno a sufrir eternamente; por el contrario, si hacéis lo que os proponemos, cuando os muráis tendréis un lugar privilegiado en el Cielo, donde seréis siempre felices".

Si eres tan inteligente como lo es tu padre, habrás visto enseguida que el mensaje original y el que nos ha llegado es "sutilmente" distinto. Así que, hoy por hoy, existe hordas de gente que cree que está siguiendo a quien dijo "queréos todos mucho" odiándoos y tratando de haceros la vida imposible, sólo por pretender que en las escuelas deje de haber un innecesario símbolo de sufrimiento de una religión construida a base de fagocitar otros símbolos que ya existían en el momento de su creación.

Hazme un favor, pequeña: intenta aprender religión. Pero no "Iglesia Católica Apostólica Romana", que es lo que se da hoy en día. Aprende Historia (y Prehistoria) de las religiones. Lo necesitarás para entender hasta qué punto los que se meten con tu padre, los que se meten contigo, son gente insensata e insensible que creen que están haciendo lo correcto. Lo necesitarás para saber por qué es tan importante que exista gente como tu padre que defienda la sensatez de una vida simplemente normal, sin vivir bajo el yugo de supersticiones ni mitologías. Y si te dicen que si no quieres religión, entonces también se cargan las Navidades... tráelos a hablar conmigo, y les explicaré de mil amores cómo su religión ROBÓ la festividad anterior que existía en esas fechas (la del solsticio de invierno que comentábamos antes, ¿recuerdas?), consistente en la celebración del inicio de la temporada en el que los días empiezan a ser más largos y existe más luz, cuando "llega la luz al mundo". Les explicaré cómo ellos pretendieron que esa fiesta significara lo que ellos quisieran para atraer más gente a "su fiesta". Es como si te metieras en la fiesta de cumpleaños de un amigo y pretendieras haberla montado tú. Es muy rastrero, ¿verdad? Pues así de rastrera es la gente que ahora se mete con vosotros. También se mete con nosotros, indirectamente. Y por eso escribo esto, por eso quiero dejar este escrito de constancia de que "estamos aquí, estamos con vosotros".

El solsticio de invierno marca el momento del año en el que los días empiezan a ser cada vez más largos y luminosos, recuérdalo. Cada vez habrá más luz, cada vez florecerán más y más las plantas, hará más calor. Es necesario que lo recuerdes, porque tu padre está intentando, en nombre de otra mucha gente, luchar contra la oscuridad que nubla los cerebros de esa otra gente, contra la oscuridad que tiene miedo y necesita que los demás teman con ella.

Ayúdale a difundir la luz, y dale un abrazo de mi parte. No está solo, ni tú tampoco. No estamos solos. Feliz solsticio de invierno para todos.

23.11.08

3³ (Esta mañana me he levantado...)

El pasado 16 fue mi cumpleaños. Pese a estar en un momento personal estupendo, algunas charlas aquí y allá me ponen de manifiesto una enorme lista de aspectos a pulir, cosillas con las que consigo con total éxito sacar de sus casillas (cosillas, casillas, jis) a muchos colegas, incluso gente que me conoce desde hace tiempo. No está mal, la información siempre es bien recibida.

Para futuras consultas: aunque en general todo va bien, ahora mismo (y desde hace unas semanas) estoy agotado, con un resfriado mal curado, tos, mocos varios (mofletes y nariz irritados por los pañuelos, noches con sensación de ahogo por los mocos en la garganta, ruidos mucosos en los pulmones), la rodilla izquierda fastidiada (por una caminata demasiado forzada por Valencia durante el Congreso de Videojuegos de la pasada semana). Ah, y llevo sueño retrasado. En resumen, todos los sistemas malfuncionales. Cosa de la edad...

1.11.08

De película (A veces pasan cosas)

Si dijera que el mundo del cine es una cuna de ilusiones, estaría siendo más obvio que de costumbre. La gente ve cine para evadirse hacia un mundo donde "pasan cosas chulas", y fuera de ahí se monta sus propias películas sobre asuntos de lo más cotidiano. ¿Por qué somos tan propensos a imaginar cosas que sabemos que seguramente no van a suceder?

Pongamos que en la vida real tienes un viaje previsto, con un colega. Por algún motivo se descuelga la compañía, y decides invitar a una chica que te gusta pero con la que apenas has hablado (y a quien probablemente le parecerás un acosador en el mejor de los casos). Aunque sepas a priori que te va a mandar a hacer gárgaras, no puedes evitar pensar en que, al final y en el último minuto, llegará corriendo tras el autobús justo cuando se pone en marcha, gritando llorosa "No te marches sin mí, Joe".

Pensándolo bien, si no funciona no pierdes nada, pero... ¿y si funciona? Ése sería un gran comienzo para una historia.

Algo así debió pensar el tipet que modificó el videojuego "Chrono Trigger" para pedirle matrimonio a su novia, añadiéndole un nivel nuevo en el que relataba la historia de su relación. Nota mental...

29.10.08

Pervertidos (A veces pasan cosas)

masoquismo.

(De L. von Sacher-Masoch, 1836-1895, novelista austriaco).

1. m. Perversión sexual de quien goza con verse humillado o maltratado por otra persona.

2. m. Cualquier otra complacencia en sentirse maltratado o humillado.



Subrayo términos interesantes: perversión, gozar, complacencia, maltratado, humillado.

Ahora veamos ésta:

religión.

(Del lat. religĭo, -ōnis).

1. f. Conjunto de creencias o dogmas acerca de la divinidad, de sentimientos de veneración y temor hacia ella, de normas morales para la conducta individual y social y de prácticas rituales, principalmente la oración y el sacrificio para darle culto.

2. f. Virtud que mueve a dar a Dios el culto debido.



Subrayo términos interesantes: dogma, deber, culto, veneración, temor, sacrificio.

Ahora comparo y reflexiono: la única diferencia entre un creyente y un masoquista es que, al menos, el masoquista goza al pasarlo mal.

Richard Dawkins, un ferviente defensor del evolucionismo (y punta de lanza contra la peligrosa tendencia del "diseño inteligente") se cansó hace poco de ver en Inglaterra publicidad relacionada con la condenación eterna de los no creyentes y otros mensajes con la misma filosofía. A raíz de esto, ha decidido promover un cambio de look y filosofía al entorno, mediante una campaña de publicidad en autobuses en los que se pudiera leer "Probablemente, Dios no existe. Así que deja de preocuparte, y disfruta de tu vida."

El éxito en las donaciones (de las 5.500 libras esperadas ya se superan las 113.000) ha hecho que tenga que replantearse qué otras acciones publicitarias emprender a partir de ahora. No estaría nada mal que un mensaje tan simple y positivo trate de hacer pensar un poco a la gente que vive bajo el yugo de cientos de restricciones artificiales inventadas.

¿Llegaremos a ver esa campaña por aquí?

10.10.08

¿Todo el mundo tiene un precio? (Esta mañana me he levantado...)

Hace poco, una vertiginosa servidora me pasó este enlace, diciéndome que si algún día se pierde, no hace falta que fueran a buscarla allí.


Durante la filosófica charla de "¿Qué tendría que ocurrir para que SÍ subieras allí?", se declaraba frontalmente opuesta a aceptar ninguna cantidad de dinero (por obscena que fuera, aún incluso aunque le diera para eliminar el hambre en el mundo o pagar el rescate de su hija secuestrada), pero aceptaba subirse si eliminaran el hambre en el mundo o liberaran a su hija.

De una cuestión tan curiosa, me ha surgido la necesidad de recabar más información sobre las motivaciones de la gente. ¿Todo el mundo tiene un precio?

Pasen por la encuesta, y dejen su opinión. Si ninguna respuesta os satisface, o queréis aumentar la información, aquí tenéis estos vuestros comentarios.

5.10.08

Singularidad (A veces pasan cosas)

Parte Uno: Cómo somos.

La especie humana tiene una tendencia desmesurada a copar todos los recursos naturales que le son disponibles, aún si no los necesita. Tiende a reproducirse muchísimo más de lo que la explotación (palabra muy adecuada) del lugar es capaz de tolerar, y sólo es capaz de reaccionar hacia comportamientos más apropiados cuando los recursos disponibles tienden a cero. Se me ocurren dos casos prácticos de la vida cotidiana que todos hemos visto y vivido, para representar cómo cambian nuestras rutinas de consumo. Por ejemplo, durante un corte de agua en nuestro edificio o barriada durante unos días, o cuando se está terminando el papel higiénico y no tenemos recambios a mano.

Mientras todo va bien, no nos importa pasarnos unos minutos extra bajo la ducha, o dejar el grifo abierto mientras nos lavamos los dientes, o tirar cien veces de la cadena. Pero... ay, cuando hace falta reutilizar el agua de lavar los platos para hacer las veces de cisterna en el baño, o cuando la ducha se tiene que efectuar a base de cubos de agua calentada. Ahí sí que empezamos a volvernos extremadamente eficientes.

Lo mismo ocurre con el papel higiénico. Mientras está en su máximo esplendor, no nos duele arrancar tiras y tiras para limpiarnos los mocos o secarnos las gafas (y tirar esos papeles al baño y tirar de la cadena, para mayor desidia), aparte por supuesto de tirar cada tira arrancada a poco que se haya ensuciado de otro tipo de residuos biológicos. Pero en cuanto intuimos que al rollo menguante apenas le quedan un par de vueltas, cambian las tornas. Cada tira es utilizada y reutilizada (secas las gafas, te limpias los mocos apurando cada pequeño borde y, si el papel aún no se ha desintegrado, aún puede hacer faena limpiándote el culo unas cinco o seis pasadas).

Está claro que sabemos ahorrar, que podemos ahorrar, y que no hay forma de hacerlo a menos que no nos quede otro remedio. ¿Quizá por eso el problema del petróleo, de la contaminación, etc., sólo se solucionará cuando no nos quede otra? Es probable que dejemos de talar árboles cuando simplemente nos hayamos cargado todos los bosques milenarios, que dejemos de cazar ballenas cuando estén todas muertas, que dejemos de pescar cuando esté todo esquilmado y los mares muertos por la basura que le tiramos.

Más o menos, cuando llegue ese día, será cuando paradójicamente aprenderemos a vivir a base de los mínimos que realmente necesitemos (algo similar -o incluso inferior- a una vuelta a la edad de las cavernas, donde al menos el número de humanos era aún sostenible). Digo paradójicamente porque viviremos terriblemente mal en un mundo desolado, cuando podríamos haber vivido considerablemente bien en un mundo maravilloso. Más de seis mil millones de humanos (de langostas) es, a todas luces, excesivo.

Hacen falta nuevas generaciones reeducadas (pero no nos engañemos: no se puede educar a alguien para hacer algo que nosotros mismos no estamos dispuestos a hacer) para que sepan poner límites a sus consumos. Hay que reducir el número de humanos existentes en el planeta, y no es que sugiera que haya que matar a nadie, para eso ya se las apañan las guerras, los terroristas, los lugares donde el hambre se junta con las ganas de comer; basta con que cada pareja tenga sólo un hijo para reducir a la mitad la población en una sola generación, y que empiecen a tener dos para mantener el número cuando se alcance un nivel de población suficientemente alto para mantener los avances de una sociedad moderna sin que la gente tenga que depender demasiado del día a día.

Parte Dos: Cuánto podemos saber.

La cultura humana se empezó transmitiendo por la oralidad de los relatos de generación en generación. Tras el surgimiento de los registros escritos, la memoria de la gente se vio liberada para mantener en los libros el saber, y usar sus capacidades para otras cosas.

Desde un punto de vista mutágeno, la tradición oral es más fácilmente distorsionable que la escrita, aunque la escrita también contendrá (aparte de los errores iniciales) réplicas inexactas tras reescrituras o traducciones.

Cuanto menos se sabe, es más fácil realizar nuevos hallazgos. Si pensamos en los primeros tiempos de la Humanidad como tal, resulta obvio ver que estaba todo por descubrir y que, desde el control del fuego hasta la colisión de hadrones, hay un enorme terreno de lagunas del saber por rellenar.

Para avanzar sobre algún tema en particular, sobre todo cuanto más se ha sabido de ese tema, más necesario es tener los conocimientos anteriores en ese ámbito. Por ejemplo, en los tiempos de Pitágoras, el "estado del arte" de las matemáticas, la cuestión más avanzada para mentes privilegiadas, residía en la explicación del hallazgo de números "extraños" resultantes del cálculo de hipotenusas. Hoy en día, esos conocimientos son asimilados por niños de seis o siete años sin despeinarse.

Partiendo de estas bases, se plantea un problema (que puede que ya se esté dando en muchos ámbitos). Cuando todo lo que se conoce sobre un tema es poco, se puede conocer y transmitir a otra persona, quien a su vez podría realizar un nuevo hallazgo que añadir a lo que se puede conocer y transmitir a otra persona. Pero, ¿qué ocurre cuando todo lo que se puede saber es demasiado (en volumen) para lo que un humano puede procesar? Es decir, ¿qué pasaría si necesitara de, pongamos, noventa y ocho años para que un humano conozca todo lo que se puede saber sobre las computadoras (por ejemplo), de forma que este humano pueda realizar algún avance en este aspecto?

Obviamente, la respuesta es que las ramas de conocimiento, a medida que ocurre este problema, se dividen y especializan, de forma que la base de conocimiento de cada rama se vuelve asequible para su estudio. Esto, por una parte, implica que se pierde la visión de conjunto (yo, como ingeniero informático, no sabría construir un ordenador, cosa que sí hubieran sabido los ingenieros de hace, pongamos, cuarenta años).

Por otra parte, sólo retrasa el problema: ¿y qué ocurriría cuando incluso cada pequeña escisión tuviera un volumen de información mayor del que se puede transmitir -ya incluso no hablo de procesar- en una vida humana? Quizá, de acuerdo, ocurrieran pequeños avances, bien por casualidad, pero incluso llegaría un punto en el que estaríamos repitiendo, sin saberlo, resultados que ya eran conocidos.

A donde quiero llegar es que, si existe un máximo del volumen de lo que se puede saber en el Universo, está seguramente fuera de todo lugar para la Humanidad (y no digamos ya para el cerebro de una sola persona).

Los que sepan algo de ciencia ficción, habrán deducido por el título de qué trata la siguiente parte.

Parte Tres: Cómo seremos.

La evolución de nuestros conocimientos sobre el mundo nos está llevando a alargar nuestra esperanza de vida. Una población que envejece más (pero mejor), pero que a la vez parece estar retornando a una especie de Edad Media, un medievalismo tecnológico donde se le da tanta o más presencia a "teorías" creacionistas que a las misiones de la NASA, y donde puedes consultar tu horóscopo a través del iPhone.

Ante este panorama de oscurantismo (Asimov, ¿dónde estás?), las expectativas no son nada halagüeñas. El resurgir de sentimientos integristas religiosos, nacionalistas y xenófobos, los rearmes aquí y allá, parecen presagiar una serie de pasos hacia la Tercera, con los agravantes de la capacidad actual que tenemos para hacer daño (Sagan, ¿dónde estás? Debería ser obligatorio recordar, al menos una vez al día, tus enseñanzas sobre nuestro Punto Azul Pálido).



Si salimos de ésta, lo cual ya es mucho presuponer, deberíamos aprovechar las ventajas de la pancomunicación y la integración cada vez más biónica con los aparatos que nos rodean, hasta el punto de ser un poco más "Solarianos" con nuestro planeta. Y, finalmente, en la medida de lo posible, dejarle el camino evolutivo abierto al que debería ser el último y final eslabón de la cadena de la inteligencia terrestre: las máquinas.

No apostaría exactamente si como seres simbiotizados con nosotros (nuestra mente pensante y creativa ayudada por todos los datos humanos accesibles a la vez y a la velocidad de la luz), como una única máquina inteligente (el desarrollo de la primera IA dura, pongamos un Multivac o un Skynet más amable), como una población de robots no androides (Matrix) o tal vez algo más antropomorfo (Yo, Robot).

En cualquier caso, como semiconclusión, como especie estamos abocados al fracaso, y sólo un cambio de conciencia global (que me temo que sólo es posible a corto o medio plazo con una guerra global, y el largo plazo es justo lo que no tenemos) podría conseguir que siguiéramos adelante como humanos y, de paso, no nos cargáramos lo que queda del planeta en nuestro empeño. Yo firmaría la hibridación con las máquinas por un futuro sostenible.

Si lo consiguiéramos, entonces todavía quedaría la segunda parte del problema pendiente, e incluso en este estadio los cyborgs/máquinas terminarían teniendo sus limitaciones (de capacidad de almacenamiento y procesado) para averiguar más cosas. Probablemente, en este estadio aún estaríamos en el comienzo del camino...

12.9.08

Sólo un mandamiento (A veces pasan cosas)

Desde cierto punto de vista, una religión sólo es la expresión del extrañísimo impulso hiperburócrata que engendra el ser humano desde tiempos ancestrales. Si la gente se dedicara, simplemente, a no hacerle (o dejar de hacerle) a otras personas lo que no quisiera que le hicieran (o lo que quisiera que le hicieran), no haría falta absolutamente ninguna complicación añadida.

¿De verdad hace falta que esté escrito en algún sitio que no hay que matar? ¿De verdad, sólo porque esté escrito en algún sitio la gente va a hacerle más caso?

En tal caso, ¡solicito ritmo!



20.8.08

Que se acabe el día (Esta mañana me he levantado...)

Por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor, por favor.

P.D.: Los lepismas salen a pasear por la noche, cuando todos duermen.

12.8.08

12A++ (A veces pasan cosas)

Otra vuelta al sol y, en concreto, a los restos de la cola del cometa (o asteroide, o lo que fuera o fuese) que provoca una de las lluvias de estrellas más famosa y bonita del año. Mi día de los Sueños Rotos.

Es un día curioso. Bien mirado, ni en las fechas señaladas para la sociedad (navidades y demás) ni en las "sociales propias" (cumpleaños) he conseguido tener conciencia de cómo han evolucionado las cosas año tras año, y dónde estoy yo entre esas cosas. Pero en el día de los Sueños Rotos es distinto. Los otros veranos me resultan especialmente nítidos, y puedo comparar qué hacía entonces, qué pensaba entonces, con lo que hago y pienso ahora. Quizá todo el mundo debería buscarse una fecha que llegara sin sobresaltos, sin esperarla, una fecha en la que simplemente dijeras "vaya, ya es mi día de los Sueños Rotos".

Dejar en el blog las impresiones de cada uno de esos días ayuda, además, a que la memoria no trate de mentirte con falsos recuerdos o expectativas. Un gran invento, la cosa ésta.

El reporte de daños de este aniversario tiene más que ver con el del año anterior que con el primero: aún echo de menos a menudo a Natxo (a veces lo imagino tal y como "lo dejé", otras como si siguiera creciendo, otras mimetizando su recuerdo con el del actor éste de Transformers), sigo con un nivel de actividad que sobrepasa lo que buenamente debería estar sobrellevando, sigo sin decidirme a echar el freno cuando aparecen nuevas e interesantes propuestas... y sigo con la idea de que no hay nada mejor que ver tus sueños rotos de vez en cuando. Destrozados, en pedazos. Una vez al año, quizá. Sólo así uno puede descubrir si es capaz de recomponerlos, de dejar de esperar que las estrellas fugaces te cumplan los deseos y ponerte tú mismo manos a la obra.

Feliz día/noche de los Sueños Rotos. A pesar de lo dicho, no dejéis de mirar a las estrellas...

1.7.08

Blendiberiando de nuevo (Esta mañana me he levantado...)

Día 1

Tres cuartos de hora de retraso del tren para un viaje de ida calculado con bastante poco margen de tiempo. La cosa comenzaba interesante, dado que sabía que incluso llegando a la hora prevista, necesitaría aún un tiempo extra para aclararme con el metro y las calles de Barcelona hasta llegar a Pepeland, la escuela de animación del homónimo monstruo de la escena 3D española.

Cuando ocurren estas cosas, las únicas opciones son maldecir al destino y pasarte el rato quejándote, o buscar algo productivo que hacer en ese rato extra. Dado que el tiempo no es precisamente algo que me sobre por lo normal, fui adelantando en la estación de Castellón el contenido de uno de los N trabajos del máster de Comunicación Audiovisual.

Por fin llegó el tren, y durante el viaje alterné la continuación del trabajo con ojeadas más o menos constantes a "Ratatouille", la película que nos habían puesto para el trayecto. Hubiera estado mejor que además hubiera tenido altavoces para escucharla, pero en fin...

Una vez en la estación de Barcelona (qué poco ha costado, ¿verdad?) eran casi las seis menos cuarto. La charla de Daniel Martínez Lara comenzaba a las 17:30 con una presentación sobre qué es Blender, algunos conceptos generales de animación, y por qué alguien que trabaja con programas punteros como 3DStudio Max o Maya le ha echado un ojo encima a esta aparentemente modesta suite 3D.

Pero a esas horas yo aún andaba anunciando al organizador (el entrañable Carles Folch, "8tintin") que iba sorteando paradas por el metro, y calles intrincadas con mi GPS estilo casero (un par de hojas impresas del Google Maps y grapadas por el medio para conseguir un nivel de zoom 2).

Con esas prisas, ni siquiera se me ocurrió pasarme por el hostal reservado apenas una semana antes por no haber encontrado otra cosa. Allí tenía una habitación doble (que mi compañero inicial, Pepius desafortunadamente no podría "disfrutar", una de las tantas patentes bajas) que terminaría compartiendo con Klópes, el blenderita megamaño (con el permiso de Notxor). La sorpresa del fantástico estilo rococó del hostal quedaría reservada (nunca mejor dicho) para algo más tarde...

Así que, después de los primeros abrazos, saludos, choques de manos, besos y sonrisas, me incorporé al vuelo a la divertida charla de Pepeland (entrecortada en ocasiones por los rugidos de un gigante de hierro con el que su adorable pequeñuelo Max jugueteaba en el recibidor).

Al terminar la charla, fui a saludar al invitado estrella de la quedada, el pequeño gran Pablo Vázquez (VenomGFX), que venía de trabajar unos días con el equipo holandés que a su vez está embarcado en el proyecto de juego libre con el Game Engine de Blender, "Apricot" (cuando tenga algo más de tiempo, añado enlaces y fotos de todo un poco). Nuestro argentino más internacional, gurú del modelado, los materiales, el texturizado, los personajes entrañables y muchas más cosas era fácilmente reconocible de oídas.

Después, vino el segundo round de presentaciones, cuando fuimos a tomar algo a algún bar cercano donde cupiéramos (o cupiésemos) todos los que estábamos (que no éramos todos los que éramos). Casi me cago en los pantalones cuando me enteré de que acababa de chocarle la mano al mismísimo webmaster de 3DPoder, probablemente el mejor foro de infografía (entre muchas otras cosas) de habla hispana. Conocí a un par de alumnos muy divertidos de la escuela de animación, y a algunos de los foreros 3dpoderianos (como Soliman o David3d34), y junto con Chronoh y su plugin autista (lo siento, no recuerdo su nombre, me hubiera gustado charlar un poco más con ella), y Melkornix y XoF (que fueron los que quedaron más cerca de mi silla), hablamos sobre el sexo de los ángeles y los delitos cibernéticos de los diablos, de las faltas de ortografía y el tiempo libre, del 3D y los próximos eventos que se están gestando (como la cercana Tenerife LAN Party).

Cómo no, allí estaba el inefable Javier Belanche, Jandro (simplemente él, cualquier adjetivo se queda corto), el ya presentado pero a la vez impresentable Klópes (que llegó ligeramente más tarde que yo, Murphy se ceba especialmente en los viajes), el cada vez más deteriorado Koex (nos hacemos mayores, colega), y no sé si me estoy dejando a alguien. Ya me estoy sorprendiendo por recordar tantas caras.

Como a Javier lo tenían castigado, no se pudo quedar a cenar con nosotros. La pareja chunga barriobajera madrileña (parece mentira que sean informáticos) se colaron y pillaron hotel en Sant Joan d'Espí, así que se tuvieron que largar también para no morir en el trayecto de vuelta más tarde. Tras cuatro o cinco deserciones más, el restante grupo de irreductibles gallos pululamos por las calles barcelonesas hasta dar con un lugar donde no nos miraran raro. Tapeamos hasta saciarnos, y decidimos escampar tras un poco de cháchara, porque ya rondaba la medianoche y había que coger fuerzas para el día siguiente.

Klópes sugirió que fueramos andando hasta el hostal (aproximadamente a un par de kilómetros de Pepeland), propuesta que me pareció fantástica para ver un poco de geografía Barcelonesa y ponernos un poco al día de nuestras enfermizas vidas. Aprovechando que el consolador gigante de Barcelona quedaba cerca, me contó algunas intimidades del edificio (del que su empresa se había encargado de hacer un estudio de luminancia de los pisos más altos). También aproveché para poner a prueba mi GPS, que se portó como un campeón (apenas nos perdimos un par de veces).

Llegamos al hostal, donde nos costó un poco entendernos con la recepcionista. Al final, me tomó los datos y nos metimos en la que, posiblemente, sea la habitación más minimalista con la que me he cruzado nunca. Quizá le sobraba el taburete que hacía las veces de mesilla de noche, o la televisión sobre una mesita al lado de un sobrio armario. Todo lo demás era pura pared (no diré que papel de fumar porque no hice los suficientes análisis) naranja, y Klópes comentó algo parecido a que en su próxima visita se traería un cuadro o algo, para decorar un poco. Cada vez que pienso en que por los 60€ que costaba la noche, en otros lugares podría haber estado en un hotel de tres estrellas, me da un frustum.

Tras escuchar algunos problemas del ocupante de la habitación de al lado con la recepcionista -y que auguraban que por la noche habría jaleo de amigos suyos por la habitación-, terminamos poniendo la alarma para la mañana siguiente (y levantándonos para apagar la luz desde la puerta, que ni siquiera un interruptor extra había cerca de las camas). Las jornadas empezarían a las 10, así que las ocho y media parecían una buena hora para levantarse, en principio... pero sólo en principio.

Otro rato, sigo con la crónica del segundo y tercer día. Stay tunned.

Día 2

Pues ya estamos aquí. Aunque la alarma estaba puesta a las 8:30 (las ponencias empezaban a las 10:15 y estábamos considerablemente lejos del lugar yendo a pie), terminamos despertándonos una media hora antes. Por algunos extraños bucles temporales del camino, llegamos con una hora de adelanto al lugar, de forma que Klópes y un servidor investigaron un poco por las calles adyacentes al Hangar en busca de un sitio donde recuperar líquidos (habíamos desayunado ya un algo o dos en un restaurante cercano al hotel). En el que parecía el bar más cercano hicimos tiempo (hacer tiempo, qué bonita locución) hasta la hora adecuada, aunque al poco hizo acto de presencia Notxor con su flamante motocicleta. Nos saludamos y estuvimos de charla hasta que comenzó a aparecer más gente, momento en el que nos levantamos para irnos hacia el lugar, sólo para descubrir que seguía cerrado y que podíamos tomarnos alguna otra cosa aún.

Un poquito más y ahora sí, ya entramos al famoso Hangar (que bien podría ser un escenario tétrico de videojuegos por su estética entre semiderruido-abandonado pero siniestramente vivo) y ayudamos a la tan simpática como hiperactiva organizadora del Hangar, Carmen, a montar mesas y sillas por doquier. Con la ayuda de un proyector enorme y una pared más enorme todavía, tuvieron lugar las primeras charlas de iniciación, de la mano de Klópes (enmarronado al vuelo el día antes por Belanche), el propio Belanche y 8tintín apoyándoles logísticamente con el uso del ordenador de la presentación.

Pasé gran parte de estas charlas tratando de hacer un simple pinball con el Game Engine de Blender, pero con las nuevas características no conseguí aclararme. Sólo salí de mi obcecación cuando una voz en inglés interrumpió la charla de 8tintín sobre materiales y demás esoterismo blendibérico, preguntando si podía dar la charla en inglés. Consternado y estupefacto, 8tintín lo pensó durante unos segundos y le dijo simplemente que no. La chica era extranjera, y dijo que le costaba seguir el castellano si se hablaba muy rápido, y ante la negativa de 8tintín (realmente era mucho mejor para todos que no diera la charla en nuestro typical espanish inglish :D) me presenté (y me senté y me postsenté) a su lado y le dije que le haría de intérprete en todo aquello que no entendiera.

Me preguntó si sabía algo de Blender, y como algo sabía, fue directa al grano: tenía un proyecto de doctorado para el cual necesitaba reproducir interactivamente en Blender ciertos eventos, así que necesitaba algunas nociones sobre el uso de vídeos como texturas, y algo de funcionalidad del Game Engine. Haré un break para explicar que fui a comer con los majísimos Melkornix y XoF bajo un sol de justicia a una bocatería muy cuca, y podemos resumir las siguientes seis o siete horas del día con que estuve investigando con la chica extranjera la forma de hacer funcionar el proyecto en el que estaba, aparte de averiguar qué hacía una filipina con un nombre tan exótico como Wendy Ann por las Barcelonas. Su historia era muy curiosa, ya que su madre es japonesa, su padre filipino (lugares donde pasó parte de su infancia), después se fue durante unos años a Alemania (estudiando durante todo ese tiempo Ingenería Informática y Comunicación Audiovisual), para finalmente aterrizar en Barcelona por su proyecto de doctorado, aunque su director de tesis no le acabara de gustar (al parecer por el empeño de éste por usar el motor de juegos Torque, motor con el que ella no terminaba de estar a gusto), así que su próxima parada era Noruega -donde le ofrecieron becas de doctorado para un par de años, o algo así- y la siguiente Finlandia. A todo esto, también ha estado en Sudáfrica, con lo que visitando un par más de lugares, esta pequeña pero sobradamente preparada señorita, ya habrá dado una vuelta al mundo.

En resumen: después de toda la tarde de cháchara, sin enterarme lo más mínimo de unas conferencias a las que había ido ex profeso (había sido profeso, pero ya no), cuando llegó la hora de cenar -cena que había sido reservada con antelación- y ya esperaba en el exterior del Hangar a que saliera el resto de gente, se formó un corrillo marujero a mi alrededor, con Belanche a la cabeza, instigándome para que invitara a Wendy a venirse a cenar con nosotros. Por más que le dijera que ya lo había hecho y su respuesta había sido que estaba cansada y se acostaría pronto, fue tanto la insistencia que no tuve otra que insistirle a ella a su salida para que se uniera al club. A pesar de que estaba esperando la llegada desde Ámsterdam (o por ahí) de una amiga suya que aún estaba de camino, al final se apuntó principalmente por la poca gana de tener que hacer la cena. Todo un nido de sorpresas.

Durante el trayecto hasta el lugar (trayecto en el que Klópes se escindió del grupo para dejar trastos al hostal), VenomGFX y Jandro se unieron a la conversación (por no decir que tomaron el relevo completamente) y fuimos completando un poco más su curiosa historia, su estancia en España durante casi un año, su poco trato en castellano, etc. Ya en el restaurante al que nos dirigíamos, nos aguardaba la sorpresa de la noche; el banquete-festín que estábamos a punto de disfrutar fue memorable, con toda clase de extrañas -a la par que sabrosas- baguettes mutantes con todo tipo de quesos, ensaladas de productos cuyo nombre desconozco, pizzas de lo más variopinto... todo un despliegue de sabores, colores y olores que me pillaron con el estómago más bien cerrado (elegí una mala época para empezar a cuidar la línea).

Después de risas y anécdotas, ya cercana la hora bruja, Wendy recibió el aviso de que su amiga estaba a punto de llegar a la estación. Como el resto empezaba a huir a sus madrigueras, pero el núcleo duro del frikismo Blendiberita (Klópes, vamos) aún tenía ganas de fiesta, y dado que Wendy declinó la invitación a acompañarla a la estación, Jandro le dio la dirección del pub irlandés al que nos iba a llevar, para que se pasara más tarde si quería.

El pub irlandés... ah, el pub irlandés. ¿O era escocés? Tanto da; construido sobre un antiguo cine porno del barrio, actualmente tenía el aspecto de haber sido edificado tomando una bella capilla londinense como base sobre la que montar con muy buen gusto un garito de copas espacioso, iluminado y con grupo tocando en directo. Si mi cada vez más soñolienta memoria no me falla, allí quedamos Klópes, Jandro, Solimán, Koala y quien escribe, hablando de todo un poco, pero básicamente de mujeres y de cosas frikis. Bueno, igual hablamos también sobre mujeres frikis.

Cuando el resto menos Klópes decidió que ya había bastante por esa noche y que otro día más, que si había que reponer energías para ver la final de fútbol y que noséqué sobre resacas de noches anteriores, quedamos el supermaño y yo con algunas indicaciones de Jandro sobre otros lugares de referencia de la zona. A partir de aquí, comenzaba a sonar la música de Félix Rodríguez de la Fuente, aunque aún no sé de dónde salía. Tras un laaaaaaaaaaargo pateo por las calles de la zona, donde vimos edificios fermosos, fermosas donc... mujeres, otras no tan fermosas y edificios bastante chusqueros, mezclados con garitos de todos los tipos y el enorme ambiente botellonero de la calle (que era realmente donde se veía la fiesta), nos cruzamos con un grupo de señoras a las que Klópes preguntó si sabían dónde quedaba la Calle Real. "Será donde están los Reyes", dijo una de las jocosas mujeres, mientras que Klópes ponía cara de sacar integrales triples con la respuesta. Le pilló algo lentito: mujeres 1 - Klópes 0.

Acabamos en una discoteca de música rock-pop antigua, un poco atestada pero aún transitable, "accidentalmente" al lado de un grupo de cuatro muchachuelas de curiosos estereotipos (una de ellas con apariencia asiática, cosa que después de lo de la filipina le dio mucho de sí a Klópes) que parloteaban agarradas a un algo extraño que beber. Klópes inició el acercamiento de cortejo preguntándoles qué era eso que extraño que bebían. No recuerdo si dijeron que Bloody Mary o Daikiri o algo por el estilo, así que dijo que qué bien, se acercó a la barra y pidió un ronconcola. Para hacer una excepción en mi abstemiez típica, me pedí otro de esos, y el resto fue todo para mí como asistir a un National Geographic (ah, quizá de ahí la música) sobre los extraños protocolos, la flora y la fauna de ese tipo de lugares. Me entretuve pensando en la aparente jerarquía social de ese grupo de amigas, viendo cómo interactuaban y cómo espantaban aquí y allá a algunos moscardones. Recapacité sobre lo pesado que debe de ser ir a ese tipo de sitios y pasarse la noche igual. Aunque también pensé que tampoco les molestaría tanto si seguían yendo. En fin, fue divertido. Klópes avisó de que tenía que vaciar la vejiga, así que dijo que se iba para el baño, y luego fue hacia las chicas a preguntarles dónde estaba el baño. Ellas le indicaron, entre risas. Ahí aproveché para acercarme a preguntarles cómo evaluaban del 0 al 10 ese intento de aproximación tan obvio, y me dijeron que un menos cuatro. Como luego les pregunté qué les había parecido este otro y me dijeron que un menos diez, volví al lugar anterior a esperar a que regresara nuestro héroe. Poco después, pasó un tipo vendiendo flores y se puso realmente pesado, con lo que le compré una y, en cuanto dieron el aviso de cierre de la discoteca e íbamos a salir, se la di a una de las del grupo en compensación por soportarnos ese rato.

No sé si se la llegaron a quedar o qué, no me fijé cuando salimos y terminamos coincidiendo en la esquina del mismo garito. Ahí Klópes les dijo que no les estábamos siguiendo, que teníamos el hotel en esa dirección, y que buenas noches. No recuerdo qué comentario hicieron, pero se las veía bastante sosas. Después, ya casi estando al otro lado de la calle, se escucharon silbidos y reclamos que, según Klópes, era para que volviéramos, pero de cualquier modo ninguno de los dos tenía muchas más ganas de otra cosa que no fuera encontrar la cama y olvidar tanto patetismo concentrado. El paseo de vuelta fue tremendo, pero Barcelona a las cinco y pico de la madrugada está muy tranquila y bonita, sobre todo con la luna creciente brillando cerca del consolador gigante.

Caimos muertos en la cama, y media vuelta después, ya sonaba de nuevo el despertador. Comenzaba el...

Día 3

Y comenzó con un desayuno en una cafetería regentada por unos chinos. Supongo que en Barcelona será bastante común, pero por nuestras zonas aún estamos acostumbrados a verlos en sus tiendas de todo a cien o sus restaurantes chinos. Creo que fue en ese desayuno donde decidí bautizar esta edición como la Blendiberia Asiática. Pedimos a la preciosa camarera algo para tomar (dos cholecks para mí que se fundieron a la velocidad de la luz, un café con leche para Klópes) y de vuelta a la carretera hacia el Hangar. Volvimos a llegar pronto, aunque no tanto como la otra vez.

La primera charla iba a cargo de 8tintín, pero se hacía la hora y no llegaba. Carmen vino a decirnos a los pocos que estábamos por allí que se había levantado algo enfermo, así que VenomGFX, Klópes y el menda improvisamos el contenido de lo que trataba la charla: nuevas y viejas novedades de Blender.

Personalmente fue todo un puntazo, un placer y un honor estar codo con codo con ese par de monstruos (¡feos, más que feos!) explicando un poco de aquí y allá las novedades de las últimas versiones, a la par que yo mismo aprendía y me maravillaba con algunas de ellas que desconocía por completo. VenomGFX explicó con bastante detalle cómo se usaban las partículas para simular peinados, el nuevo escultor de malla, Klópes se lanzó con los nodos de composición, y yo básicamente me dedicaba a sujetar el micro, hacer algunas preguntas o explicaciones y apuntes complementarios, y obligar a VenomGFX a que usara el ratón para apuntar en la pantalla en lugar de su dedo -que nadie podía ver proyectado-.

Después de salvar la mañana, llegó 8tintín con una cara ciertamente de malestar, aunque ya se encontraba mejor. También acababa de llegar Damiles (que tenía la siguiente charla sobre enlosado de texturas no repetitivo) y vi a Wendy con su visita al lado. Me acerqué a saludarlas, me presentó a su amiga, también blendiberita, y nos pusimos a averiguar cómo hacer el bakeado de texturas para una exportación a noséquéformato de su proyecto. Me vino bien para aprender cómo se hacía, a la par que enseñarles los pasos y explicarles por qué había que hacer cada cosa (materiales y texturas en Blender, un mundo fascinante). Esta vez incluso pude atender a un par de aspectos sobre la charla de Damiles, que me pareció muy interesante, aunque a la siguiente de 8tintín (precisamente sobre tostado de texturas) no presté atención por estar aprendiendo por mi cuenta. Cuánta energía desperdiciada, espero que alguien haya grabado esas charlas y me pueda enterar de algo.

Y al poco de cerrar la paraeta, llegó otra amiga de Wendy (ésta sí que era la del viaje, así que ni idea de quién era la chica anterior), una atractiva gallega llamada Paula, que además de ser blendiberita también era del gremio informático. Lamentablemente, no pudieron quedarse a comer con nosotros, así que nos despedimos (dándoles la siempre obligatoria dirección del foro de 3DPoder para cualquier consulta) y fuimos a un chino cercano a expiar nuestro apetito. Una conclusión natural para una verdadera Blendiberia Asiática.

En el chino, bajé mi nivel de estrés cuando me comentó uno de los asistentes que me podía acercar en coche a la estación. Mi tren salía a las cinco, y eran algo más de las dos y media. Si quería comer con ellos, mi única alternativa era ésa. Así que comimos soberanamente bien, con la espléndida Carmen contándonos la historia del Hangar, de cómo se combina la dejadez de un ayuntamiento, la avaricia de un propietario, la presión de un barrio de intenso activismo y los medios de comunicación. No cuento aquí la historia porque dudo que no omitiera algún detalle importante. Estoy seguro de que la historia ya está contada por algún lugar de los internetes.

Al final, despedidas fugaces y viaje casi de rally hacia la estación. Un atasco de última hora parecía presagiar que no iba a poder coger el tren, y en el último minuto... en efecto, el tren se había largado. Con mi mejor cara de pena, me dirijo hacia atención al viajero, donde me dicen que coja el siguiente euromed, que sale una hora después y apenas llega media hora más tarde que el primero. Una estupenda opción, si no fuera porque tras la cola para sacar ese billete, me comunicaran que estaba completo y que debería esperar al siguiente, a las ocho y media, que llegaba a las diez y media (ya sin combinación para volver a casa en tren desde la estación de Castellón).

Así que, puestos a hacer tiempo, me siento en uno de los atestados bancos y me dispongo a adelantar un poco más el trabajo del máster que había estado haciendo durante el primer viaje. Con un asiento libre a cada lado, me pareció de recibo hacerme a un lado cuando un par de jóvenes asiáticas pasaban por la fila y se disponían a seguir adelante al no ver sitio donde sentarse. Me agradecieron el gesto con una graciosa inclinación de cabeza, y yo seguí a lo mío mientras las oía hablar en un idioma muy musical, que me recordaba mucho al de la protagonista asiática de la serie "Lost".

Una de ellas llevaba un tíquet de la cola de entradas, y se iba de tanto en tanto a ver por qué número estaban. En un par de ocasiones, hubo gente que buscaba asiento y se iban a sentar en ese hueco, pero entonces les avisaba de que estaba ocupado, y cuando se iban, la acompañante me hacía otro gesto de cabeza de gratitud. Supongo que cuando volvió la que había ido a mirar la cola le contó algo, porque cuando se fue la otra acompañante y se repitió la escena con otro tratando de sentarse (¿es que ya nadie pregunta si está ocupado?), al volver le dijo algo parecido a "esta vez te ha pasado a ti".

Las estaciones de tren me gustan porque son como miles de historias entrelazadas en un no-lugar de tránsito, y me quedo atontado mirando aquí y allá, descaradamente, qué hace la gente. Probablemente me quedara emparrado con las voces de esta pareja, porque cuando me di cuenta, una de ellas me miraba fijamente con cara curiosa, así que les saludé y les pregunté qué hacían por aquí. Me contaron que estaban de Interrail, que tenían un mes de vacaciones y lo estaban usando para viajar por toda Europa. Eran surcoreanas (efectivamente, como la de Lost) y les comenté lo musical que me parecía su idioma. Les pregunté por el nombre de éste, y me respondieron que "hanguko" (era muy divertido ver las caras que ponían a las que ponía yo cuando me decían algún palabro en su idioma), que venía de "Hanguk" (la forma en que ellos llaman a Corea del Sur). También me dijeron cómo se decía España en su idioma, que realmente sonaba inquietante y exótico (probablemente más de lo que luego realmente sea), pero desafortunadamente no retuve el largo palabrejo.

De vuelta a la parte de los viajes, estaban buscando billete para Madrid, y habían pasado ya por (o iban a estar en) Sevilla, Francia, Roma, Suiza, Ámsterdam y no recuerdo qué más. Sonaba realmente cansado (y lo estaban), pero también una opción de viaje muy interesante para ver mucho mundo por un módico precio (me comentaron que todo el paquete de viajes les acababa saliendo por unos dos o tres mil euros). Charlamos un poco más acerca de cosas que iban a ver en Madrid y las que habían visto en Barcelona, y poco después me avisaron de que se tenían que ir, pero que querían hacerse una foto conmigo. Se hizo una foto cada una, y para no ser menos, yo también hice lo mismo con el móvil (una salió algo chunguilla, debí revisarla antes para hacer otra, o pedirle que me enviaran por correo las suyas... ve a encontrar ahora a una surcoreana perdida por Europa).

En resumen, que me volví a quedar solo y ensimismado conmigo mismo y mis trabajos de clase (bueno, no sé cómo acabé teniendo un "Jueves" bajo mis manos... qué haría yo en mis viajes en tren sin esta revisa), y antes de darme cuenta ya era hora de subir a mi tren (que no era mi tren, pero al fin y al cabo ahora era más mío que el otro que nunca lo fue). Coche ocho, asiento siete-a. Pues a buscar el coche ocho, asiento siete-a. Subo al coche ocho. Asiento siete... ahí, al otro lado del pasillo de la doble de Penélope Cruz. Me siento y la saludo, desde ese ángulo se parece un montón más. Miro el asiento, siete-c. Ostras, no es éste, es el de al lado suyo.

Pues nada, me levanto, le pido permiso para pasar, y me siento a su lado. Antes de decir nada más, me pregunta si ya habrán abierto el bar, que tiene sed. Me deja un poco perplejo su forma de hablar, como si me conociera de toda la vida, simpática y distendida. Le digo que probablemente sí, y me dice que va a por algo de beber. Vuelve poco después con una coca-cola, amablemente me ofrece y no sé exactamente cómo, acabamos hablando de qué hacemos por Barcelona, y me cuenta que estaba haciendo un monólogo de prueba para entrar en la academia de interpretación, que habían estado haciendo (con un grupo) una representación de Cabaret, y que desde pequeña le ha gustado la interpretación, pero que en el terreno laboral no le ha ido nunca demasiado bien y que esperaba encontrar algo en Valencia que le permitiera costearse los cursos. A cuento de la fiesta que se había marcado la noche anterior con el grupo (y yo aún recordando mi propia noche anterior), le pregunté si en las discotecas tenía que ir apartando a muchos moscardones (con eso de parecerse a Penélope Cruz). Se rió cuando le dije lo de parecerse a ella, me dijo que se lo había dicho mucha gente (le dije que principalmente tenía un ángulo en el que era muy parecida, sobre todo por la forma de sus ojos y su nariz). Luego me comentó que solía salir por bares de ambiente homosexual, porque se sentía más cómoda y tranquila por allí (aunque incluso alguna tía le había tocado el culo...). En definitiva, fue una simpática conversación que terminó con otra foto (ésta vez fui yo el que quería la foto con ella). Me dijo que si sabía de algún trabajo donde pudiera actuar, no dejara de recomendarla. Le comenté que si se anunciara por Google sería más fácil que la descubrieran, y me dijo que estaba bastante segura de que no estaría por los internetes. Así que ya sabéis: si necesitáis una actriz para alguna producción de cine, teatro o publicidad, tenéis a la extrovertida valenciana Maricarmen Juárez a tiro de teléfono. De paso, con esto ya me aseguro de que salga en Google :D

Para concluir con la crónica del viaje, sólo me falta añadir que volvieron a poner Ratatouille (y esta vez sí tuve auriculares, y la volví a ver y me volví a maravillar con absolutamente cada aspecto de la película). Contento, cansado y echando de menos a la gente con la que acababa de estar (creo que nunca se me había hecho tan fugaz una Blendiberia), ya tenía que ir preparándome psicológicamente para el próximo viaje de la semana siguiente. Nada más y nada menos que la ciudad que veía en Ratatouille. ¡Allá voy, Francia! ¡Sujétense las boinas!

FIN

P.D.: Otro rato, las fotos.

19.6.08

Et ceteris paribus (A veces pasan cosas)

Es complicado pensar en 4D. A la gente se le (nos) atragantan, y mucho, sus proyecciones hacia el pasado y hacia el futuro. El ejemplo práctico lo comenté en la entrada anterior, y seguro que todos conocen muchos más: el miedo a cómo te conseguirás desenvolver si te mudaras a tal sitio, las obsesiones sobre que "nadie te querrá, nunca te ha salido nada bien" y cosas por el estilo.

Los "y si" de los futuros alternativos pecan de lo mismo que los "y si" de los pasados alternativos ("¿y si (no) le hubiera tirado los trastos a ésta?", "¿y si hubiera estudiado esto o esto otro?"); siempre -o la mayoría de veces- nos anclamos a un análisis erróneo al utilizar involuntariamente un enfoque "et ceteris paribus".

Primero, las presentaciones formales. Lo del "et ceteris..." (que a muchos les sonará del "etcétera") significa algo así como "las otras [variables] permanecen igual". Dicho de otro modo, modificando una variable del sistema y manteniendo las restantes igual, podemos analizar cuál es la contribución de esa variable al sistema. Como última aproximación: todos hemos hecho alguna vez (ante un aparato desconocido) eso de pulsar un botón, ver que no hace lo que esperábamos, dejar el botón como estaba antes, y probar lo mismo con otros, hasta dar con el que buscábamos y aprender de paso qué hacen esos botones; apretando aleatoriamente conjuntos de ellos difícilmente podríamos llegar a sacar algo en claro.

Así pues, el problema a la hora de proyectarse hacia el pasado o el futuro, reside en que pretendemos mantener todas las demás variables estáticas, restándole la complejidad real que tiene un sistema caótico como es el de las relaciones humanas. Un ejemplo clásico sería el de la persona que ama en silencio a otra persona y cierto día descubre que esa otra persona le era recíproca pero tampoco le llegó a decir nada. Enseguida pensará "si le hubiera dicho algo, todo hubiera sido fantástico". Obviamente, no tiene en cuenta que, en el momento en el que le hubiera dicho algo, todo el sistema se retroalimentaría con esta nueva situación, y puede que dos días después se hubiera hartado de verle comer chicle con la boca abierta.

Lo más interesante de todo esto es, quizá, preguntarse si existen situaciones de "realidades alternativas" donde realmente, hicieras lo que hicieras, no hubieras tenido nunca la posibilidad de ganar (o viceversa, situaciones en las que tus actos, fueran los que fuesen, siempre desembocaran en un resultado satisfactorio). Volviendo al ejemplo de antes, cuando la otra persona se diera cuenta de que todo se ha ido al garete por mascar chicle con la boca abierta, se proyectará a un pasado paralelo en el que no mascaba chicle con la boca abierta y todos eran felices. Y quizá en esta nueva versión del pasado, si se pudiera poner en práctica, resultaría que al primer individuo... yo qué sé, le huelen los pies o es tremendamente xenófobo. O que, realmente, son tal para cual pero los aplasta un piano de cola caído misteriosamente del cielo, tanto da.

En el terreno literario (o cinematográfico), o textual o narrativo para ser más genérico, los personajes que imagina el creador actúan de una forma u otra llevados por sus actitudes ante un determinado contexto. Personaje <- problema/circunstancias <- actuación ante circunstancias seleccionada en base a su personalidad en esos momentos. Para que incluso los argumentos más extraños resulten veraces a ojos u oídos del espectador, se requiere que la respuesta del personaje resulte, ya no sólo lógica dadas sus circunstancias, sino muchas veces (las mejores) inevitables. Una metáfora apropiada sería ver estos actos como un jaque del ajedrez, cuando no te queda otra opción que mover el rey, a veces hacia la única casilla libre, aún a sabiendas que a ese movimiento le precederá otro que terminará la partida con el jaque mate. Ahora mismo estoy recordando el que probablemente sea el ejemplo más bonito que he leído jamás, en un libro que me hicieron leer en el instituto llamado "El Príncep de la Boira" ("El Príncipe de la Niebla", un título que, por cierto, se ha vuelto a poner de actualidad). O, a nivel cinematográfico, un ejemplo representativo sería el del final de "Seven". En fin, hay muchos, muchos ejemplos, y cada persona lleva dentro infinidad de ellos, de todas esas veces que ha hecho algo porque no tenía otra alternativa (o puede que sí la tuviera pero no la viera). Concluyendo esta disertación, la realidad es harto compleja, y puede que mañana nos lamentemos de algo que no hicimos ayer, o puede que aunque lo hubiéramos hecho ayer no hubiera servido para nada. A veces no hay con qué quitarse el mal gusto de la boca del no haberse lanzado, a veces ocurre. Por supuesto, uno siempre se puede conformar con esta idea de que es posible que el resultado no hubiera sido mejor de haberlo hecho. Supongo que es lo que hace de esta vida un lugar interesante, ¿no?

25.5.08

De mi cronista marciano favorito (Esta mañana me he levantado...)

«Beatty contempló la bocanada de humo que acababa de lanzar.
Imagínalo. El hombre del siglo XIX con sus caballos, sus perros, sus coches, sus lentos desplazamientos. Luego, en el siglo XX, acelera la cámara. Los libros, más breves, condensaciones. Resúmenes. Todo se reduce a la anécdota, al final brusco.
—Brusco final —dijo Mildred, asintiendo.
—Los clásicos reducidos a una emisión radiofónica de quince minutos. Después, vueltos a reducir para llenar una lectura de dos minutos. Por fin, convertidos en diez o doce líneas en un diccionario. Claro está, exagero. Los diccionarios únicamente servían para buscar referencias. Pero eran muchos los que sólo sabían de Hamlet (estoy seguro de que conocerás el título, Montag. Es probable que, para usted, sólo constituya una especie de rumor, Mrs. Montag), sólo sabían, como digo, de Hamlet lo que había en una condensación de una página en un libro que afirmaba: Ahora, podrá leer por fin todos los clásicos. Manténgase al mismo nivel que sus vecinos. ¿Te das cuenta? Salir de la guardería infantil para ir a la Universidad y regresar a la guardería.

[...]

—Acelera la proyección, Montag, aprisa. ¿Clic? ¿Película? Mira, Ojo, Ahora, Adelante, Aquí, Allí, Aprisa, Ritmo, Arriba, Abajo, Dentro, Fuera, Por qué, Cómo, Quién, Qué, Dónde, ¿Eh? ¡Oh! ¡Bang! ¡Zas!, Golpe, Bing, Bong, ¡Bum! Selecciones de selecciones. ¿Política? ¡Una columna, dos frases, un titular! Luego, en pleno aire, todo desaparece. La mente del hombre gira tan aprisa a impulsos de los editores, explotadores, locutores, que la fuerza centrífuga elimina todo pensamiento innecesario, origen de una pérdida de valioso tiempo.»

Asusta un poco que Fahrenheit 451 se escribiera en 1953. Me pregunto qué diría hoy Ray Bradbury si leyera, por ejemplo, 20minutos. También si se dejaría quemar...

«Mi abuelo pasó una docena de veces la película tomada desde el cohete, y después manifestó su esperanza de que algún día nuestras ciudades se abrirían para dejar entrar más verdor, más campiña, más Naturaleza, que recordara a la gente que sólo disponemos de un espacio muy pequeño en la Tierra y que sobreviviremos en ese vacío que puede recuperar lo que ha dado, con tanta facilidad como echarnos el aliento a la cara o enviarnos el mar para que nos diga que no somos tan importantes.»

Asusta un poco que Fahrenheit 451 se escribiera en 1953. Me pregunto qué diría hoy Ray Bradbury si leyera, por ejemplo, 20minutos. También si se dejaría quemar...

«[...] El abuelo lleva muchos años muerto, pero si me levantara el cráneo, ¡por Dios!, en las circunvoluciones de mi cerebro encontraría las claras huellas de sus dedos. Él me tocó. Como he dicho antes, era escultor. «Detesto a un romano llamado Statu Quo», me dijo. «Llena tus ojos de ilusión —decía—. Vive como si fueras a morir dentro de diez segundos. Ve al mundo. Es más fantástico que cualquier sueño real o imaginario. No pidas garantías, no pidas seguridad. Nunca ha existido algo así. Y, si existiera, estaría emparentado con el gran perezoso que cuelga boca abajo de un árbol, y todos y cada uno de los días, empleando la vida en dormir. Al diablo con eso —dijo— sacude el árbol y haz que el gran perezoso caiga sobre su trasero.»

Aunque me sigue asustando un poco que Fahrenheit 451 se escribiera en 1953, sobre vivir con miedo hablaré en otro momento...

«—Hubo un pajarraco llamado Fénix, mucho antes de Cristo. Cada pocos siglos encendía una hoguera y se quemaba en ella. Debía de ser primo hermano del Hombre. Pero, cada vez que se quemaba, resurgía de las cenizas, conseguía renacer. Y parece que nosotros hacemos lo mismo, una y otra vez, pero tenemos algo que el Fénix no tenía. Sabemos la maldita estupidez que acabamos de cometer. Conocemos todas las tonterías que hemos cometido durante un millar de años, y en tanto que recordemos esto y lo conservemos donde podamos verlo, algún día dejaremos de levantar esas malditas piras funerarias y a arrojarnos sobre ellas. Cada generación, habrá más gente que recuerde.

[...]

Y tengamos presente una cosa: no somos importantes. No somos nada. Algún día, la carga que llevamos con nosotros puede ayudar a alguien. Pero incluso cuando teníamos los libros en la mano, mucho tiempo atrás, no utilizamos lo que sacábamos de ellos. Proseguimos impertérritos insultando a los muertos. Proseguimos escupiendo sobre las tumbas de todos los pobres que habían muerto antes que nosotros. Durante la próxima semana, el próximo mes y el próximo año vamos a conocer a mucha gente solitaria. Y cuando nos pregunten lo que hacemos, podemos decir: «Estamos recordando.» Ahí es donde venceremos a la larga. Y, algún día, recordaremos tanto, que conseguiremos la mayor pala mecánica de la Historia, con la que excavaremos la sepultura mayor de todos los tiempos, donde meteremos la guerra y la enterraremos. Vamos, ahora. Ante todo, deberemos construir una fábrica de espejos, y durante el próximo año, sólo fabricaremos espejos y nos miraremos prolongadamente en ellos.»


Asusta un poco que Fahrenheit 451 se escribiera en 1953. Me pregunto qué diría hoy Ray Bradbury si leyera, por ejemplo, 20minutos. También si se dejaría quemar...

Free Kiss (Esta mañana me he levantado...)

Feliz día a todos los que sepan por qué hoy son importantes las toallas. O, como mucho, principalmente inofensivas.

Que la Fuerza os acompañe a la salida.

7.5.08

Divagando (Esta mañana me he levantado...)

Estamos tirando a dar (por los tontos buenos tiempos) en otra vida.

El sábado pasado tuvimos concierto de Doctor Divago en Valencia, concretamente en "El loco". Les tenía muchas ganas, desde que me crucé con el Dr. Mongole (un tresdesero que estaba trabajando en hacerles el videoclip de la que se convertiría en mi tema favorito de su repertorio hasta la fecha) y me descubrió este grupo de sonido tan cuidado y letras llenas de reflexión, mimo, retruécanos y metáforas dignas de las mejores poesías.

Actualmente, quizá sólo necesitaría un compás de cualquiera de sus canciones para reconocer su firma sonora, siempre potente, audaz y con un punto de melancolía y cara dura. No sé muy bien por qué, la imagen mental que me viene muchas veces a la cabeza escuchando sus acordes con la melodía de la armónica de Chumi es la de un paseo en descapotable por algún puerto marítimo poco habitado.

Devolviendo mis neuronas al concierto, lo primero que necesitaría destacar para describir un poco la situación es la incombustibilidad de los miembros del grupo. Dos horas y pico de música continuada, con apenas pausas para lo que dura un pequeño trago, de canciones con mucha caña y mucho trabajo vocal. No sé si uno puede sentir agotamiento ajeno, pero algo parecido sentía cuando pensaba en la garganta de Manolo después del enésimo round (no iba a faltar mi propia referencia pujilística ;)). Para estar acorde a las circunstancias, tengo la sensación de que no dejé de batir palmas en ningún momento durante la actuación. Las manos, los pies, el cuerpo se me iba solo detrás de esos ritmos tan sugerentes.

Como músico, aparte de lo ya comentado acerca de sus melodías y tonalidades, no dejaron de sorprenderme con algunos trucos que no había visto nunca, como el "efecto vocoder" en vivo sólo con la ayuda de una mano, y unas cuantas virguerías de batería, bajo, guitarra y percusión (hablando de incombustibilidades, pedazo de solo que se marcó Asensio "Wally" antes del primer bis).

[Inciso para divagación: Asensio es un nombre sin sentido?]

Como punto ligeramente negativo, no entiendo por qué en la mayoría de pubs de concierto quienes ajustan la mezcla de sonido se pasan de volumen (haciendo que esté todo cerca de la saturación o, como poco, ocasionando que se pierda la nitidez de sonido que es tan destacable en grupos como éste). Entre eso y habernos sentado cerca de uno de los altavoces, me pasé el resto de la noche con un pitido terrible en el oído izquierdo. Lo de la voz medio afónica ya fue más culpa mía, por cantar -más bien gritar- las letras de los temas que me sabía, y tratando de adivinar la de unos cuantos que desconocía.

Tanto el comienzo como el final del concierto fueron tan raros como fantásticos; al llegar y saludar a Manolo (que estaba esperando en el pasillo de entrada del pub antes de empezar) no sólo sabe quién soy, sino que se acuerda de mi nick, por un comentario hecho en su blog siglos atrás. Eso sí que es un golpe de efecto.

Quedamos en que después del concierto le asediaríamos un poco para pedirle un autógrafo así que, después del concierto, estuvimos esperando a la salida para cumplir nuestra palabra. Aproveché para comprar un ejemplar de "Un minuto antes de la realidad", que es el disco donde estaba mi tema favorito (y cuya caja, por cierto, parecía haberse caído en una marmita de colonia cuando era pequeña, o algo). Y como quiera que no salían, y que uno de los del local Manolo Contreras (webmaster del grupo entre otras muchas más cosas) nos dijo que podían tardar un poco y que fuéramos al camerino, ni cortos ni perezosos allá que nos dirigimos seguidos de un par de groupies alemanas. Inciso: ¡cuántísimas chicas fueron al concierto! ¡Qué exitazo entre el público femenino!

Entramos en (o casi más cercano a la realidad: asaltamos) el camerino y nos deshicimos de toda la carga de elogios que llevábamos reservando durante toda la noche. No sólo no parecían cansados, sino que aguantaron estoicamente con una amabilidad tremenda un buen rato de cháchara sobre los gamusinos y las peonzas, que si en Castellón la cosa está chunga para encontrar un garito donde tocar, que si Mongole acababa de estar por allí y no lo conocí en persona por el canto de un duro, que si Wally se había caído por el agujero del wáter...

Al final, antes de desearnos mutuamente suerte en nuestras trayectorias y ojalás que volvamos a vernos, nos hicimos una foto (en la que Wally no salió, y cuyo título oficial es "¿Dónde está Wally?") y, ya exhaustos, nos fuimos sonrientes hacia el hotel aullando a Dios en cada farola. No pongo fotos porque la calidad es bastante cutre: cámara de móvil con poca luz... el valor es más bien sentimental porque yo sé quiénes son los manchurrones azules de la foto :D

Fue una gran noche, de las que se atesoran para los momentos bajos. Actualmente tengo su CD ambientando musicalmente mi coche. La caja también, en su acepción más olfativa.

27.4.08

Ah, pirates... (Esta mañana me he levantado...)

Aprovechando que el secuestro en aguas somalíes de un pesquero vasco ha terminado bien... ¿por qué hay tantas asociaciones y sociedades de gestión que quieren equiparar a estos ladrones asesinos con gente que se descarga un tema musical? ¿No bastará ya lo de dejarse llamar "piratas" cuando ni siquiera estamos cometiendo ningún delito? ¿No emprenden después ellos juicios por calumnias cuando les llaman ladrones, y con mucho más motivo, dado que nosotros no les quitamos físicamente nada suyo, pero ellos sí se quedan con nuestro dinero físico?

¿Qué tal si restringimos de una vez los términos a lo que realmente significan? ¿Y si dejamos las descargas ilegales de software en eso, descargas no permitidas por sus licencias, y dejamos las descargas de música, películas y libros como lo que son, ejercimiento del derecho a la copia privada?


18.4.08

Los Juegos Olímpicos ya no son ni juegos, ni olímpicos (A veces pasan cosas)

Hace milenios, los pueblos griegos (incluso los más enzarzados en guerras a muerte) dejaban de lado sus diferencias y se unían para ofrendar sus competiciones deportivas a los dioses durante la Tregua Olímpica.

Hoy en día seguimos socialmente más retrasados que entonces en muchos aspectos.

3.4.08

Microsoft manda en ISO (Esta mañana me he levantado...)



Ése es el resumen. Los que quieran información detallada sobre el funcionamiento de la corrupción a escala global en el ámbito informático, pueden pinchar aquí.

La mía bien hecha, gracias (A veces pasan cosas)

Voy a proponer un pequeño ejercicio de imaginación. Viajemos por un momento a una realidad alternativa donde la receta de la tortilla de patatas es un alto secreto en posesión de una privilegiada compañía alimenticia. En este mundo, el común de los mortales desconoce cómo se prepara una tortilla de patatas. Es más: cuando piden una en un restaurante de lujo (únicos lugares donde se permite su venta), lo único que los afortunados comensales pueden extrapolar de la tortilla se basa en lo que sus sentidos pudieran inferir de ella.

Pero de poco les valen dichos sentidos a la gente de este mundo, ya que otra de sus extrañas características radica en su acusado atrofio: son casi ciegos, y apenas pueden reconocer sustancias basándose en su aroma o sabor. Excepto por un reducido grupo de gente experta con algunas habilidades adicionales (jefes de cocina, prestigiosos catadores y personalidades homólogas a nuestro Ferrán Adriá), la mayor parte de la gente sólo puede decidir si le ha gustado o no.

Por si fuera poco, sólo existen dos variedades de tortilla de patata en este mundo imaginario: con cebolla o sin cebolla. Todas las demás variables que en nuestro mundo sí reconocemos (por ejemplo, el número y cantidad de los ingredientes, el tiempo de preparación, el uso de especias, o la presentación en plato) no existen para ellos; la empresa que ostenta la fórmula secreta no tiene ni la necesidad, ni el interés, ni quizá la creatividad necesaria para variar su composición.

De hecho, sólo muy de vez en cuando, la empresa decide cambiar sutilmente algún aspecto de esta receta, y suele hacerlo deprisa y corriendo para cumplir con los tiempos de producción que los departamentos económicos les imponen. Es de todos conocido en nuestro mundo imaginario que algunas remesas de tortillas provocaron epidemias por usar ingredientes en mal estado. En el mejor de los casos, el mayor problema del consumidor era que el camarero tardaba (por alguna razón inexplicable) más de hora y media en traerle la tortilla que había pedido y la tortilla estaba cruda. Por lo general, “sólo” tardaba tres cuartos de hora y se servía casi carbonizada.

En ocasiones, en la prensa de este mundo paralelo aparecen noticias referentes a altas personalidades que han visto truncadas sus carreras por indisposiciones (supuestamente) provocadas por el consumo de tortillas adulteradas por cocineros de grupos opositores. Incluso hubo un caso de asesinato provocado por una tortilla rellena de cianuro. El infeliz comensal nunca llegó a notar nada distinto en el aspecto general de su tortilla.

Al contrario de lo que pudiera parecer, aunque el conocimiento de la creación de una tortilla de patatas esté en manos de una minoría, la gente de ese mundo ha terminado de alguna forma necesitando consumirla en algún momento de su vida. Incluso hay gente en ese mundo cuya vida cotidiana -y hasta su realidad social- depende a menudo del ciclo de vida de las tortillas de patatas, sin saberlo.

Por supuesto, mucha gente emprendedora ha intentado en ese mundo desarrollar su propia versión de la tortilla, investigando aquí y allá, cogiendo ideas de intentos parecidos de otra gente o de pistas inferidas de los restos encontrados en la basura de los restaurantes. Algunos lo hacen para tratar de encontrar una fórmula mejor y desbancar a la competencia con su producto. Otros, simplemente, porque intuyen que hay otras variedades posibles que se adaptarían mejor a sus gustos y creen que la gente debería probarlas por propia iniciativa y sin ningún tipo de compromiso ni rechazo contra la de los restaurantes (si es que no les importan sus problemas conocidos, claro). Pero esta gente es muy poco conocida y se ve obligada a trabajar desde la sombra, ya que la compañía de marras presionó lo suficiente a los políticos de varias partes del planeta para que la receta de la tortilla estuviera protegida contra su réplica o, incluso, contra la creación de recetas que tuvieran algún ingrediente en común.

Podemos volver ya a nuestra realidad, quedáis invitados. A este lado de la frontera de la imaginación, cualquiera conoce la receta de una tortilla de patatas. Y no sólo eso: puede adaptarla a sus gustos (fría, tibia, caliente, con mucha sal, con poca sal, con patatas cortadas en tiras, en rodajas, picadas, con un huevo o varios, con levadura, poco hecha, muy hecha, y un largo etcétera). Puede deleitar a sus invitados con sus tortillas (aunque estos insistan en que las mejores son las de sus respectivas tías). Puede probar ingredientes nuevos. Puede saber qué se supone que está comiendo cuando la pide en cualquier local (y los expertos culinarios o sanitarios pueden inspeccionar el producto). Puede dedicarle tanto tiempo como quiera para desarrollar la mejor receta de tortillas de patatas del mundo y, por supuesto, puede comer tantas como quiera, en el tiempo que quiera, con la gente que quiera. Puede publicar la receta, venderla, regalarla. En pocas palabras: es LIBRE para usar la receta como quiera.

Un pequeño apunte informático, antes de que se me olvide: los programas de ordenador que usamos cada día (el llamado “software”, desde el sistema operativo hasta cada aplicación) se “cocinan” a partir de una serie de instrucciones de texto, una “receta”. Todo aquél interesado en saber cómo continúa la historia (tanto la real como la imaginaria) tiene un sitio en el encuentro de aficionados al Software Libre desde el 27 al 30 de este mes en la Universitat Jaume I. Toda la información se encuentra en la web del evento: http://iparty.aditel.org.

Artículo publicado en el periódico "Mediterráneo" el 23/03/2008.

1.3.08

Mithos y Logos, el medievalismo tecnológico (A veces pasan cosas)

Al estudiar la Historia de la Filosofía, se nos explica (con mejor o peor suerte) cómo lo primero que hizo el Ser Humano, quizá desde antes de que se le pudiera aplicar esa denominación, fue mirar a las estrellas, al sol, a la luna, a las tormentas, al rayo, a las mareas, a la tierra, el agua, el fuego, la vida y la muerte, en definitiva a todo cuanto le rodeaba y no podía controlar ni explicar, y conferirles un halo de esoterismo divino.

Ese esoterismo, no obstante (o mejor dicho, precisamente por ello), contaba siempre en su núcleo con la esencia de un comportamiento inexorablemente antropomorfo: esos dioses eran volubles, impredecibles, protectores, caprichosos, violentos, cariñosos, caóticos, vanidosos, sedientos de sangre, amables... Los primeros guionistas de la (pre)historia se curtieron imaginando y difundiendo la certeza de las experiencias comunes de su vida cotidiana con los elementos.

El sol, por ejemplo, moría por la noche, vencido por la luna, pero renacería al amanecer si se velaba por él; quizá si el guionista viviera en una zona marítima, diría que el mar lo curaba o lo apagaba, según su zona geográfica. Cada estrella o grupo de estrellas eran seres suprahumanos colocados allí según sus devaneos y sus pasiones. La ira de los volcanes se apaciguaba con sacrificios. Cada terremoto era un enfado temible, cada presa cazada un regalo de vida.

La Historia de la Filosofía, decía, nos introduce a este despertar imaginativo y curioso de una especie a la que todo le quedaba por saber. Cada duda sin contestar se rellenaba con una historia más o menos plausible. El homo sapiens jamás toleró bien la incertidumbre. Quizá tampoco ningún otro ser vivo, por otro lado.

Durante mucho tiempo, para esos humanos primitivos, las cosas sucedían como sucedían por un sistema más o menos complicado de reglas intuitivas relacionadas con los comportamientos anteriores observados de esas divinidades. La predicción de acontecimientos y las explicaciones a esos acontecimientos eran una aleación homogénea de ilusión y realidad.

Un buen día, a alguien un poco más aburrido que el resto, o quizá a quien no le terminaban de convencer las complejas inconsistencias subyacentes a las explicaciones del momento, se le ocurren unas cuantas preguntas. Por ejemplo, cómo pueden estar seguros de que esas explicaciones son ésas y no otras. Cuánto se puede saber. Cuánto pueden llegar a saber.

Lo más probable es que este individuo fuera sacrificado esa misma tarde. Pero ese pensamiento-virus ya se había conseguido ensamblar, de la misma manera en que una molécula con los componentes necesarios termina formando antes o después una forma estable. Otros individuos se infectaron, y se podría decir que ese día (geológicamente hablando) se le asestó un hachazo importante a las palabras de la aleación de "ilusión y realidad", para separarlas en el terreno del relato de una historia (el mithos, la palabra en la narración) y el terreno de la explicación de unos hechos (el logos, la palabra en el informe).

Según las convenciones usuales, la invención de relatos terminaría convirtiéndose en religiones, y la búsqueda de explicaciones en ciencias. A priori, el mundo queda binarizado: gente que sigue los dictados de la tradición y gente que explora nuevos caminos.

También según las convenciones, la Historia de la Humanidad ha tenido altibajos culturales, donde una época de barbarismo se dejaba atrás con el esplendor de quienes se sobreponían a la barbarie, quienes a su vez terminaban decayendo en otro barbarismo tras el que los supervivientes trataban de recobrar el esplendor de épocas más nobles.

Por ejemplo, en la parte occidental europea de nuestro planeta hacia el año 1300 d.C., el mithos se había hecho fuerte. El logos se revolvería para intentar devolver su estatus alcanzado en la Grecia clásica. Luego, de nuevo el mithos apresaría como una boa constrictor a las mentes más evolucionadas, a los adelantados a su tiempo, para acallar sus voces y permitir la perpetuidad de lo ya establecido. Más tarde, otra vez, periodos más ilustrados darían otro empuje a la especie. Pero, mientras que el mithos siempre terminaba devolviendo la oscuridad a un gris más o menos determinado, el logos proporcionaba cada vez claridades mayores, robándole parcela tras parcela al mithos. La prevalencia perpetua del logos sobre el mithos era cuestión de tiempo.

¿Lo era?

Veamos la misma parcela del planeta ahora. Han pasado más de diez mil años después de algunos hechos abocetados al comienzo del texto, más de cinco mil años después de que el clima y los astros fueran cronometrables, más de tres mil años desde que comenzara un uso complejo de los números abstractos, más de mil años después de que nos manejáramos rudimentariamente por el interior del cuerpo humano, más de quinientos años desde que los cuerpos celestes han dejado de estar tan lejos, más de doscientos años desde que construimos potentes ingenios móviles, más de cien años desde que todo lo anterior se conoce y se explora y se expota exponencialmente, junto con otro número también exponencial de otros campos de conocimiento.

Y el mithos está aquí, todavía. "Pero moribundo", puede pensar alguno. ¿Moribundo? Goza del mejor estado de salud que ha tenido nunca. Ha aprendido (si no lo sabía ya) a simbiotizarse con el (o mejor dicho, parasitar al) logos, de forma que cada gota de nutriente que consigue el logos, termina siendo asimilado de alguna forma por el mithos.

Obviamente, estoy hablando de religiones, pero sólo colateral y casi anecdóticamente. Valga una serie de ejemplos de lo que quiero significar: podemos medir el tiempo con precisión de billonésimas de segundo en eones, y contamos los años a partir del nacimiento de un personaje mítico. Tenemos máquinas para computar ecuaciones complejísimas, pero si cuentan con un número de código de seguridad, evitamos el 13 "porque trae mala suerte". Podemos enviar texto a través de un dispositivo móvil, y lo usamos para que un extraño tipo en batín (que aparece anunciado en un carísimo y delgado dispositivo de visualización hiperrealista en tiempo real) nos relate qué nos deparan las estrellas ese día (cobrándonos por ello). Estamos entrando en el terreno de la nanotecnología médica, y algunos se negarían a someterse a una operación por considerar impuro el derramamiento de su sangre.

Son unos pocos ejemplos elegidos al tuntún de entre la miríada que compone nuestro día a día, por gente común e independientemente de su sexo, creencias, cultura, edad, estatus social, etc. Basta con leer los rituales de los astronautas rusos antes de salir al espacio, por poner un ejemplo extremo. El mithos y el logos siguen, muy a pesar de muchos, conviviendo en una sociedad que hace tiempo que debería haber aprendido a pensar y comportarse racionalmente. No quiero decir que fuéramos todos robots, sino que se relegaran nuestros impulsos "espirituales" a sus áreas estrictas, a tratar las creencias como eso, creencias, y no como verdades objetivas. Ser lógico no significa no tener escrúpulos o ser un desalmado.

El panorama es bastante triste mirando alrededor: (mal)vivir tras el dinero o un trabajo, creer que alguien necesita unos papeles para poder vivir en un lugar del planeta específico, recortar libertades a cualquiera que no comparta sus mitos, usar las últimas tecnologías para exterminar formas de existencia molestas para otros, el uso en general por parte de los necios de las herramientas que las mentes más brillantes ganan para el logos, pervirtiendo su esencia hasta el punto de boicotear a los próximos descubridores de otras herramientas que a su vez los necios usarán para su siguiente necedad. Los idiotas y los brutos ganan, los inteligentes tienen los días contados hasta que les partan la cara (si han tenido el valor de mostrarla, claro). Vamos para atrás, hacia un medievalismo tecnológico, peor si cabe que el anterior, en tanto que los detentores de la batuta de la Humanidad contarán con las mejores herramientas y las peores intenciones.

"La violencia es el último recurso del incompetente", decía Isaac Asimov en boca de su alter ego Salvor Hardin. Asimov sabía unas cuantas cosas sobre la mentalidad humana y su repercusión en la historia, desde luego. Si alguien aún no lo ha hecho, debería echarle una ojeada a la saga de "La Fundación", donde se explica con mucha claridad por qué seguramente nos vamos a ir todos al carajo en no demasiado tiempo.

Así que, por lo menos, tratad de ser felices, o algo, mientras seguimos confiando en que algún día alcanzaremos, por fin, la Humanidad.

10.2.08

Infinitudes (A veces pasan cosas)

Hay más números que tiempo en el Universo (suponiendo un Universo Cerrado). Si dispusiéramos de la máquina más rápida del Universo que viniera generando un número desde el inicio del Universo, al terminar el tiempo del Universo este número sería el mayor número representado posible. A efectos prácticos, bastaría que el infinito de los números fuera simplemente el número anterior mas uno.

Pero los matemáticos no son tan pragmáticos. En cualquier caso, se brinda la cuestión de que, en nuestra realidad, no existen los bucles infinitos (aunque los bucles infinitos existan), puesto que durarían como máximo hasta que el tiempo del Universo terminara.

Es, básicamente, un problema de nomenclatura. Deberían llamarse "bucles potencialmente infinitos en un Universo Abierto". ¿A quién hay que avisar para que revisen el concepto?

La pastilla. Ñam.

Sobre Dios, la Omnisciencia, el Libre Albedrío, y Satán (Esta mañana me he levantado...)

Me entero por 20minutos (dónde, si no) que Susan ha desprecintado el infierno y a Satán. No sabemos si habrá dicho para sus adentros "Queda reinaugurado este local", pero el tema da que pensar.

No voy a entrar en profundas cuestiones teológicas. Sólo un par de proposiciones lógicas que demuestran que algo no encaja en la historia que se nos cuenta. Desde un punto de vista mitológico, pongamos que creemos que existe un dios.

Parto de los siguientes axiomas sobre ese dios:
-Dios es El que Es (Dios es la Existencia en sí misma, la esencia del Ser).
-Dios es Omnisciente.
-Dios creó a la Humanidad con el don del Libre Albedrío.

Hasta aquí espero que estemos de acuerdo todos

Y añado un par de hipótesis mutuamente excluyentes:
-Dios creó a Satán.
-Dios no creó a Satán.

Comenzamos con un problema en los propios axiomas, pues la Omnisciencia es antagónica al Libre Albedrío. El Libre Albedrío implica que no hay un futuro escrito, que tenemos la posibilidad de elegir nuestros caminos. Pero si Dios es Omnisciente, Él ya conoce a priori esos caminos y, desde el mismo momento de Su propia existencia, Él ya conoce todo lo que va a hacer, incluida la creación de los humanos, dotados, pues, de un imposible Libre Albedrío, puesto que también conoce qué van a hacer esos humanos. De hecho, ni siquiera le serviríamos como distracción, pues conoce perfectamente cómo vamos a "evolucionar en el Universo". Como un Tamagochi que has programado tú mismo con una sola función. Predecible y aburrido.

La cosa se termina de liar con el tema de Satán, por motivos obvios: si Dios creó a Satán, es un poco hijoputa crear una figura que sabe que se va a convertir en pura maldad y va a martirizar a su creación. Vendría a ser como estar embarazada de Hitler a sabiendas de lo que va a hacer el susodicho en el futuro.

Pero aún es más interesante si Dios no tuvo nada que ver con la creación de Satán, puesto que entonces Satán también es El que Es, ha sido capaz de convertirse en la propia esencia del Ser, y por lo tanto a priori debería tener los mismos superpoderes que Dios. Con lo que hay dos Dioses en realidad, uno bueno y otro malo, ambos Omniscientes. ¿Realmente los judíos/cristianos/etc. estarán adorando al que toca? ¿Será consciente Susan de todo esto, o preferirá mirar para otro lado?