Mear de pie es una guarrada. Por muy buena puntería que tengas, por la propia altura y potencia del disparo es imposible que no dejes la taza (bueno, o como se llame lo que hay debajo de lo que levantas) llena de gotas de suspensión.
¿Por qué los tíos tenemos que mear de pie?
A veces algún compañero o compañera dice o hace algo (o simplemente existe) que me provoca el deseo de darles un estupendo abrazo, o coger sus manos y juguetear con ellas, o algo tan sencillo como lanzarles un beso.
¿Por qué no te dejan hacerlo y se sienten violentos porque queda mal?
Si no me sé una pregunta de examen, no tengo reparos en rellenar con chistes. No escatimo comentarios graciosos en los trabajos de clase (aunque sean graciosos sólo para mí), con la consiguiente cara de espanto de algunos colegas.
¿Por qué tenemos que ser serios e hiper-rigurosos en lo que hacemos?
Hay gente que de verdad cree que es normal pasarse como ocho horas al día durante unas cuatro décadas de su vida yendo a un lugar a hacer cosas para obtener unos papeles que le servirán para que la gente le dé o haga cosas a cambio de ellos. Que piensan que su trabajo es lo más importante, que es normal tener un hijo y no poder disfrutar de él como se merece durante al menos sus primeros años de vida, cuando más le va a necesitar la criatura.
¿Por qué hay que hacer (normalmente para ayer) cosas que no importa que se hagan mañana, pasado mañana o, simplemente, nunca?
Todavía me encandilo viendo la increíble variedad tonal de algunos amaneceres o atardeceres, del rango cromático de las nubes y sus volúmenes, de las estelas de los aviones arañando de naranja los cielos del ocaso o el hermoso contraste pálido de una media luna contra un intenso azul el 15 de enero de un año cualquiera.
¿Por qué no podemos pasar algo más de tiempo soñando, observando, perdiendo el tiempo en el muelle de la bahía?
Desnaturalizamos la vida; nos acostamos a las mil y nos levantamos a las menos cien por un odioso chisme que hace ruido (el gallo-cyborg mutante del siglo pasado).
¿Por qué tenemos que acostarnos después o levantarnos antes de que nuestro cuerpo nos lo pida?
Vemos raras las parejas homosexuales, las marginamos silenciosamente a no poder mostrar su amor en público tan esporádicamente como haría el resto, les dejamos con las migajas de la vida social, su estilo de vida nos parece antinatural, pecaminoso, no es racional.
¿Por qué necesitamos encontrarle sentido a todo?
Las verdaderas preguntas: ¿Acaso no construimos nosotros la realidad? ¿Qué nos impide hacer que las cosas que no nos gustan dejen de ser como son? ¿Qué nos impide hacer que las cosas sean como nos gustan?
No son preguntas casi metafísicas, como las típicas "quiénes somos", "de dónde venimos", "tragas o escupes"...
Las cosas son como son porque nosotros las hacemos así. Pero podemos hacerlas de otra forma. Podemos dejar el letargo de inercia social en el que nos movemos y comenzar a modelar nuestro entorno tal y como queremos que sea.
Un primer paso práctico: no escatimar ni una sola palabra (buena o mala, mejor si es buena) de lo que realmente quieras decir. Me da igual si es "métete un calcetín en la boca, pedazo de gilipollas" o "estando entre tus brazos me replanteo la existencia del Paraíso". No te dejes ni una sola letra dentro. Cambia el mundo.
¿Por qué los tíos tenemos que mear de pie?
A veces algún compañero o compañera dice o hace algo (o simplemente existe) que me provoca el deseo de darles un estupendo abrazo, o coger sus manos y juguetear con ellas, o algo tan sencillo como lanzarles un beso.
¿Por qué no te dejan hacerlo y se sienten violentos porque queda mal?
Si no me sé una pregunta de examen, no tengo reparos en rellenar con chistes. No escatimo comentarios graciosos en los trabajos de clase (aunque sean graciosos sólo para mí), con la consiguiente cara de espanto de algunos colegas.
¿Por qué tenemos que ser serios e hiper-rigurosos en lo que hacemos?
Hay gente que de verdad cree que es normal pasarse como ocho horas al día durante unas cuatro décadas de su vida yendo a un lugar a hacer cosas para obtener unos papeles que le servirán para que la gente le dé o haga cosas a cambio de ellos. Que piensan que su trabajo es lo más importante, que es normal tener un hijo y no poder disfrutar de él como se merece durante al menos sus primeros años de vida, cuando más le va a necesitar la criatura.
¿Por qué hay que hacer (normalmente para ayer) cosas que no importa que se hagan mañana, pasado mañana o, simplemente, nunca?
Todavía me encandilo viendo la increíble variedad tonal de algunos amaneceres o atardeceres, del rango cromático de las nubes y sus volúmenes, de las estelas de los aviones arañando de naranja los cielos del ocaso o el hermoso contraste pálido de una media luna contra un intenso azul el 15 de enero de un año cualquiera.
¿Por qué no podemos pasar algo más de tiempo soñando, observando, perdiendo el tiempo en el muelle de la bahía?
Desnaturalizamos la vida; nos acostamos a las mil y nos levantamos a las menos cien por un odioso chisme que hace ruido (el gallo-cyborg mutante del siglo pasado).
¿Por qué tenemos que acostarnos después o levantarnos antes de que nuestro cuerpo nos lo pida?
Vemos raras las parejas homosexuales, las marginamos silenciosamente a no poder mostrar su amor en público tan esporádicamente como haría el resto, les dejamos con las migajas de la vida social, su estilo de vida nos parece antinatural, pecaminoso, no es racional.
¿Por qué necesitamos encontrarle sentido a todo?
Las verdaderas preguntas: ¿Acaso no construimos nosotros la realidad? ¿Qué nos impide hacer que las cosas que no nos gustan dejen de ser como son? ¿Qué nos impide hacer que las cosas sean como nos gustan?
No son preguntas casi metafísicas, como las típicas "quiénes somos", "de dónde venimos", "tragas o escupes"...
Las cosas son como son porque nosotros las hacemos así. Pero podemos hacerlas de otra forma. Podemos dejar el letargo de inercia social en el que nos movemos y comenzar a modelar nuestro entorno tal y como queremos que sea.
Un primer paso práctico: no escatimar ni una sola palabra (buena o mala, mejor si es buena) de lo que realmente quieras decir. Me da igual si es "métete un calcetín en la boca, pedazo de gilipollas" o "estando entre tus brazos me replanteo la existencia del Paraíso". No te dejes ni una sola letra dentro. Cambia el mundo.
3 comentarios:
> Todavía me encandilo viendo la increíble variedad tonal de
> algunos amaneceres o atardeceres, del rango cromático de las
> nubes y sus volúmenes, de las estelas de los aviones arañando
> de naranja los cielos del ocaso
Ayer, cuando salí al Mercadona desde el piso de mi novia en la Malvarrosa, me quedé un par de minutos hacia el cielo que se veía entre los pisos. Nunca creí que llegara a contemplar de manera natural unos azules y morados tan hermosos. Precisamente había una estela de avión entre las nubes.
Yo creo que no es que (no) te acepten, sino que (no)quieren adaptarse a TU cambio y no saben muy bien cómo hacerlo.
Los paréntesis son opcionales.
--Abro inciso--
Situación: yo rallando la libreta de mi ex.
(ella)-Eres malo.
(yo)-¿Y te gusta?
(ella)...-sonrisa, rehuye mi mirada.
(yo)...-sonrisa.
--Cierro Inciso--
Pienso como tú, no hay que escatimar ninguna palabra, sobretodo, si es buena.
Arcan... bueno, ya sabes en qué estoy pensando ;)
Y para Khrome :D
The End Of The World
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