4.6.07

Los libros y yo (A veces pasan cosas)

He visto esta entrada de Naturaleza Urbana y no me he podido contener. Mi relación con los libros es demasiado profunda como para denegarles una entrada-homenaje, así que casi que voy a recoger punto por punto lo que comentaban en la otra entrada, y lo voy a adaptar a mi propia situación:

No sólo presto mis libros, sino que olvido a quién. He perdido algunos libros de esta forma tan tonta. Pero como no recuerdo cuáles, tampoco tengo un sentimiento de pérdida importante.

A veces doblo (y varias veces) las esquinas de las hojas para usarlo como marcapáginas. Y me encantaría tener siempre un subrayador a mano para quedarme con las frases que más me gustan, pero nunca tengo la memoria ni el valor suficiente... Pero me gusta ver lo que otros sí han anotado en otros libros.

No llevo ningún orden en ellos, más que el puramente cronológico (ahora con el retraso que llevo, los más antiguos por leer son los de más abajo de La Pila™). En ocasiones, si me dejan alguno "de urgencia", lo priorizo. Y me resulta imposible releerlos (a menos que no recuerde haberlos leído antes); tengo una extraña sensación de "aún hay demasiados libros por leer como para usar tu tiempo repitiendo títulos".

Me dan mucha rabia los libros con contraportadas de papel que se me acaban rompiendo, pero a la vez me encanta ver qué llevan debajo, en las tapas duras.

Ante un best seller y un clásico, me quedo con los dos (si llevo suficiente dinero encima). La sección de libros es la más dolorosa para mí, y trato de evitarla en la medida de lo posible.

Si hay una película y un "libro de la película", suelo pasar del libro de la película. Si hay un libro y una "película del libro", suelo devorar ambas cosas (y, por lo general, salir despagado de la película).

No le hago ascos a nada: novelas, poesía, teatro, ensayo... todo lo que cae en mis manos lo leo, incluso la publicidad y el contenido de los botes de champú (sobre todo, eso) ;)

Son pocos los libros que se me han resistido. Si no me dicen nada, no siento reparos en dejarlo. Pero si es de los que "hay que leer" (como Los Pilares de la Tierra, por ejemplo, el único que se me resiste de esta categoría), lo dejo aparcado para otro momento. Algunos libros tienen un momento para ser leídos, así que supongo que aún no ha llegado el suyo.

No tengo suficiente memoria para tener listas negras de autores. Pero sí tengo listas blancas, y me pone muy contento reconocer, a mitad de un libro, que éste era de ese autor que tanto me gustó en aquél otro libro.

Me gusta tener libros firmados por autores que conozco. Aunque sus firmas suelen ser ilegibles. Menos mal que los procesadores de texto tienen buenas tipografías...

Al igual que la autora a la que estoy plagiando, soy capaz de perder la noción del tiempo leyendo. Mi récord son 12 horas leyendo (Fundación y Tierra) sin más de media hora de interrupciones en total (ir al baño, comer y cenar), y al terminar entrarme un bajón tremendo por lo bonito y a la vez triste de esa historia. Ains...

Muchas veces mis padres han pasado por delante de mi habitación a la 1, las 2, las 4, las 6 de la mañana, y me han preguntado si no podría dejar el libro para el día siguiente (Caballo de Troya, por ejemplo). La verdad es que no, no podía. El sueño desaparece y sólo existe el "faltan X páginas para el final. Sigue, sigue, sigue".

Soy capaz de leer de pie, acostado, tumbado, sentado y caminando. Ahora sólo me falta ser capaz de repeler los obstáculos. Entiendo perfectamente a Turing, pero al menos un servidor se deja los libros a la hora de conducir...

Me gusta desternillarme de risa con obras de teatro pensadas para ser puestas en escena por niños de colegio. Las hay tremendamente divertidas.

En la poesía, me pueden los poemas con estructura cíclica y los que huyen de la literariedad, con un sentido desenfadado y casi tosco de la vida. Por ejemplo, Benedetti. Un, dos tres, responda otra vez.

Podría tener empezados varios libros a la vez, pero me siento incapaz de hacerlo. Para mí, sería como estar saliendo con dos chicas a la vez, o algo así. Necesito prestarle toda la atención posible al libro que tenga entre manos. Y como leo rápido, pues el otro tampoco tendrá que esperar mucho...

De todas formas, también coincido en que ahora es un poco más difícil, pero solía terminar los libros en un sólo día o dos como mucho, o incluso algunas horas. Mi ritmo de lectura es de unas 60 páginas por hora.

Aprendí a leer solo. La profesora de párvulos les preguntó a mis padres si me estaban enseñando a leer ellos, porque iba muy avanzado en eso en clase. Pero yo me encerraba por las noches, sacaba la cartilla y me enfrascaba con las aventuras de Micho.

Ale, creo que ya me he quedado a gusto. ¡Siguiente!

7 comentarios:

servidora dijo...

Nunca he considerado perdidos los libros que he prestado y no han vuelto. Sólo se han independizado (de mí, al menos :-))

¡Vaya! el capchatpbrggsgs este es mglr...b (penita de última letra XDDD)

@el_caribu dijo...

Hola, estoy encantada de ser plagiada así. Me gusta saber las manías de cada uno a la hora de leer. Habría puesto más detalle a la hora de escribir mi post, pero habría quedado un tostón de tres pares...

En realidad, cuando alguien me pide un libro, lo compro y se lo regalo para cumpleaños, navidad, santo... o porque sí.

Afortunadamente tengo muy buena memoria y puedo recordar en que página quedé de un libro, o incluso, recordar una frase que me gusta.

Lo que a veces releo son párrafos que me gustaron especialmente, es como escuchar una canción que te gusta una y otra vez.

Y cuando un libro de bolsillo se me desmonta, pues no me queda más remedio que pasar a los de tapa dura.

Por último, esa sensación de no poder soltar un libro hasta terminarlo es...indescriptible

Anónimo dijo...

Fundación y Tierra, qué grande.

PD: ¡Odio las cubiertas antipolvo! ¡Yo AMO al polvo!

Mars Attacks dijo...

Bueno, al final seguramente optaré por poner todos esos libros en circulación vía book-crossing. Total, al no releerlos, sólo acaban sirviendo como desayuno de lepismas.

Anónimo dijo...

Maravillosa entrada :)

Soy una deboradora de libros, interrumpida durante periodos intensivos de Universidad. Pero a veces me leo un libro en el fin de semana, porque no aguanto las ganas.

Me encanta regalar libros que sé que alguien está deseando tener. Y me encanta regalar libros míos porque tienen un significado especial para el que recibe el regalo y para mi, es una manera de crear una unión, un nexo.

Tal vez me decida a plagiarte la idea, ya te aviso ;)

Mars Attacks dijo...

Mientras no escribas más "devoradora" con b... ;)

J dijo...

chido post, el original y la copia, pero me identifico mas con esta otra version, a no ser k opto por no conducir (jeje) y kizas yo tambien siga su ejemplo y postee una copia mas