Al principio sólo existía un grupo de entidades que reposaban eternamente en la Nada. Una de estas entidades, conocida como Yhw, albergaba oculto un ansia de poder que le llevaba a envidiar las capacidades de los demás entes. En especial, la del Hacedor de Luz.
Sembró discretamente la discordia entre el resto de entidades, ganando adeptos a su causa y malmetiendo contra el Hacedor, al que impuso el mote de Lucifer.
Hacía tiempo que el Hacedor había decidido comenzar un proyecto de Amor y Vida, una Criatura distinta de ellos con la que pudieran tener un entretenimiento digno de sus capacidades.
Llegó el momento que Yhw y sus secuaces, a quienes había comprado con la falsa promesa de dominar la creación del Hacedor, habían estado esperando: justo en el instante en el que Lucifer comenzaba a crear la semilla de luz de la que surgiría todo, Yhw lanzó su ira contra él.
No cogió a Lucifer por sorpresa; en su infinita sabiduría, éste había alertado a sus amigos, que acudieron prestos a la reciente lucha titánica.
Los cómplices de Yhw ganaban en número y prestaciones a los de Lucifer, pero él suplía la falta de recursos con sus ingentes poderes. Se hizo paso a través del grupo de Yhw para llegar hasta él, que sintió miedo y trató de huir. Lucifer le dio caza, lo retuvo utilizando gran parte de su poder y estuvo a un paso de aniquilarlo. En el último momento, su misericordia extrema le impidió ejecutar una acción tan cruel. Hábilmente, Lucifer contrajo su tropa sobre él. Debilitado, Lucifer no pudo oponer resistencia a la suma de fuerzas de sus cómplices.
Entonces, Yhw dispuso que Lucifer y sus amigos quedarían encerrados en una parcela de dolor separada de la Irrealidad, condenados a ver crecer la obra de Lucifer bajo el dominio irresponsable de Yhw y sus secuaces.
Estos comenzaron por dejar el proyecto sin concluir, sólo siete días después de su comienzo. El Universo entero sería demasiado costoso de mantener, así que decidieron que se conformarían con dominar un solo planeta.
Desde su exilio forzoso, Lucifer trataría en vano de alertar a las pequeñas criaturas mortales de ese planeta acerca de la voluble y peligrosa voluntad de Yhw. Éste les había cegado en una tormenta de falsas apariencias, de cultos y de miedo, y no dudaba en repeler las muestras de poder de Lucifer pintándolo como un demonio ante sus ojos.
El resto de la historia, ya la conocéis.
Sembró discretamente la discordia entre el resto de entidades, ganando adeptos a su causa y malmetiendo contra el Hacedor, al que impuso el mote de Lucifer.
Hacía tiempo que el Hacedor había decidido comenzar un proyecto de Amor y Vida, una Criatura distinta de ellos con la que pudieran tener un entretenimiento digno de sus capacidades.
Llegó el momento que Yhw y sus secuaces, a quienes había comprado con la falsa promesa de dominar la creación del Hacedor, habían estado esperando: justo en el instante en el que Lucifer comenzaba a crear la semilla de luz de la que surgiría todo, Yhw lanzó su ira contra él.
No cogió a Lucifer por sorpresa; en su infinita sabiduría, éste había alertado a sus amigos, que acudieron prestos a la reciente lucha titánica.
Los cómplices de Yhw ganaban en número y prestaciones a los de Lucifer, pero él suplía la falta de recursos con sus ingentes poderes. Se hizo paso a través del grupo de Yhw para llegar hasta él, que sintió miedo y trató de huir. Lucifer le dio caza, lo retuvo utilizando gran parte de su poder y estuvo a un paso de aniquilarlo. En el último momento, su misericordia extrema le impidió ejecutar una acción tan cruel. Hábilmente, Lucifer contrajo su tropa sobre él. Debilitado, Lucifer no pudo oponer resistencia a la suma de fuerzas de sus cómplices.
Entonces, Yhw dispuso que Lucifer y sus amigos quedarían encerrados en una parcela de dolor separada de la Irrealidad, condenados a ver crecer la obra de Lucifer bajo el dominio irresponsable de Yhw y sus secuaces.
Estos comenzaron por dejar el proyecto sin concluir, sólo siete días después de su comienzo. El Universo entero sería demasiado costoso de mantener, así que decidieron que se conformarían con dominar un solo planeta.
Desde su exilio forzoso, Lucifer trataría en vano de alertar a las pequeñas criaturas mortales de ese planeta acerca de la voluble y peligrosa voluntad de Yhw. Éste les había cegado en una tormenta de falsas apariencias, de cultos y de miedo, y no dudaba en repeler las muestras de poder de Lucifer pintándolo como un demonio ante sus ojos.
El resto de la historia, ya la conocéis.
3 comentarios:
...soy tuyo, tómame.
Alguien me dijo algo como... "Le ha dado la vuelta con una inteligencia e imaginación asombrosas". Y la verdad... puedes tomarme a mi también :P
La verdad es que esta visión de los hechos explicaría muchas cosas, ¿no?
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