A veces parece que las sensaciones vengan en paquetes de dos: una buena y una mala. Acabas de pasar una noche genial con los amigos, y al regresar a casa te sientes más solo que de costumbre; sales al frío de la calle respirando una colonia que te evoca a los mejores tiempos de tu vida, y a la vez sientes morriña. Alguien te da un mordisco en la oreja derecha o un beso en el lado izquierdo del cuello (o las dos cosas a la vez) pero al poco te das cuenta de que todo es un sueño. ¿No hay manera de que esos buenos momentos no se acaben nunca?
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3 comentarios:
Si los buenos momentos no acabasen nunca ¿cómo te darías cuenta de que están ahí? ;-)
Un día de estos, búscate el "Lo que Sócrates diría a Woody Allen" :)
Depende ¿me toca hacer de sócrates o de woody allen? ...que yo no sé de fútbol ;-P
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