4.6.05

M

¿Acaso crees que me conoces? Me parece que podría sorprenderte. A veces siento que te conozco de toda la vida, y sin embargo apenas sé quién eres. ¿Crees que lo sabes todo de mí? ¿Acertarías en qué estoy pensando? Sí, puede que sí. Soy muy predecible. Estoy pensando en ti, todo el tiempo. A cualquier hora, si tienes curiosidad por saber en qué pienso, supón que pienso en ti. Si no lo estoy haciendo, no tardaré mucho en terminar lo que me retenga en ese momento para volver a pensar en ti.
Yo también sé lo que piensas. Es curioso, porque sé lo que piensas pero no te conozco. Me has sorprendido tantas veces con ideas que no sabía que tenías, con actitudes que no esperaba, que no podría distinguirte de cualquier viandante si cerrara los ojos. Aunque a veces no es así. A veces puedes ver a través de mí, y otras yo te entiendo como si te hubiera fabricado. A veces, muchas veces.
Pero podríamos sorprendernos. Creo que también lo sabes. Es el último vestigio de alienación que nos queda entre nosotros, extraños como somos.

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