Estábamos los tres allí, sentados en la mesa del restaurante chino, terminando de comer. Ella hizo un comentario que no consigo recordar, al que él y yo respondimos al unísono: "No computa". Nos reímos mucho, por la parida y porque no era un hecho aislado.
Es fenomenal sentir que tienes con alguien esa clase de relación especial que raya en la telepatía. Es algo que, es verdad, se puede conseguir pasando mucho tiempo con una persona en concreto. Pero otras veces parece ocurrir de forma natural con algunas personas, sin ningún tipo de esfuerzo por ninguna de las partes.
Él y yo, por ejemplo, pese a tener una formación y unos gustos muy diferentes en muchos aspectos, solemos conseguirlo. Es como si, ante una determinada entrada de datos, pudiéramos comunicarnos por tecnología inalámbrica la respuesta que vamos a dar.
Con otra persona aún va la cosa un paso más allá; prácticamente podríamos decir que venimos equipados los dos con la misma placa base (aunque la suya es de una versión ligeramente más actual). Tenemos unas aptitudes muy similares, una formación también muy similar, y parecería que compartimos el procesador de la realidad, la tarjeta de sonido, la de vídeo...
En varias ocasiones nos hemos sorprendido escribiendo frases considerablemente largas de forma idéntica, o con muy pocas variaciones en su gramática. O varias tandas de frases cortas exactamente iguales. Hemos pensando exactamente lo mismo en infinitud de ocasiones, y el "sabía que dirías eso" suele venir acompañado de un "sabía que sabías que diría eso". Una complicidad fantástica que parece casi paranormal.
Nuestras vidas, en cierto modo, han trascurrido por sendas paralelas. Ella a varios kilómetros de mí, en un entorno bastante distinto. Y sin embargo, seguimos casi punto por punto cada etapa. A veces me da miedo cuando lo pienso.
No sé hasta qué punto se puede llegar a crear un "simulador de comportamiento" fiel de otra persona para saber cómo responderá ante una determinada frase, o si le gustará más o menos un determinado regalo, o su reacción ante una caricia.
Lo que sí sé es que sin estas dos personas, mi vida no tendría ni una cuarta parte de la magia que le aportan. Valga esta entrada como humilde homenaje ;-)
Es fenomenal sentir que tienes con alguien esa clase de relación especial que raya en la telepatía. Es algo que, es verdad, se puede conseguir pasando mucho tiempo con una persona en concreto. Pero otras veces parece ocurrir de forma natural con algunas personas, sin ningún tipo de esfuerzo por ninguna de las partes.
Él y yo, por ejemplo, pese a tener una formación y unos gustos muy diferentes en muchos aspectos, solemos conseguirlo. Es como si, ante una determinada entrada de datos, pudiéramos comunicarnos por tecnología inalámbrica la respuesta que vamos a dar.
Con otra persona aún va la cosa un paso más allá; prácticamente podríamos decir que venimos equipados los dos con la misma placa base (aunque la suya es de una versión ligeramente más actual). Tenemos unas aptitudes muy similares, una formación también muy similar, y parecería que compartimos el procesador de la realidad, la tarjeta de sonido, la de vídeo...
En varias ocasiones nos hemos sorprendido escribiendo frases considerablemente largas de forma idéntica, o con muy pocas variaciones en su gramática. O varias tandas de frases cortas exactamente iguales. Hemos pensando exactamente lo mismo en infinitud de ocasiones, y el "sabía que dirías eso" suele venir acompañado de un "sabía que sabías que diría eso". Una complicidad fantástica que parece casi paranormal.
Nuestras vidas, en cierto modo, han trascurrido por sendas paralelas. Ella a varios kilómetros de mí, en un entorno bastante distinto. Y sin embargo, seguimos casi punto por punto cada etapa. A veces me da miedo cuando lo pienso.
No sé hasta qué punto se puede llegar a crear un "simulador de comportamiento" fiel de otra persona para saber cómo responderá ante una determinada frase, o si le gustará más o menos un determinado regalo, o su reacción ante una caricia.
Lo que sí sé es que sin estas dos personas, mi vida no tendría ni una cuarta parte de la magia que le aportan. Valga esta entrada como humilde homenaje ;-)
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