1.2.07

¿Ahí dónde? (Esta mañana me he levantado...)

¿Por dónde queda Vieja York? ¿Y Vieja Zelanda, o Vieja Delhi?

Ayer estuve en la conferencia-charla-coloquio-debate de Ismael Serrano en el Edificio Hucha de Bancaja. Lo primero que pensé al verle entrar (aparte de "alguien necesita una toalla", je, je, je) fue que su vena de estudiante de física se le salía por los poros. ¿Por qué? Porque llevaba una camiseta de Hulk. ¿Y eso qué tiene que ver? Bueno, pues por la propia historia de Hulk. No había más que escucharle hablar de este superhéroe para darse cuenta de que congenian.

De la charla me gustaron varias cosas, y algunas de ellas ni siquiera tenían que ver con Ismael. Tuve varios momentos de recuerdos (y es que, como bien dijo, aquellos que le dicen que preferían sus primeras canciones, probablemente quieran decir que prefieren recordarse tal y como eran cuando escuchaban sus primeras canciones), y me pude fijar en pequeñas cosas que sucedían en la sala; miradas, sonrisas, caras serias... Algo más tarde, él hablaría de la épica de las cosas cotidianas ("religión" que comparto hasta sus últimas consecuencias). Hay tanto material en la cotidianeidad de la gente a la que no conoces ("cotidianeidad", tratad de decirlo muy rápido al revés tres veces) que a veces puedes tener la sensación de que estás visitando un museo, un zoo u otro planeta, por la cantidad de cosas con las que te puedes encontrar. Ayer vi muchas cosas que me gustaron.

También escuché muchas cosas que me gustaron. Escucharle hablar en términos sociales sobre sincronía o desincronía entre personas. De redes. Como informático, esas palabras tienen un sentido extra para mí (o mayor profundidad, o una riqueza tonal más amplia, o algo así, o no). Recordé la cierta frase de "el secreto está en saber coordinarse bien", y sonreí. Aunque era una sonrisa triste, porque realmente el mundo está muy desincronizado. La gente está muy desincronizada. Bueno, al menos gran parte de la gente porque, como también muy atinadamente dijo, la gente es muy heterogénea, y en ese grupo hay desde grandes hijos de puta hasta personas maravillosas. Pero como muchos de mis amigos dicen, cada vez somos más individualistas, estamos más separados, más desincronizados los unos de los otros. Habrá que intentar arreglar esto.

Otro de los temas que me activaron el chip de "apúntate esto en tu libreta de ideas, porque vas a querer acordarte de esto cuando llegues a casa" fue el de que, para ayudar a otros a crecer como personas, no se trata tanto de enseñarle algunas respuestas (ya que sería estúpido pretender conocerlas todas) como enseñar a preguntar. Y perderle el miedo a hacerlo, añadiría yo. Quizá ayude para corregir el punto anterior.

Habló de algo a lo que precisamente llevaba dándole vueltas un tiempo, el tema del trabajo precario. Expuso que hoy en día, somos capaces de aceptar cualquier trabajo por mal pagado que esté, por mucho que se nos vaya a explotar, o pésimas que sean el resto de sus condiciones, porque el propio trabajo en sí está ya asumido como una inversión de futuro. Estoy un poco cansado de pensar en el tema de las estancias en prácticas no remuneradas. "No os van a pagar, pero ganaréis en experiencia". Oye, pues creo que tendría la misma experiencia si nos pagaran, e incluso probablemente una mejor experiencia. "Si pagan cacahuetes, que contraten monos", que decía un amigo filósofo. En fin, pasemos a otra cosa. No quiero que me siente mal la cena.

«La canción se termina cuando la escuchas tú», dijo Ismael mirando a una bonita joven del público que estaba unas filas por delante de mí, respondiendo a una pregunta acerca del ciclo de vida de sus canciones. A la salida, firmó algunos autógrafos y repartió algunos besos (y tenía la cara calentita, según dicen). Yo me conformo con su firma en las ondas de sonido que me ha regalado con algunos de sus temas.

Por cierto, que aunque no entré en la parte de preguntas a exponer mi opinión sobre música y piratería (un tema que me parece demasiado extenso para un turno de preguntas y que merecería cien conferencias aparte), sí que tengo que mandarle un tirón de orejas a Serrano por hablar de piratas refiriéndose, tanto a los que se lucran en el top manta con el trabajo ajeno, como a los que se descargan (legalmente en este país, amparados por el derecho de Copia Privada) sus temas de Internet para "consumo propio". Dice que cree en el derecho de que un autor cobre por su obra. Yo también, y para eso la SGAE tiene su impuesto revol... su canon indiscriminado sobre cada vez más formatos susceptibles de albergar contenidos sujetos a propiedad intelectual.

En cualquier caso, me alegré de ver que no afrontaba el tema con la cerrazón típica de otros grandes músicos o grupos del panorama español, que sacrifican su par de neuronas (o las de su mánager) recitando mantras como "todos sois unos piratas malos" o "nos morimos de hambre, seif de miusic". Se mostraba muy consciente de que es una forma increíble de difundir la música (y su obra, por tanto) hasta lugares a los que no podría llegar de otra forma, y que el problema de base está en un modelo de negocio a todas luces obsoleto. Pero, sobre todo, se mostraba abierto y partidario de un diálogo civilizado y creativo para investigar y aportar los posibles cambios que nos beneficien a todos. Bravo por él. (O Bravo, a por él; lo siento, tenía que hacer el chiste fácil).

Tengo una frase más, pero ésta se la reserva mi libreta de ideas. No os preocupéis. Ocurre, a veces ocurre. Ah, como buen seguidor de cómics que es (novelas gráficas, buen nombre) recomendó autores como Joe Sacco y obras como Persépolis (de Marjane Satrapi). Habrá que hacerle caso.

Lo bueno de ser cantautor es que puedes hacer muchas cosas en tus tremendos ratos de tiempo libre. Igual de mayor, me pongo el chaleco a lo Sabina y me hago uno de ellos (si no lo era ya, aunque cantar mientras tocas la trompeta es harto complicado; quizá con el piano fuera mejor...).

1 comentario:

servidora dijo...

http://es.wikipedia.org/wiki/York

http://en.wikipedia.org/wiki/Zealand

http://es.wikipedia.org/wiki/Delhi

A mandar!