Cada vez que miro la hora en un reloj y son las 3:14, hay algo que se me retuerce en el espíritu. Hace un rato me ha pasado, volviendo a casa en el coche. He sentido el impulso de mirar la hora, y ahí estaba. Las 3:14. Poco después, he vuelto a tener ese extraño impulso de mirar hacia el marcador digital, aunque sabía que no podía volver a ser las 3:14. Y no, pero también estaba ahí: según el contador de gasolina digital, tendría que repostar tras 314 kilómetros.
Es en momentos como ése en los que pienso que alguien está tramando algo gordo.
Es en momentos como ése en los que pienso que alguien está tramando algo gordo.
5 comentarios:
Aunque no tiene nada que ver con lo anterior (creo), hoy una bonita oklahomesa me ha dicho que era como un marshmallow (esos cilindritos que suelen tostar en las acampadas de boy-scouts en las películas, que son muy dulzones y esponjosos). Aún estoy pensando en si se refería a mí o a la pinta que tenía con mi esponjoso forro polar...
¿eres una nubecita rosa?
hmmmm.... ¿eres el oso de maría?
hmmm... joooooOOOOoooooo....
:-)
Hoy, lección sobre ropa de abrigo:
No es un forro polar lo que llevas :D es un anorak o plumífero.
Creo que la oklahomesa se referí a a tu pinta porque eras igualito jejejeje y entre otras cosas porque no te conoce lo suficiente como para saber que eres aún más carameloso que un marshmallow de esos.
Un beset!
Siempre se agradecen tus ínclitas correcciones a este zanguango servidor de usted.
Para que no se pierda en el limbo de los datos: El otro día, ZonaLunar y yo nos acercamos a una máquina expendedora de helados (cerca de la de tíquets en la cantina). Eran las 16:09 en mi reloj, pero en el de la expendedora aparecía las 15:14. Inquietante, ¿verdad?
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