Arcan ya exponía acertadamente en su "Aproximación Matemática a (la Teoría de) los Sentimientos (II)" la necesidad de un replanteamiento de lo que entendemos por "conocer" a una persona.
Él se centra en las relaciones interpersonales, y yo tomo el relevo donde lo dejó, acercándome a las relaciones intrapersonales. Es difícil conocer bien a los demás (a menos que compartas placa base) y nunca llegarás a conocerlos perfectamente. Pero ¿acaso nos conocemos perfectamente a nosotros mismos?
Hay veces en las que te das cuenta de que eres de una determinada forma porque ves tus comportamientos o formas de pensar reflejadas en personas que sabes que son como tú: pequeños defectos, pequeñas virtudes, cosas que intuías que estaban ahí pero que nunca te habías parado conscientemente a evaluarlas.
Y es que, ¿qué sabemos de nosotros mismos?
Considero que soy una persona bastante reflexiva (muchos dirían con acierto que excesivamente introspectiva); me gusta ver "las trazas" que me han traído hasta aquí y que me hacen ser como soy. Esto no sólo me permite saber por qué estoy a gusto o en conflicto con lo que me rodea, sino que me permite saber si estoy a gusto o en conflicto con ese estado de placidez o disgusto (lo que llamaríamos una metapreferencia, literatura aconsejada: "Lo que Sócrates diría a Woody Allen", de Juan Antonio Rivera).
Un ejemplo práctico: ya sabéis que me disgustan mucho los tiempos muertos. Que si me muestro arisco es probablemente porque estoy sometido a alguno de ellos, o lo he estado recientemente. La metapreferencia en este caso indicaría si yo me alegro de que me disgusten los tiempos muertos, o si estoy enfadado conmigo mismo porque debería disfrutarlos de alguna forma que desconozco (o tal vez resignarme y rezar una oración, o algo así).
Volvamos a lo que soy, o a lo que parece que soy:
Me pregunto qué porcentaje de autoconocimiento supone todo lo que sé de mí. Sé, por ejemplo, que por mi medio melón lo daría todo. Pero no sé si me atrevería a ir a una playa nudista. Sé que el primer acorde de "All for love" me eriza los pelos de la nuca, o que si hablan del novio de la chica que me gusta, me sentiré incómodo (bueno, esto no es nada especial, le pasaría a casi todo el mundo en una situación así). Pero no sé si sería capaz de saltar al vacío desde una avioneta (con paracaídas, o incluso sin) o si se me daría bien hacer todas las tareas domésticas yo solito.
No sé, a veces creemos que lo sabemos todo de nosotros mismos, y resulta que desconocemos las razones por las que hacemos algunas cosas importantes que hacemos. Simplemente somos así, no nos paramos a pensar por qué (ni maldita la falta que hace).
Y si no nos conocemos ni a nosotros mismos, ¿cómo podemos pretender conocer a otras personas?
O al revés, ¿cuánto pueden otras personas conocer de nosotros que nosotros mismos no conozcamos?
¿Alguien es capaz de decirme algo sobre mí que crea que no sé? Tanto los que me conocéis más como los que me conocéis menos estáis invitados a ello.
Bueno, bastante tostón por hoy. Feliz vida.
Él se centra en las relaciones interpersonales, y yo tomo el relevo donde lo dejó, acercándome a las relaciones intrapersonales. Es difícil conocer bien a los demás (a menos que compartas placa base) y nunca llegarás a conocerlos perfectamente. Pero ¿acaso nos conocemos perfectamente a nosotros mismos?
Hay veces en las que te das cuenta de que eres de una determinada forma porque ves tus comportamientos o formas de pensar reflejadas en personas que sabes que son como tú: pequeños defectos, pequeñas virtudes, cosas que intuías que estaban ahí pero que nunca te habías parado conscientemente a evaluarlas.
Y es que, ¿qué sabemos de nosotros mismos?
Considero que soy una persona bastante reflexiva (muchos dirían con acierto que excesivamente introspectiva); me gusta ver "las trazas" que me han traído hasta aquí y que me hacen ser como soy. Esto no sólo me permite saber por qué estoy a gusto o en conflicto con lo que me rodea, sino que me permite saber si estoy a gusto o en conflicto con ese estado de placidez o disgusto (lo que llamaríamos una metapreferencia, literatura aconsejada: "Lo que Sócrates diría a Woody Allen", de Juan Antonio Rivera).
Un ejemplo práctico: ya sabéis que me disgustan mucho los tiempos muertos. Que si me muestro arisco es probablemente porque estoy sometido a alguno de ellos, o lo he estado recientemente. La metapreferencia en este caso indicaría si yo me alegro de que me disgusten los tiempos muertos, o si estoy enfadado conmigo mismo porque debería disfrutarlos de alguna forma que desconozco (o tal vez resignarme y rezar una oración, o algo así).
Volvamos a lo que soy, o a lo que parece que soy:
- un estudiante de informática de 23 años
- bastante friki
- al que no le gusta salir. O, más bien, me gusta en condiciones específicas; lugares tranquilos con música suave donde no tengas que bailar, donde puedas charlar tranquilamente con otros colegas sobre temas interesantes -frikis o no-. Nada de discotecas o pubs
- con un gusto especial por la buena música (de todos los tipos y de todos los tiempos, pero que tenga buena música y, si tiene letra, buena letra). Nada de 'ruido máquina', vamos. Me privan las canciones lentas y románticas.
- con un gusto especial por la lectura (también de todos los tipos y de todos los tiempos, con especial interés por la ciencia ficción y la narrativa breve)
- con algunos ramalazos de escritura (algunas de las cosas que he escrito están en mi web de Relatos Cortos)
- perfeccionista y quisquilloso hasta lo indecible (sobre todo en lo referente a la ortografía, la propia y la ajena)
- hipersensible (para lo bueno y para lo malo), probablemente por mi formación musical continuada desde mi infancia
- con un sentido artístico desarrollado (también presumo que por la formación musical) un poco en varios campos: dibujo, composición, infografía, ver formas en la Naturaleza o dibujarlas mentalmente
- pianista amateur (sólo llegué hasta tercero del plan viejo) que me aporta, según los estereotipos instrumentales, características de melancólico, introvertido y solitario
- trompetista medio (terminé el grado medio y doy clase a algunos chavales) que me aporta, según sus estereotipos, características de desenfadado, extrovertido y muy sociable (ah, y salidorro)
- no puedo tener las manos quietas, me gusta hacer caricias, dar masajes, hacer cosquillitas tras las orejas y en la nuca, en las yemas de los dedos, en manos y brazos...
- le pongo mucho azúcar (como tres cucharadas grandes) a los yogures, aunque ya sean azucarados
- me gusta casi todo tipo de cine, sobre todo ciencia ficción (efectos especiales sí, pero con guión y argumento, por favor), de humor y románticas
- se me da asquerosamente fatal la Geografía e Historia, y tengo el mismo sentido de la orientación que una cagada de paloma
- tiendo compulsivamente a la optimización de todo lo optimizable: procesos para vestirse antes, ir a los sitios por la ruta más corta, hacer más rápido algún tipo de operación en un programa... esto por una parte se debe a que
- no quiero incrementar la entropía del Universo innecesariamente (y acercarlo a su Fin de esta forma)
- odio los Tiempos Muertos
- soy muy vago
- aunque soy muy vago, también acabo siendo de los que más curran cuando llega la hora de currar
- tengo curiosidad por todo; me lo pregunto todo, tanto lo que no sé como lo que creo que sé. A veces me encuentro con que hacemos cosas que es una estupidez hacerlas como las hacemos (este blog tiene unas cuantas), o incluso simplemente hacerlas (o no hacerlas). Por ejemplo: ¿por qué en las escenas de batalla de las pelis los arqueros se esperan a que los otros vengan a atacar? ¡Si cuando los tienen a todos quietecitos y en línea se los podrían cargar enseguida!
- a pesar de lo que se pueda inferir de mi nick (Marte- en el IRC), soy terriblemente pacifista y promotor de buen rollo (o lo intento). Mi nick es por mi pasión por la astronomía (y astrofísica) y la mitología grecorromana
- eso me recuerda que también soy muy romántico (algo chapado a la antigua en cuanto a caballerosidad y demás) y bastante soñador (despierto y dormido)
- me gusta muchísimo ser sincero, sobre todo cuando lo que tengo que decir es algo bueno. Sumado a lo anterior, resulta en que alguna vez me han dicho que escucharme da la sensación de estar masticando azúcar. Vamos, que soy muy empalagoso
- si tengo que decir algo malo, me prima la sensibilidad a la sinceridad (hay muchos que alegan ser sinceros para decirte la verdad de la forma más hiriente posible, y eso tampoco es)
- me encanta dormir
- me encanta(ría) tumbarme en un sofá con mi chica a ver pelis alquiladas mientras la acaricio, le hago algún masajete u otras cosas
- soy muy pasional, me enciendo con facilidad cuando algo me gusta (en todos los aspectos)
- me gusta planificar las cosas; esbozar un esquema a largo plazo y detallarlo más a corto plazo, buscando planes alternativos más abstractos a los que tengo, por si fallaran los primeros
- aún así, soy muy flexible y bastante amigo del azar (siempre llevo dos dados en mi mochila), y a veces tomo decisiones bastante impetuosas simplemente porque me da por ahí
- siempre intento estar para quien me necesite, y trato de no molestar mucho cuando soy yo el necesitado, aunque no tengo reparos en echar mano de mis amigos (que para eso les pago)
- dicen que valdría como psicólogo, siempre tengo "algo reconfortante" que decir; no me cuesta nada ver el lado bueno de las cosas (y de las personas)
- la gente enseguida toma confianza conmigo
- ahora mismo estoy escuchando la Banda Sonora Original de Stargate, David Arnold se sale. Me gusta mucho la música instrumental y las buenas bandas sonoras
- odio los ordenadores (esto puede parecer raro viniendo de un informático, o tal vez no)
- me encantan las personas, conocer los otros "universos" que esconden, tratar de captar su espíritu, su lista de cosas como las que hay aquí (suelo tener buen ojo)
- hablando de ojos, soy algo miope y no me gusta llevar gafas porque las ensucio enseguida, pero probé las lentillas y eso de tener que ponérselas y quitárselas todos los días era demasiado entrópico. Espero operarme en unos cuantos meses
- por haber llevado aparato durante interminables años, a veces tengo pesadillas con que se me caen o se me rompen los dientes. Encima tengo que operarme para sacarme las cuatro muelas del Juicio Final...
- mi único vicio (físico) malsano puede que sea una especie de tricotilomanía. Tal vez por tener el pelo bastante graso, en cuanto estoy algo nervioso me da por rascarme la cabeza y no me gusta, aunque me "sienta mejor" (una metapreferencia: no me gusta que me guste). Estamos trabajando en ello :)
- soy bastante desordenado (más bien caótico, porque yo suelo saber dónde lo dejo todo)
- un amigo me definió una vez como un enamorado del amor. Esto es algo que he cambiado con el tiempo, pero sigo siendo un ser que necesita de una pareja para sentirse completo. Sólo que antes me enamoraba casi de cualquiera, y ahora el listón está tan alto (en gran parte por lo fantástica que fue mi ex y por lo fantásticas que son las chicas que me cautivan) que creo que va a ser imposible encontrar mi diamante en la arena...
- también me pongo tres cucharadas grandes de Nesquick en la leche (jarra grande)
- trato de dar las gracias por todo lo que hacen por mí que siento que las merece, y de disculparme por todo lo que hago a los demás que siento que lo merece
- en mi visión del mundo, para ser feliz (y, por tanto, en primera línea de mis prioridades) necesito tener a una persona especial a quien querer y que me corresponda. El resto de asuntos de la vida suman, pero no tienen tanto peso. Con alguien que me quiera, me da un poco igual el resto. Si todo va bien pero no tengo a esa persona, me falta algo imprescindible para ser feliz.
Me pregunto qué porcentaje de autoconocimiento supone todo lo que sé de mí. Sé, por ejemplo, que por mi medio melón lo daría todo. Pero no sé si me atrevería a ir a una playa nudista. Sé que el primer acorde de "All for love" me eriza los pelos de la nuca, o que si hablan del novio de la chica que me gusta, me sentiré incómodo (bueno, esto no es nada especial, le pasaría a casi todo el mundo en una situación así). Pero no sé si sería capaz de saltar al vacío desde una avioneta (con paracaídas, o incluso sin) o si se me daría bien hacer todas las tareas domésticas yo solito.
No sé, a veces creemos que lo sabemos todo de nosotros mismos, y resulta que desconocemos las razones por las que hacemos algunas cosas importantes que hacemos. Simplemente somos así, no nos paramos a pensar por qué (ni maldita la falta que hace).
Y si no nos conocemos ni a nosotros mismos, ¿cómo podemos pretender conocer a otras personas?
O al revés, ¿cuánto pueden otras personas conocer de nosotros que nosotros mismos no conozcamos?
¿Alguien es capaz de decirme algo sobre mí que crea que no sé? Tanto los que me conocéis más como los que me conocéis menos estáis invitados a ello.
Bueno, bastante tostón por hoy. Feliz vida.
2 comentarios:
Leyendo tu post me has recordado la película de Jim Carrey "Yo, yo mismo e Irene", cuyo título podríamos sustituir por "Mars Attacks, él mismo y su 'ella'" o también por "Arcan, él mismo y su 'ella'" y que en definitiva podría servir a todos nosotros (Eru me permitirá la excepción ;)) para hacer introspección sobre quienes somos, quienes creemos que somos y quien cree que somos 'ella'.Entonces nos daríamos cuenta hasta que punto (no) hacemos cosas que (no|si) son de nuestra propia naturaleza y que quizás sean de la naturaleza que le gusta a ella y que en el fondo sólo seamos un compendio de seres que, a la par que nosotros, los demás creen que somos, aunque en el fondo, no seamos así...o sí.
No se que es una tricotilomanía.
No pienso mirarlo en el diccionario, pero me gustaría verte deletrear la palabra con una cucharada de esos yogures hiper-azucarados que te tomas.
Yo también tengo la relajante manía de rascarme la cabeza, sobre todo cuando no hay 'ella' que la acaricie ;).
Fdo: Arcan, yo y todas esas visiones de mi que existen, aunque probablemente las que no existen, también formen parte de mi.
Tal vez somos como somos por la influencia de los otros "yo" que coexisten en paralelo en las infinitas configuraciones cuánticas del universo más cercanas al nuestro.
Buena observación lo del grado de amoldamiento a nuestras "ella" y hasta qué punto esto puede distorsionar (o hacer evolucionar) nuestra forma de ser.
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