Es complicado pensar en 4D. A la gente se le (nos) atragantan, y mucho, sus proyecciones hacia el pasado y hacia el futuro. El ejemplo práctico lo comenté en la entrada anterior, y seguro que todos conocen muchos más: el miedo a cómo te conseguirás desenvolver si te mudaras a tal sitio, las obsesiones sobre que "nadie te querrá, nunca te ha salido nada bien" y cosas por el estilo.
Los "y si" de los futuros alternativos pecan de lo mismo que los "y si" de los pasados alternativos ("¿y si (no) le hubiera tirado los trastos a ésta?", "¿y si hubiera estudiado esto o esto otro?"); siempre -o la mayoría de veces- nos anclamos a un análisis erróneo al utilizar involuntariamente un enfoque "et ceteris paribus".
Primero, las presentaciones formales. Lo del "et ceteris..." (que a muchos les sonará del "etcétera") significa algo así como "las otras [variables] permanecen igual". Dicho de otro modo, modificando una variable del sistema y manteniendo las restantes igual, podemos analizar cuál es la contribución de esa variable al sistema. Como última aproximación: todos hemos hecho alguna vez (ante un aparato desconocido) eso de pulsar un botón, ver que no hace lo que esperábamos, dejar el botón como estaba antes, y probar lo mismo con otros, hasta dar con el que buscábamos y aprender de paso qué hacen esos botones; apretando aleatoriamente conjuntos de ellos difícilmente podríamos llegar a sacar algo en claro.
Así pues, el problema a la hora de proyectarse hacia el pasado o el futuro, reside en que pretendemos mantener todas las demás variables estáticas, restándole la complejidad real que tiene un sistema caótico como es el de las relaciones humanas. Un ejemplo clásico sería el de la persona que ama en silencio a otra persona y cierto día descubre que esa otra persona le era recíproca pero tampoco le llegó a decir nada. Enseguida pensará "si le hubiera dicho algo, todo hubiera sido fantástico". Obviamente, no tiene en cuenta que, en el momento en el que le hubiera dicho algo, todo el sistema se retroalimentaría con esta nueva situación, y puede que dos días después se hubiera hartado de verle comer chicle con la boca abierta.
Lo más interesante de todo esto es, quizá, preguntarse si existen situaciones de "realidades alternativas" donde realmente, hicieras lo que hicieras, no hubieras tenido nunca la posibilidad de ganar (o viceversa, situaciones en las que tus actos, fueran los que fuesen, siempre desembocaran en un resultado satisfactorio). Volviendo al ejemplo de antes, cuando la otra persona se diera cuenta de que todo se ha ido al garete por mascar chicle con la boca abierta, se proyectará a un pasado paralelo en el que no mascaba chicle con la boca abierta y todos eran felices. Y quizá en esta nueva versión del pasado, si se pudiera poner en práctica, resultaría que al primer individuo... yo qué sé, le huelen los pies o es tremendamente xenófobo. O que, realmente, son tal para cual pero los aplasta un piano de cola caído misteriosamente del cielo, tanto da.
En el terreno literario (o cinematográfico), o textual o narrativo para ser más genérico, los personajes que imagina el creador actúan de una forma u otra llevados por sus actitudes ante un determinado contexto. Personaje <- problema/circunstancias <- actuación ante circunstancias seleccionada en base a su personalidad en esos momentos. Para que incluso los argumentos más extraños resulten veraces a ojos u oídos del espectador, se requiere que la respuesta del personaje resulte, ya no sólo lógica dadas sus circunstancias, sino muchas veces (las mejores) inevitables. Una metáfora apropiada sería ver estos actos como un jaque del ajedrez, cuando no te queda otra opción que mover el rey, a veces hacia la única casilla libre, aún a sabiendas que a ese movimiento le precederá otro que terminará la partida con el jaque mate. Ahora mismo estoy recordando el que probablemente sea el ejemplo más bonito que he leído jamás, en un libro que me hicieron leer en el instituto llamado "El Príncep de la Boira" ("El Príncipe de la Niebla", un título que, por cierto, se ha vuelto a poner de actualidad). O, a nivel cinematográfico, un ejemplo representativo sería el del final de "Seven". En fin, hay muchos, muchos ejemplos, y cada persona lleva dentro infinidad de ellos, de todas esas veces que ha hecho algo porque no tenía otra alternativa (o puede que sí la tuviera pero no la viera). Concluyendo esta disertación, la realidad es harto compleja, y puede que mañana nos lamentemos de algo que no hicimos ayer, o puede que aunque lo hubiéramos hecho ayer no hubiera servido para nada. A veces no hay con qué quitarse el mal gusto de la boca del no haberse lanzado, a veces ocurre. Por supuesto, uno siempre se puede conformar con esta idea de que es posible que el resultado no hubiera sido mejor de haberlo hecho. Supongo que es lo que hace de esta vida un lugar interesante, ¿no?
Los "y si" de los futuros alternativos pecan de lo mismo que los "y si" de los pasados alternativos ("¿y si (no) le hubiera tirado los trastos a ésta?", "¿y si hubiera estudiado esto o esto otro?"); siempre -o la mayoría de veces- nos anclamos a un análisis erróneo al utilizar involuntariamente un enfoque "et ceteris paribus".
Primero, las presentaciones formales. Lo del "et ceteris..." (que a muchos les sonará del "etcétera") significa algo así como "las otras [variables] permanecen igual". Dicho de otro modo, modificando una variable del sistema y manteniendo las restantes igual, podemos analizar cuál es la contribución de esa variable al sistema. Como última aproximación: todos hemos hecho alguna vez (ante un aparato desconocido) eso de pulsar un botón, ver que no hace lo que esperábamos, dejar el botón como estaba antes, y probar lo mismo con otros, hasta dar con el que buscábamos y aprender de paso qué hacen esos botones; apretando aleatoriamente conjuntos de ellos difícilmente podríamos llegar a sacar algo en claro.
Así pues, el problema a la hora de proyectarse hacia el pasado o el futuro, reside en que pretendemos mantener todas las demás variables estáticas, restándole la complejidad real que tiene un sistema caótico como es el de las relaciones humanas. Un ejemplo clásico sería el de la persona que ama en silencio a otra persona y cierto día descubre que esa otra persona le era recíproca pero tampoco le llegó a decir nada. Enseguida pensará "si le hubiera dicho algo, todo hubiera sido fantástico". Obviamente, no tiene en cuenta que, en el momento en el que le hubiera dicho algo, todo el sistema se retroalimentaría con esta nueva situación, y puede que dos días después se hubiera hartado de verle comer chicle con la boca abierta.
Lo más interesante de todo esto es, quizá, preguntarse si existen situaciones de "realidades alternativas" donde realmente, hicieras lo que hicieras, no hubieras tenido nunca la posibilidad de ganar (o viceversa, situaciones en las que tus actos, fueran los que fuesen, siempre desembocaran en un resultado satisfactorio). Volviendo al ejemplo de antes, cuando la otra persona se diera cuenta de que todo se ha ido al garete por mascar chicle con la boca abierta, se proyectará a un pasado paralelo en el que no mascaba chicle con la boca abierta y todos eran felices. Y quizá en esta nueva versión del pasado, si se pudiera poner en práctica, resultaría que al primer individuo... yo qué sé, le huelen los pies o es tremendamente xenófobo. O que, realmente, son tal para cual pero los aplasta un piano de cola caído misteriosamente del cielo, tanto da.
En el terreno literario (o cinematográfico), o textual o narrativo para ser más genérico, los personajes que imagina el creador actúan de una forma u otra llevados por sus actitudes ante un determinado contexto. Personaje <- problema/circunstancias <- actuación ante circunstancias seleccionada en base a su personalidad en esos momentos. Para que incluso los argumentos más extraños resulten veraces a ojos u oídos del espectador, se requiere que la respuesta del personaje resulte, ya no sólo lógica dadas sus circunstancias, sino muchas veces (las mejores) inevitables. Una metáfora apropiada sería ver estos actos como un jaque del ajedrez, cuando no te queda otra opción que mover el rey, a veces hacia la única casilla libre, aún a sabiendas que a ese movimiento le precederá otro que terminará la partida con el jaque mate. Ahora mismo estoy recordando el que probablemente sea el ejemplo más bonito que he leído jamás, en un libro que me hicieron leer en el instituto llamado "El Príncep de la Boira" ("El Príncipe de la Niebla", un título que, por cierto, se ha vuelto a poner de actualidad). O, a nivel cinematográfico, un ejemplo representativo sería el del final de "Seven". En fin, hay muchos, muchos ejemplos, y cada persona lleva dentro infinidad de ellos, de todas esas veces que ha hecho algo porque no tenía otra alternativa (o puede que sí la tuviera pero no la viera). Concluyendo esta disertación, la realidad es harto compleja, y puede que mañana nos lamentemos de algo que no hicimos ayer, o puede que aunque lo hubiéramos hecho ayer no hubiera servido para nada. A veces no hay con qué quitarse el mal gusto de la boca del no haberse lanzado, a veces ocurre. Por supuesto, uno siempre se puede conformar con esta idea de que es posible que el resultado no hubiera sido mejor de haberlo hecho. Supongo que es lo que hace de esta vida un lugar interesante, ¿no?
11 comentarios:
Los "Y si" tienen la magia del sueño, tienen algo de película con final feliz.
Y el mismo peligro, claro.
Te lo dice Ysidora Duncan :-)
Y, por cierto, Ysidora Duncan siempre ha llegado a la misma conclusión: si soy como soy, es por lo que he vivido y no por lo que hubiera vivido "y si"... calculo que si me gusta (más o menos ;-)) como soy, es porque me gusta (más o menos ;-)) como he vivido.
He jugado mucho a la lechera "al revés" y realmente es cierto lo que dices: la imaginación tiende a hacernos ver un paisaje mucho más amable. La imaginación o las ganas de haber comido menos marrones, vaya usted a saber :-) En cualquier caso, son bonitos ejercicios de composición... ahora que lo pienso, igual he desperdiciado algún que otro relato al desecharlos.
Vaya. ¿Cómo sería mi vida si pudiera ser Christof y Truman al mismo tiempo? Y no hablo de filosofar sobre ser "la escritora de mi propio guión vital", si no sobre crear mi propio guión de ficción sobre mi propia vida de ficción :-)
Ains...
no te imaginas como hecho de menos conversaciones con estos temas :(
¿Y si no me hubiera ido? ains...
Solo una cosilla, no des por supuesto que la gente después de tocar un botón que no hace nada, lo vuelva a dejar en la posición que lo encontró para tocar otro a ver si ese otro hace algo :) Yo lo haría, debe ser deformación profesional, pero he visto mucha gente que no lo hace o bien no tiene la curiosidad de continuar probando.
Ale petonets!
No te preocupes tanto, Emilio, que tendrás un final feliz segurísimo :).
Yo soy de las que opina como Steve Jobs: un día, de pronto, todas las piezas encajan y puedes unir los puntos. Un día entenderás que estuvo bien que no hicieras determinada cosa en el pasado porque finalmente tus decisiones te han llevado al lugar que querías. De alguna forma, sabemos para qué decisiones y para qué hechos estamos preparados y para cuáles no, y vamos trazando un camino que se va dibujando como nuestro, y es ese y no otro. Y el tuyo todavía acaba de empezar a dibujarse. :)
Ni se te pase por la imaginación pensar que nadie te querrá nunca, eres una de las personas más "queribles" que conozco, y tu chica te está esperando a la vuelta de la esquina. Así que deja de mirar para atrás y mira hacia adelante, no vaya a ser que te estampes contra una farola y no la veas pasar. ;)
Un besote.
Se agradecen los comentarios. La entrada no es por ningún motivo personal en particular, más bien está enfocado a muchas personas que conzoco que se plantean futuros incorrectos por no ser capaces de entender que en esos futuros no siempre serán las mismas personas que hoy en día.
Creo que sólo conozco a un par de personas que de normal tengan en cuenta esos parámetros a la hora de imaginar futuros (o pasados).
En fin, lo de los botones... totalmente cierto, es el tipo de personas que luego van y te dicen "se ha roto el aire acondicionado: tú eres informático, arréglalo" ;)
La entrada quiere tratar más sobre el futuro que sobre el pasado, señora Duncan :) Lo que me depare o nos depare el futuro, pues allí estará. Lo que es seguro es que no puedo pretender imaginarlo siendo exactamente como soy ahora, con la gente que conozco ahora, el empleo que tengo ahora, los estudios que tengo ahora, los hábitos que tengo ahora, etc.
Lo del final feliz, seguro. Al final, todos nos morimos y deja de importarnos todos los errores y aciertos que cometimos durante nuestra existencia. Eso sí es lo mejor de la vida :D
El futuro, tiene que venir, nuevecito y sin estrenar :-)
Y si no fuera así, a ver quien tenía la paciencia de aguantar a que llegara :-)
No, no me gusta jugar a la lechera "al derecho". Hmmm... igual para jugar a eso hay que ir armado de tres planes :-D
Me ha hecho gracia lo de "querible". Igual va a ser que "amable" tiene más de un significado oculto :-)
Vaya me gusta tu blog... un futuro impredecible, con un pasado ya vivido y un presente no apreciable...Me resulta sustancioso e interesante tal vez pq la mayoria de los que me encuentro digan lo mismo ... Y por cierto el mundo de los sueños con su magnifica magia, tambien puede tener un final no feliz, depende del realismo que a este le queremos dar... Un beso y un placer haberme topado con este blog....
El comentario eliminado me ha parecido más interesante ;)
Pues nada, bienvenido/a a este abocadero industrial de residuos mentales. Igual hasta algún día tengo tiempo de escribir algo y todo.
Muy bueno. No me cuestiono si está bien o no dejarte este comentario. No entra dentro de las posibles variables, porque digas lo que digas debía decirte que está muy bueno lo que escribiste.
Se agradece el comentario :)
Publicar un comentario