El Tiempo Fractal no está en absoluto desligado de los sentimientos; las variaciones hormonales que influyen en nuestro estado de ánimo son cíclicas, ya convenimos que podemos encontrarle una relación de recurrencia a los periodos de nuestras vidas.
Un día cualquiera estás bien. Alguien dice una frase de tres segundos y el Universo al completo te cementa los pies y te hunde en el más profundo de los océanos. Tal vez te reconforte algo pensar que esto son sólo los primeros cien años, que después se pasa. Tal vez no.
Otro día estás mal. Alguien dice una frase de tres segundos y en tu interior un ave Fénix que se sacude sus propias cenizas y remonta el vuelo, haciendo un tirabuzón invertido hacia detrás. El jurado le da la máxima puntuación.
Otro día estás apático. Da igual lo que digan porque no les escuchas. Tu vida es justo la complementaria de la que querrías tener, y tu consciencia vaga por algún rincón del Ser que resulta transparente para todos los demás, incluso para los que están vagando por allí a la vez.
Otro día da igual como estés, porque tu oficio de super-héroe / ángel de la guarda / gilipollas terminal requiere que concentres toda tu atención en los problemas de los demás. Afortunadamente llevas gafas, así la gente no te reconoce en el día a día.
Para cada persona varía de una forma tremenda el detonante que transmuta entre estos estados; a unos les puede hundir una mala nota, saberse mal preparados para la vida laboral, aguantar demasiado tráfico en la ciudad...
Tal vez peque de egocéntrico, pero tengo la sensación de que el amor y el desamor son los ejes que predominan entre todos los detonantes, los que mayor inestabilidad (aunque sólo si algo falla) aporta a nuestras vidas, convirtiendo nuestro estado de ánimo en un trepidante Dragon Khan: caídas en picado, remontes, loopings, curvas inesperadas, mucha adrenalina, mucho miedo, a veces incluso rabia, y todos estos estados alternándose aleatoriamente a toda velocidad.
¿Vale la pena no subirse al Dragon Khan sólo para disfrutar de una cierta estabilidad? Cuando nadie te interesa y no le interesas a nadie, estás en paz contigo mismo. Cuando te interesa alguien y le interesas a ese alguien, no sólo estás en paz contigo mismo sino que además estás mejor que nunca (sobre todo si sabes darte cuenta de que lo estás).
Como siempre, los casos "divertidos" son los más complicados. Ante la situación de que te guste alguien que no te hará caso, ¿qué harías? Al principio la respuesta puede parecer simple: no tienes nada que perder, así que ¿por qué no? Es sólo después cuando te das cuenta de que puedes estar tirando tu vida por la borda por haberte vuelto un títere de las "volubles vicisitudes de las emociones"; sentirte a ratos bastante bien, ahogarte en magma al blanco vivo cuando recuerdas la "cruda verdad" de la situación, dejar de ser dueño de tu estado de ánimo para vivir a caballo de la interacción que tengas con otra persona, con la que a priori no tienes nada que hacer...
Las sensaciones se basan en parejas antagónicas de placer y dolor, necesidad y saciedad, paz y estrés, luz y oscuridad, etc. Ahora que hace frío, valoramos mejor la confortable calidez del hogar. Y, cuanto más frío hace, mejor nos encontramos en ese calor.
En verano ocurre al revés (al menos si no eres un friolero como servidor, que no tiene duda en preferir cocerse a helarse). Estos cambios, estos contrastes, son los que nos hacen percibir las sensaciones mismas. Las que, en definitiva, nos hacen sentir vivos.
Pero muchas veces cambiaríamos con los ojos cerrados nuestra realidad por otra estable (en el tema del calor, pongamos con una temperatura perpetua de 21º). Probablemente no estaríamos mal, pero perderíamos la riqueza sensitiva del frío de diciembre que te hace llorar los ojos y el abrazo de la calefacción de la casa. Digamos que estaríamos viajando cómodamente en un Dragon Khan "para niños", a poca velocidad y bastante a ras del suelo. Parece aburrido pero que tire el primer misil transoceánico quien no haya querido alguna vez que se parara el mundo para apearse, volver a tener el control de su tiempo y de su vida, sentir que el Sol saldrá mañana de nuevo porque lo han dicho en las noticias.
Entonces, ¿es mejor no amar y estar estable en un límite bajo o arriesgarse a sentir y lanzarse de pleno al Dragon Khan de los sentimientos?
Un día cualquiera estás bien. Alguien dice una frase de tres segundos y el Universo al completo te cementa los pies y te hunde en el más profundo de los océanos. Tal vez te reconforte algo pensar que esto son sólo los primeros cien años, que después se pasa. Tal vez no.
Otro día estás mal. Alguien dice una frase de tres segundos y en tu interior un ave Fénix que se sacude sus propias cenizas y remonta el vuelo, haciendo un tirabuzón invertido hacia detrás. El jurado le da la máxima puntuación.
Otro día estás apático. Da igual lo que digan porque no les escuchas. Tu vida es justo la complementaria de la que querrías tener, y tu consciencia vaga por algún rincón del Ser que resulta transparente para todos los demás, incluso para los que están vagando por allí a la vez.
Otro día da igual como estés, porque tu oficio de super-héroe / ángel de la guarda / gilipollas terminal requiere que concentres toda tu atención en los problemas de los demás. Afortunadamente llevas gafas, así la gente no te reconoce en el día a día.
Para cada persona varía de una forma tremenda el detonante que transmuta entre estos estados; a unos les puede hundir una mala nota, saberse mal preparados para la vida laboral, aguantar demasiado tráfico en la ciudad...
Tal vez peque de egocéntrico, pero tengo la sensación de que el amor y el desamor son los ejes que predominan entre todos los detonantes, los que mayor inestabilidad (aunque sólo si algo falla) aporta a nuestras vidas, convirtiendo nuestro estado de ánimo en un trepidante Dragon Khan: caídas en picado, remontes, loopings, curvas inesperadas, mucha adrenalina, mucho miedo, a veces incluso rabia, y todos estos estados alternándose aleatoriamente a toda velocidad.
¿Vale la pena no subirse al Dragon Khan sólo para disfrutar de una cierta estabilidad? Cuando nadie te interesa y no le interesas a nadie, estás en paz contigo mismo. Cuando te interesa alguien y le interesas a ese alguien, no sólo estás en paz contigo mismo sino que además estás mejor que nunca (sobre todo si sabes darte cuenta de que lo estás).
Como siempre, los casos "divertidos" son los más complicados. Ante la situación de que te guste alguien que no te hará caso, ¿qué harías? Al principio la respuesta puede parecer simple: no tienes nada que perder, así que ¿por qué no? Es sólo después cuando te das cuenta de que puedes estar tirando tu vida por la borda por haberte vuelto un títere de las "volubles vicisitudes de las emociones"; sentirte a ratos bastante bien, ahogarte en magma al blanco vivo cuando recuerdas la "cruda verdad" de la situación, dejar de ser dueño de tu estado de ánimo para vivir a caballo de la interacción que tengas con otra persona, con la que a priori no tienes nada que hacer...
Las sensaciones se basan en parejas antagónicas de placer y dolor, necesidad y saciedad, paz y estrés, luz y oscuridad, etc. Ahora que hace frío, valoramos mejor la confortable calidez del hogar. Y, cuanto más frío hace, mejor nos encontramos en ese calor.
En verano ocurre al revés (al menos si no eres un friolero como servidor, que no tiene duda en preferir cocerse a helarse). Estos cambios, estos contrastes, son los que nos hacen percibir las sensaciones mismas. Las que, en definitiva, nos hacen sentir vivos.
Pero muchas veces cambiaríamos con los ojos cerrados nuestra realidad por otra estable (en el tema del calor, pongamos con una temperatura perpetua de 21º). Probablemente no estaríamos mal, pero perderíamos la riqueza sensitiva del frío de diciembre que te hace llorar los ojos y el abrazo de la calefacción de la casa. Digamos que estaríamos viajando cómodamente en un Dragon Khan "para niños", a poca velocidad y bastante a ras del suelo. Parece aburrido pero que tire el primer misil transoceánico quien no haya querido alguna vez que se parara el mundo para apearse, volver a tener el control de su tiempo y de su vida, sentir que el Sol saldrá mañana de nuevo porque lo han dicho en las noticias.
Entonces, ¿es mejor no amar y estar estable en un límite bajo o arriesgarse a sentir y lanzarse de pleno al Dragon Khan de los sentimientos?
7 comentarios:
Cuando te gusta alguien y sabes que no es reciproco es como estar en la primera subida del dragon khan y cuanto más te gusta, más subes. En esa subida, sientes nervios, ansiedad, tu yo optimista te dice que no será para tanto la bajada o que incluso puede ser placentera, conservas ciertas esperanzas, no puedes evitarlo. Y sigues subiendo, no hay vuelta atrás, estás atado a tus sentimientos y estos te conducen cuesta arriba. ¿Cuando llega la bajada? Cuando pronuncias las palabras: "me gustas".
Creo que hay que arriesgarse, probar fuertes emociones, te hacen sentirte vivo, te hacen más fuerte,te habituas a bajadas más pronunciadas, a caer en picado, a tirarte al vacio. Y el juego de la conquista puede ser muy divertido, a veces acabas ganando un/a amigo/a, también puedes acabar distanciandote, pero en fin, si vale la pena talvez merezca la pena jugarsela. Yo me la juego siempre.
Luego hay que saber seguir el camino de la resignación.
Muy bien descrito, sobre todo esta última parte.
Las bajadas no son nada divertidas. Cuando estás abajo, ves pasar por tu lado a babosas más erguidas que tú. Cuando estás arriba, te parece que todo lo anterior ha merecido la pena, que no importa. Pero subir y bajar (sobre todo bajar) puede desgastar tanto que acabes prefiriendo no volver a sentirte tan mal, a sentir esa sensación de tener un nudo en la garganta al pensar que vuestros caminos de la vida se separan. Algo así como en el "Estampida". Y tú sólo querrías estar a su lado, te da igual en cuál de las dos vías...
Yo creo que la pregunta no está bien planteada o enfocada. No se trata de elegir entre amar a alguien y no amar a nadie. Siempre hay que amar, tener a alguien a nuestro lado. El dejar a la persona que hace que nuestra vida sea un Dragon Kahn no tiene por qué suponer el no amar a nadie. Es un paso que hay que dar para poder encontrar a otra persona. Es cierto que esta persona puede aparecer mientras estamos montados en el Dragon Kahn, pero es innegable que las posibilidades aumentan en cierto modo cuando no se tiene a una persona que nos absorva. El dejarla supone tener más tiempo libre que podemos emplear en muchos hobbies que tal vez nos permitan encontrar a alguien. Por ejemplo, se puede chatear con gente distinta y no estar siempre concentrado en la conversación que tenemos con nuestra amada... o puede ser que al no "tener" que quedarnos en casa charlando con ella, salgamos a algún evento social al cúal no hubiesemos salido de estar ella en nuestras vidas. También supone un anuncio, más o menos público, de nuestra "soltería". Está claro que el dejar a la chica en cuestión, no nos va a proporcionar una nueva enseguida, pero al menos hará que nuestra vida se estabilice un poco a largo plazo (aunque a corto plazo será un infierno) y nos dará fuerzas para afrontar una nueva aventura con la chica que aparezca... que aparecerá, siempre lo hacen...
Es el dilema de siempre... ¿budismo-estoicismo-alejado-de-sobresaltos o nihilismo-hedonismo-vitalista-emocionante-quemarropa? :D
Interesante lo que dices del tiempo fractal. Existe una técnica estadística multivariante bastante avanzada, las Series Temporales, que van justamente del análisis de patrones temporales :)
Hay veces en las que parece como si saliendo de la jaula de nuestras cuatro dimensiones, la existencia cobrara cierto sentido. Pequeñas chispas de atisbo de que la Existencia tiene la forma de un cisne que levanta el vuelo de un lago una brumosa mañana de abril.
Todo parece cobrar un breve sentido, como si cada variable de una enorme ecuación matemática ya hubiera predicho que tenías que estar en ese lugar en concreto en ese preciso momento. Tienes la sensación de que todo "está saliendo bien", aunque no tienes la más remota idea de qué es "todo" y qué entiendes por "salir bien".
Sin embargo, en otros momentos parece como si todo fuera una cornucopia de frases inconexas dentro de una sopa gigante; todo se limita a ser, sin tener ninguna razón para ello. Y encima todo "va mal", aunque sigues sin tener la más remota idea de qué es "todo" ni qué entiendes como "ir mal". Sólo esa sensación de vacío en el estómago, de pérdida. De caída libre en una montaña rusa.
Siento que todo lo que se me pasa por la cabeza está entrelazado de alguna forma que todavía no alcanzo a comprender, más que en algún hermoso sueño. Cuando despierto, ese "conocimiento" me parece una soberana idiotez. Y luego también ocurre a la inversa, sé racionalmente que no me va a sentar bien subir tanto al Dragon Khan. Pero algo en mi interior se rebela, y quiere subir. Como si alguna vez, algún día, en algún trayecto, el recorrido cambiara y pudiera decidir que ya no quiero volver a bajar, sólo lanzarme hacia el intenso azul celurio, hasta la misma Luna.
Yo sólo quiero que todo vuelva a salir bien, sea lo que sea "todo" y sea lo que sea "salir bien". No creo que sea tanto pedir.
¿Qué hay de los Dragon Khan que nunca bajan?¿Del fin de los loopings?¿Qué pasaría si, después de ese pequeño tramo casi completamente horizontal, en el que algunos nos encontramos nerviosos antes de una gran bajada,tuviera al final no una bajada, sino otra subida?. Eso es "salir bien", recorrer el Dragon Khan (el "todo") con pequeñas incertidumbres(algo parece que no va bien, se desestabiliza la subida, ¿que pasará?¿bajaré?¿subiré?)que la relación que hay entre los dos puedan superar de manera certera, esto es, a mi modo de ver, sinceridad sentimental y sinceridad de conciencia(buena intención chicos/as que yo puede tener mala intención pero lo noto ;)). Las bajadas son el mal desenlace del problema, ¿acaso habéis visto algún tramo de Dragon Khan en forma de uve invertida?, llegar al punto de inflexión es un proceso paulatino, hay que aprobechar ese proceso en el que parece que algo cambia y no sabes si para bien o para mal y sincerarte primero contigo mismo y luego con la otra persona.
He intentado con esto lo que a mi modo de ver sería el que "todo salga bien", me gustaría poder meterme en un análisis de loopings, pero aún son demasiado complejos para mi comprensión. sin duda puedes elegir vivirlos, con el riesgo de caerte en uno de ellos. Simplemente también puedes tirarte del vagón, deshacerte de las medidas de seguridad y, aún a riesgo de la altura a la que te encuentras, lanzarte al vacío,¿quién sabe?, seguro que pasan más vagones y paras a caer a uno de ellos ;). El Dragon Khan es un buen negocio, por eso en un día hay muchos viajes con muchos vagones ;). Yo me he bajado a un par de alturas y ahora estoy haciendo cola.....¡No veáis las ganas que le tengo!¡Se ve muy divertido desde aqui abajo! :D
Últimamente sólo puedo concentrarme en los gritos y los lamentos de los que están subidos. A veces me doy cuenta de que esa voz que me resulta familiar es la mía.
Todo esto suena chungo, porque en realidad estoy mal (no, estoy de puta pena) pero tampoco me veo acabado. Estoy hundido, pero de cierta forma el hacer lo que siento que quiero hacer (a veces sacrificando lo que debo hacer) minimiza mi potencial de disonancia.
Digamos que no tengo los ingredientes para cocinar mi sopa de la felicidad, así que me tengo que preparar un sucedáneo bastante más amargo. Algo que siempre me ha dado bastante lástima es cuando alguien sí tiene esos ingredientes, pero por alguna extraña razón, o no conocen la receta o no tienen el recipiente.
Ya puedo ver el anuncio por palabras: Chico majete comparte recipiente y receta a cambio de ingredientes.
Publicar un comentario