"Tu padre no ha muerto. Yo soy tu padre", le dijo al pequeño.
"Imposible", le respondió; "Soy un androide".
En ese momento, el crucero interestelar de guerra en el que viajaban estalló en mil pedazos.
Desde su asiento, el programador contempló complacido la simulación del primer sistema cuántico de realidad virtual.
Entonces, se despertó.
"Imposible", le respondió; "Soy un androide".
En ese momento, el crucero interestelar de guerra en el que viajaban estalló en mil pedazos.
Desde su asiento, el programador contempló complacido la simulación del primer sistema cuántico de realidad virtual.
Entonces, se despertó.
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