9.8.05

¡Está vivo! (Esta mañana me he levantado...)

Esta mañana me he levantado dispuesto a terminar de una vez por todas la memoria de la estancia en prácticas que he llevado a cabo este verano. Quería quitármela de encima y poder dedicarme al proyecto de fin de carrera, que ya empieza a oler y se me va a echar el tiempo encima.
Enciendo el ordenador, abro el procesador de textos, cargo lo más bien poco que tenía hecho, y llaman al timbre.
No esperaba a nadie, y mis padres (que no estaban) tampoco me habían comentado que tuviera que venir nadie. Pregunto quién es, y resulta que es el señor que venía a poner unos toldos en nuestras ventanas (en verano mi cuarto y el de mi abuelo, que dan al oeste, se convierten en verdaderas estufas recibiendo el sol durante toda la tarde).
Estupendo, Murphy al rescate.
Empieza con mi cuarto, así que despejo el escritorio que hay frente a la ventana en cuestión: quito el flexo, la webcam, el micro, la cajeta del programa "Reason" (que sólo me sirve para sujetar la webcam), las gafas, cierro el portátil con muuuuucho cuidado (ya que se me estaba rajando la pantalla por la parte de atrás, en la bisagra) y el señor hombre procede a su trabajo.
Como tres cuartos de hora después, ya estoy pasando la aspiradora para quitar el polvo rojo de los agujeros que ha tenido que hacer en el ladrillo de la fachada, aprovecho para tratar de desentropizar un poco el resto de mi habitación, y procedo a recolocar los trastos que había apartado.
Al volver a abrir la pantalla del portátil, he oído un "crac", y he visto que la junta de plástico, muy agrietada, ha acabado por ceder. Le comento el asunto a mis padres, que siempre preocupados enseguida hablan de ir a comprar otro. Yo les digo que tampoco voy a comprar algo que de momento no necesito (en su día el portátil me sirvió de mucho, pero últimamente, entre lo desfasadito que está y el tema de la pantalla, no le había dado mucho trato).
El caso es que, de perdidos al río, desmonto la carcasa estropeada de la pantalla y me pongo a examinar por qué se había roto por donde se había roto, si parecía que la bisagra hacía fuerza por igual por toda la parte inferior, y no sólo por los extremos.
El caso es que, después de ver cómo iba aquello, me he acordado de la entrada Tempus Fugit del Enlace Sindical: aquello estaba pensado y hecho con los pies, y mi pregunta ahora era cómo había durado ese sistema los seis años que tiene. Para empezar, la pieza que hacía de bisagra iba tremendamente dura. Vale que tiene que aguantar el peso de la pantalla en cualquier posición en la que se encuentre, pero la fuerza que tenía era suficiente para aguantar a un bebé lactante.
Para continuar, esa pieza iba enganchada a una fina lámina de metal acerado en forma de L atornillada a cada lado de la pantalla, cuya parte inferior había acabado por doblarse al recibir toda la presión sobre el vértice de esa L. La deformación se transmitió al plástico, y el plástico no soportó tanta tensión.
Después de verlo, mi primer comentario ha sido "creo que lo podría haber hecho mejor hasta con piezas de mecano". Al girar la cabeza, he visto una vieja caja con piezas de mecano de un proyecto de robótica de la carrera que no llegó a buen puerto.
Pantalla, piezas; piezas, pantalla. ¿Por qué no?
Tres horas después, Franky (anteriormente conocido como Sablazo), volvía a la vida ante mis excitados ojos.


Durante la complicadísima operación, me he dado cuenta de un par de cosillas muy interesantes sobre este tipo de pantallas:
Son traslúcidas cuando están apagadas, puedes ver la luz por detrás. Al principio pensaba que esto iba a fastidiar la visibilidad y que tendría que pensar en algo que ponerle detrás para que no ocurriera, pero al encender la pantalla, se ha vuelto completamente opaca. Me ha dado un subidón de frikismo, aquello parecía sacado de Minority Report, y no entiendo por qué este tipo de pantallas no se venden así. Les aporta una estética friki-futurista estupenda.
Es mala idea tocarlas por detrás cuando están encendidas. Supongo que a modo de queja por la operación, era justo que me endosara ese chispazo que ha dejado momentáneamente mi dedo anular y la pantalla medio atontados. Nada serio, pero es algo que habrá que tener en cuenta. Ahora tengo un portátil y un táser, dos en uno.


Españoles (y cosmopolitas), Sablazo ha muerto. Larga vida a Franky.
(Bueno, en realidad sé que le quedan dos telediarios y medio, pero no me quitéis la ilusión, malazperzonaz ;)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Quiero un portátil borg de esos...
Ya podrían hacer las pantallas con la carcasa translúciday los cables escondiditos para dar un look Minority Report total.