La navidad es la mejor época para suicidarse, según dicen algunos. Clínicamente se explica por la falta de luz, el aumento patente del individualismo y el estrés y, sobre todo, esas voces que algunos oímos en nuestras cabezas (sí, la de los chirriantes villancicos, de los cuales los niños que pusieron su voz deben andar ya por el jeriátrico).
Por suicidarse, se suicidan hasta algunos blogs.
Una pequeña parte de todo el mundo se muere al terminar un año (y si te suicidas, pues una mayor parte). Al igual que "La petite morte" del orgasmo, que nos arrebata durante unos instantes y supone un hito a partir del cual continuamos nuestras vidas, el comienzo de un nuevo año supone para muchos una especie de muda de piel, un descamamiento del alma que intenta dejar atrás esos pequeños defectos y problemas en busca de un perfeccionamiento. Una metamorfosis espiritual para ascender a otro estadio de pureza.
Afortunadamente, todas estas cosas duran hasta el 6 de enero, fecha en la que la gente deja de beber y de decir tonterías.
La navidad es la mejor época para un montón de cosas. Para ordenar los enlaces de favoritos, para ponerte al día de la ingente cantidad de trabajo que hay que hacer, para arreglar tu cuarto, guardar por fin esos apuntes que no vas a usar, o pasar un rato con la familia, los amigos, la pareja, el perro, el gato, el loro, la iguana o lo que sea que tengas.
También es la mejor época para ver por fin esas películas o capítulos que nunca has tenido ocasión de ver: desde "Tomates Verdes Fritos" hasta los 10 primeros capítulos de la tercera temporada de House, de un tirón. Con el batín puesto, bien calentito, con una cajeta llena de barquillos cerca y algo de chocolate por si acaso. ¿Qué más se puede pedir, aparte de a alguien saltando frenéticamente sobre tu regazo, ensartándose una y otra vez tu erecto miembro? Pocas cosas, muy pocas cosas. Una Wii, por ejemplo, que parece que está triunfando como la Coca-cola.
Porque también es la mejor época para regalar algo. Aunque las tiendas estén abarrotadas de gente, las cosas se hayan encarecido, y nada de lo que vayas a comprar se necesita realmente. Es la mejor época porque lo dicen los comercios, y punto.
La navidad es la mejor época, también, para odiar la navidad. Nadie se queda indiferente: o te encanta, o la odias. O te deja indiferente, lo que va en contra de la primera afirmación, pero la vida es así de rara a veces. O todo lo contrario.
La navidad es la mejor época para ver mamanoelas con poca ropa (a las que, como diría Dani si escribiera, les van a crecer estalactitas en ciertas partes como salgan a la calle con esa guisa). Es la mejor época para las parodias del "mensaje del rey". Para los zapping con las 314 mejores imágenes del año, para maquinar un ataque terrorista poniéndole Polonio 210 al saco de Papá Noel y destruir la Navidad si Jack Bauer no lo impide, para rescatar los playmobil (clicks, de toda la vida) y ponerlos en el Belén junto con los robots, motos, coches y todo lo que se te ocurra para crear una versión postmodernista del mismo (qué grandes recuerdos del Sentinel de los Madelman 2050 custodiando el castillo de Herodes tiempo ha...).
La navidad es una época inmejorable para todo esto. No te suicides: si te matas, estás perdiendo una parte muy importante de tu vida (parafraseando a Brooke Shields). Aguanta hasta el veranito, que es la mejor época para todo lo demás.
Por suicidarse, se suicidan hasta algunos blogs.
Una pequeña parte de todo el mundo se muere al terminar un año (y si te suicidas, pues una mayor parte). Al igual que "La petite morte" del orgasmo, que nos arrebata durante unos instantes y supone un hito a partir del cual continuamos nuestras vidas, el comienzo de un nuevo año supone para muchos una especie de muda de piel, un descamamiento del alma que intenta dejar atrás esos pequeños defectos y problemas en busca de un perfeccionamiento. Una metamorfosis espiritual para ascender a otro estadio de pureza.
Afortunadamente, todas estas cosas duran hasta el 6 de enero, fecha en la que la gente deja de beber y de decir tonterías.
La navidad es la mejor época para un montón de cosas. Para ordenar los enlaces de favoritos, para ponerte al día de la ingente cantidad de trabajo que hay que hacer, para arreglar tu cuarto, guardar por fin esos apuntes que no vas a usar, o pasar un rato con la familia, los amigos, la pareja, el perro, el gato, el loro, la iguana o lo que sea que tengas.
También es la mejor época para ver por fin esas películas o capítulos que nunca has tenido ocasión de ver: desde "Tomates Verdes Fritos" hasta los 10 primeros capítulos de la tercera temporada de House, de un tirón. Con el batín puesto, bien calentito, con una cajeta llena de barquillos cerca y algo de chocolate por si acaso. ¿Qué más se puede pedir, aparte de a alguien saltando frenéticamente sobre tu regazo, ensartándose una y otra vez tu erecto miembro? Pocas cosas, muy pocas cosas. Una Wii, por ejemplo, que parece que está triunfando como la Coca-cola.
Porque también es la mejor época para regalar algo. Aunque las tiendas estén abarrotadas de gente, las cosas se hayan encarecido, y nada de lo que vayas a comprar se necesita realmente. Es la mejor época porque lo dicen los comercios, y punto.
La navidad es la mejor época, también, para odiar la navidad. Nadie se queda indiferente: o te encanta, o la odias. O te deja indiferente, lo que va en contra de la primera afirmación, pero la vida es así de rara a veces. O todo lo contrario.
La navidad es la mejor época para ver mamanoelas con poca ropa (a las que, como diría Dani si escribiera, les van a crecer estalactitas en ciertas partes como salgan a la calle con esa guisa). Es la mejor época para las parodias del "mensaje del rey". Para los zapping con las 314 mejores imágenes del año, para maquinar un ataque terrorista poniéndole Polonio 210 al saco de Papá Noel y destruir la Navidad si Jack Bauer no lo impide, para rescatar los playmobil (clicks, de toda la vida) y ponerlos en el Belén junto con los robots, motos, coches y todo lo que se te ocurra para crear una versión postmodernista del mismo (qué grandes recuerdos del Sentinel de los Madelman 2050 custodiando el castillo de Herodes tiempo ha...).
La navidad es una época inmejorable para todo esto. No te suicides: si te matas, estás perdiendo una parte muy importante de tu vida (parafraseando a Brooke Shields). Aguanta hasta el veranito, que es la mejor época para todo lo demás.
Paz a los hombres de buena voluntad... y a las mujeres
(Bruce Wayne en Batman Returns).
(Bruce Wayne en Batman Returns).
2 comentarios:
Sí, tío... yo me he visto los 6 de la tercera temporada de Perdidos. Mal, Carlos, porque hasta febrero no sale el próximo, así que a joderse y esperar.
Pero no creas que es buena época para todo: sentirse culpable por seguir comiendo al día siguiente del empacho... ay, di que ahora tengo a mis sobrinos y se me cae la baba viéndoles jugar en el salón.
Yque joderse...
A mí me pasó lo mismo con Perdidos hace un mes, y ahora me acaba de pasar con el capítulo 10 de la tercera de House. Esto es un sinvivir...
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