Segunda visita a Ámsterdam, esta vez para asistir a la Blender Conference 2007. Difícil resumir (ni siquiera explayándome) lo que han supuesto estos tres días de charlas en mi vida, ni cómo ha variado mi visión de la ciudad después de esta revisión en el tiempo y el espacio.
Como no sé muy bien por dónde empezar, empezaré por el principio. De cara a otros viajes, voy a intentar hacer una lista de lo que he llevado para los cinco días que ha durado, qué he usado, qué no he usado y qué he echado en falta.
Pero voy a hacerlo un poco al revés, deshaciendo las maletas y viendo qué hay en ellas. Antes de empezar, me autorrecuerdo que esa pequeña maleta azul con la brújula en el asa está diseñada para pitufos o algo. Siento un dolor bastante molesto en el codo, por caminar inclinado hacia la derecha y con el brazo torsionado hacia afuera para poder ir con esa maleta del demonio. El asa es demasiado baja. Para otra vez, prueba con una mochila de acampada, ¿vale? Ok.
Ahora vamos a por el viaje. Salgo de España el jueves 11 junto con David Millán "Damiles", un amigo blenderita de Valencia (que además ha programado alguna cosilla para el propio Blender). El tiempo en Valencia y alrededores estaba algo p'allá, el avión se iba a retrasar casi una hora, y luego estuvo dando algunos tumbos de camino a Ámsterdam al pasar por entre las nubes.
Aparte de eso (y de que me pitó el detector de metales, pero el chequeo no fue en absoluto intensivo) no hubo ningún contratiempo hasta llegar al lugar. Una vez allí, los dos nos volvimos a asombrar de la cantidad de guiris que hay en el extranjero. Ayudamos a un par de españoles a encontrar la estación de tren hacia Ámsterdam (hay una máquina de tickets con monedas en el centro de la estación, y luego es camino "Den Haag"; llegas a Ámsterdam Estación Central tras tres o cuatro paradas).
En la estación de trenes vinieron a recogernos 8Tintín, Jandro, Koex, Luis y ese incombustible par de argentinos que responden al nombre (o nick) de malefico y Gustavo. Babeamos de camino al hostal de la cadena "Stayokey" en el que nos albergábamos (hay dos en la ciudad, y son lo más asequible para este tipo de estancias), ya que en Ámsterdam da la sensación de que la más fea trabaja de modelo o en series de televisión. Sinceramente, no sé qué les ponen en el desayuno. Supongo que un sándwich de pan raro con lechuga, queso y alguna salsa rara, que fue lo que todos los días teníamos en la Blender Conference para almorzar-comer (en una sola comida). Entre eso y que basan sus desplazamientos en bicicleta, son todas de la talla XXL. O igual hay menos gravedad, o algo. En fin, todas unos quesitos.
Así que dejamos las cosas en el hostal, y vamos a buscar algún sitio de cenar. Al final, nos decidimos por un kebab. Al ser el primer día, estamos todos bastante cansados, así que después de unas cuantas bebidas en el Café Cuba y otro lugar cercano cuyo nombre no recuerdo, nos retiramos pronto al hostal, donde nos encontramos con que en las habitaciones no hay una miserable mesilla de noche donde dejar gafas, móviles o similares. A un servidor le toca la litera de arriba, con lo que el momento de miedo y asco en Ámsterdam llega cuando me doy cuenta, ya en pijama una vez allí, de que tengo las gafas puestas, el pantalón (con la tarjeta para poder entrar en los sitios del albergue, la llave del candado de mi taquilla y el móvil) hecho una bola a mi lado, y hay gente durmiendo -y roncando...- por todas partes, de forma que haría bastante ruido si tuviera que volver a salir.
Al final, acabo optando por una solución McGuyver de dejar el pantalón hecho una bola junto a la almohada, las gafas enganchadas por las patillas a una barra de hierro del cabezal de la cama, y a dormir como buenamente se pueda.
El segundo día llega demasiado pronto, porque aquella habitación parecía Parque Jurásico, con sus velocirraptores, el triceratops y hasta un T-Rex que tenía justo debajo. Nos ponemos en marcha a las 8:30 de la mañana para asearnos (comprobando que el problema de infraestructuras se extiende al baño, bastante sucillo por otro lado) y desayunar (en mi caso, un sándwich con mogollón de nocilla y un bol gigante con algo que allí llaman "zumo de naranja natural" con mogollón de azúcar, para tratar de camuflarle la amargura).
De camino al lugar de las conferencias, mientras sorteamos la jungla de bicicletas suicidas, una vergencia en la Fuerza nos hace encontrarnos con Pepeland, que se albergaba en un hotel distinto al nuestro, por no haber encontrado un sitio viable en ningún otro lado. Su hotel estaba exactamente a tomar por saco a mano derecha del lugar, así que llevaba como una hora caminando cuando lo encontramos.
En el lugar de las conferencias recogemos un sobre con nuestra identificación y el calendario de eventos, y nos cruzamos con otros monstruos de primera línea de Blender. Es emocionante y fantástico tener a esa gente a tiro para comentarle cosas... si te aclaras...
En total habría unas 50 personas, entre las que se podían contar dos mujeres sin tener en cuenta a las de la organización o recepción. De esas dos mujeres, una parecía una mujer a simple vista, y curiosamente estaba sola y callada en un rincón. En cuanto al resto, había toda una mezcla de nacionalidades: por supuesto Holanda, Bélgica, México, Suiza, Sudáfrica, Australia, Italia, Alemania, Polonia, Estados Unidos, Reino Unido, Grecia, Finlandia, Francia (creo...) y cómo no, nuestro bastión hispanohablante de Argentina, Venezuela y España. Y seguro que me dejo alguna.
Ton Roosendaal (el Sumo Hacedor de Blender) inauguró las charlas con un breve resumen de la historia de Blender hasta el momento, y haciendo un repaso general a los actos de la BC previstos. Aparte de sus dos metros y pico y su ligero parecido con House en algunas expresiones faciales, su rasgo característico distintivo es, sin duda, su extrañísima forma de hablar, con problemas para pronunciar la "s" o la "g" mezclado con un duro acento holandés (quienes, si no se limpian la garganta de gargajos mientras hablan, NO están hablando holandés). Un tipo majísimo y muy accesible, por todo lo demás, con un sentido del humor tremendo y siempre dispuesto a la broma.
De este primer día se puede remarcar nuestra asistencia a la charla de malefico sobre Plumíferos, el primer largo de animación realizado en Argentina y únicamente usando herramientas de Software Libre. La mayoría de los españoles ya habíamos tenido el placer de escucharla en versión extendida y en castellano durante la pasada iParty, pero uno nunca se cansa de ver las maravillas que consiguen hacer esta gente.
También la clase de rigging, impartida a medias por malefico y Nathan Vegdahl (un tipo muy risueño con el que pronto hice muy buenas migas) fue interesante y aleccionadora.
La muestra de un par de proyectos de Enrico Valenza (por él mismo) nos dejó la boca abierta a muchos, y la presentación del próximo proyecto de corto con Blender, el Peach Project, dejó completamente claro que una herramienta no es nada sin un artista detrás, y que gracias a estos artistas, Blender evoluciona a un ritmo vertiginoso.
Hablando de artistazos, el punto más divertido del día vendría a continuación, cuando nuestro producto nacional Pepeland salió a mostrar algunos de sus trabajos. Ni qué decir que, aparte de en España, también fuera de nuestras fronteras su trabajo es una referencia para un buen montón de gente, y el que el inefable Daniel Martínez Lara haya fijado su vista en Blender (habiendo trabajado en programas de primera clase como 3DStudio Max o Maya), es sin duda uno de los mejores regalos que podrían hacérsele al desarrollo del programa.
Pepeland sudó la camiseta tras un montón de dificultades técnicas (primero su portátil no mostraba la imagen con la resolución correcta, y luego no podía controlar correctamente el visor con el portátil que le dejaron -Ton tampoco podía, fue una escena divertida-), y otro montón de dificultades lingüísticas (que asumo fueron compleeeetamente previstas y simuladas para causar luego el mayor impacto posible ;)), pero su trabajo dejó muchas mandíbulas por los suelos.
Fue fantástico escuchar después, durante los descansos, a la gente comentando sus increíbles formas de aplicar en Blender sus grandes conocimientos teóricos y de otros programas.
Bueno, a todo esto, se me ha olvidado comentar que la pobre chica que parecía una chica seguía sola la mayor parte del tiempo, así que pocas horas después de comenzar la BC, dos de los mejores hombres del ejército blendibérico que formaban un comando (Luis y un servidor de ustedes) iniciamos un ataque clásico envolvente. La chica se llamaba Katzaryne Karwobska (Kasia para los amigos), era polaca, matemática, conocía Blender desde hacía un año o así, y tenía interés en usarlo de alguna forma para su proyecto de final de carrera, basado en la formación de topologías complejas definidas mediante ecuaciones con Python. ¡Toma ya! Al final pasé la mayor parte del tiempo sentado a su lado, ya que siempre que llegábamos estaba sentada sola en alguna parte. Más tarde me extenderé al respecto.
Para cerrar el día de conferencias, nos hicieron una presentación de trabajos de animación, que participaban en un concurso de la propia BC, y a los que habríamos de votar al siguiente día. Algunas historias eran... bueno, algunas ni siquiera tenían historia, y en general el sonido estaba muy descuidado, pero había trabajos divertidos y de considerable calidad.
Tras el cierre de puertas, Ton propuso ir a cenar al mogollón, así que buscamos un chino que más o menos nos pudiera albergar a todos. Obviamente, no fue del todo posible, y nuestro grupo se disgregó durante la cena.
Me encantó poder asistir por el camino al vuelo nocturno de una pareja de cisnes. Qué maravilla, qué elegancia, qué bonito todo.
El chino no estaba nada mal (aunque toda la comida esta ligeramente más cara que en España, como 1'3 veces más), y luego de vuelta al Café Cuba, lugar agradable y de temática obvia, que parece ser el preferido de muchos de los asistentes.
Me quedé fuera, tomando la fresca (tienen unas frescas de gran calidad allí XD) para evitar que el tufo del tabaco (o lo que sea) de la gente me volviera a dejar la ropa hecha un guiñapo. Al cabo de unos diez minutos comencé a aburrirme de ver tías buenas pasando (más tarde, Koex me desarrollaría la interesante teoría acerca de que esa extrema facilidad para encontrar mujeres bonitas dispuestas es contraproducente para la líbido). También me había aburrido de ver borrachos meando en los meaderos públicos de la plaza (que consisten en algo así como la parte superior de un exprimidor de naranjas gigante pero de sólo cuatro "estancias") y borrachos meando a diez metros de los meaderos públicos, contra los edificios. Me acerqué a un par de dos jovenzuelas que estaban hablando en la mesa contigua. Les pregunté si podía sentarme allí, les expliqué el tema de que estaba esperando al grupo y que me aburría, y también que me vendría bien practicar un poco el inglés hablado, ya que (como habíamos podido observar a lo largo del día) el nivel del mismo de los españoles que fuimos era "the worst".
Ellas fliparon un poco por la situación tan surrealista, pero no pusieron ninguna objeción, y hablamos durante una media hora sobre todo un poco. Me dijeron sus nombres (Ilonka y Henneke -pronunciado algo parecido al Hannuka judío pero con aes abiertas-) y me enseñaron algo de holandés (Ik ben Emilio. Ik ben sesentwintig, en ik woon in Valencia; Soy Emilio, tengo 26 y soy de Valencia).
Fue muy divertido. Me preguntaron si iba a pasarme por allí al día siguiente, les dije que probablemente sí pero que no lo sabía, y Henneke me envió un sms con el texto escrito de lo anterior para que no lo olvidara. Lamentablemente, me había dejado el móvil cargando en el hostal, y me temo que no les di el número correctamente (bonk!).
Del segundo día de conferencias (nuestro tercer día en Ámsterdam) podría destacar el frikismo de la charla sobre el modelado neuronal de la vista de una mosca por parte del hermano pequeño de Leonardo Di Caprio. Me recordó que, tiempo atrás, DJ Fight y yo intentamos hacer alguna simulación de visión compuesta con Blender, con resultados más o menos pésimos :D
El todoterreno Andy nos habló del DVD sobre la creación completa de una escena que está llevando a cabo, y fue tan impactante que me vi moralmente obligado a proponerle encargarme de su traducción al castellano (bastante mejor que mi inglés, tuve que añadirle como pude...). Ese tipo distorsiona el continuum espaciotemporal a su alrededor, qué monstruo.
Me perdí muy a mi pesar la charla sobre programación de animación de bandadas con Python, a cargo de un señor mayor australiano que, por lo poco que lo pude conocer, destilaba entusiasmo y maestría por sus poros. Qué lástima...
Más o menos a esas alturas me dio por usar el librito del calendario de eventos para empezar a recoger firmas de la gente. No las conseguí todas, pero al final del evento posiblemente tuviera las del 80% de la gente.
En el rato entre charlas, y aparte de otras muchas extrañas cosas, Kasia me contó que le desconcertaba bastante que me pasara la mayor parte del tiempo sonriendo. Al parecer (si no la entendí mal), allí la gente suele estar seria de normal, y si sonríen mucho es algo así como para tratar de esconder que realmente las cosas les van mal. ¡Están locos estos polonios 210!
Hacia el final de la tarde hubo una sesión de propuestas para implementar en Blender, y de nuevo Pepeland volvió a hacer una demostración de prestigio y de inglés de peli de Paco Martínez Soria, con frases como "The good thing is que you can [...]". Hilarante a la vez que altamente constructivo :D
Esa noche nos prepararon un buffet para los asistentes en el propio lugar de conferencias. Había un poco de todo, y la verdad es que cené estupendamente. Me resultó curioso constatar lo que Jandro había contado el día antes: se puede saber de qué nacionalidad es alguien sólo con observar su tono de voz. Españoles e italianos somos de lo más escandalosos, seguidos por los de Estados Unidos de Norteamérica. Luego ya vienen los de Reino Unido, Alemania y Holanda. Para escuchar a Kasia, prácticamente tenía que acercar mi oído a cuatro dedos de su boca (que tampoco es que me importara demasiado).
Cómo no, de algún modo acabé cenando en una mesa aparte con Kasia, que me confesaba que estaba bastante decepcionada con la forma en la que se desarrollaban allí las "relaciones sociales". Preguntándole sobre aquel aspecto, me contó que en las fiestas de Polonia, la gente suele estar cambiando constantemente de "grupo de conversación", dándole un toque más dinámico y fluido a las charlas. Le propuse tres teorías por las cuales me parecía plausible que aquí la gente no se acercara a ella (excepto Luis y Damiles y algún otro, esporádicamente):
Las charlas con Nathan fueron impagables; no sé muy bien por qué, terminamos hablando sobre la circuncisión en Estados Unidos, fue muy divertido (estábamos todo el rato sonriendo, y Kasia le preguntó a él si su sonrisa era de verdad o estaba simulándola, cosa que a mí me hizo muchísima más gracia todavía).
Bueno, el caso es que al rato salió el tema de que muy poca gente había hablado con Kasia, a lo que Nathan sugirió que quizá fueran autistas que preferían pasar el tiempo con el ordenador, o les daba miedo hablar con chicas reales. Adoro a ese tipo :D
Por la tarde le había preguntado que a qué dedicaba las noches en Ámsterdam. Me dijo que, dado que su hostal estaba muy lejos, se iba pronto hacia allí y se quedaba hablando con sus compañeras de habitación, ya que tenía miedo de ir sola por los sitios. De hecho, no pensaba quedarse a cenar, pero le dije que no se preocupara por eso, que hay bastante vidilla por el centro de Ámsterdam y que, a pesar de los molestos borrachos y de los vendedores de droga (que básicamente se quedan parados como estatuas de ébano recitando el mantra "cocaine, speed, amphetamine...") la ciudad no era tan insegura. De todas formas, me ofrecí a acompañarla hasta el hostal cuando termináramos, propuesta que aceptó.
Llegó pues el momento de largarse hacia allí. Paseamos hasta la entrada de Ámsterdam junto con Hox y Mijail, dos simpáticos blenderitas de los que aprendí que hacer el símbolo de Blender (como un "Ok" con la mano) es ofensivo para los italianos, ya que viene a significar para ellos "Me gustaría follarme a tu madre, y con cuantos más amigos, mejor". En realidad no llegué a comprobarlo con los colegas italianos; Hox parecía saber un montón de muchas cosas, y me fío de él.
Al llegar a la entrada de Ámsterdam, Kasia y yo fuimos caminando durante poco más de una hora, alejándonos poco a poco del centro de la ciudad hasta llegar a un lugar más bien oscuro y con gente poco recomendable. Tuve que reconocer que aquello no parecía lugar para andar a solas -aunque quizá más por prejuicios que por lo que hubiera realmente-, así que después de llegar y aprender cómo se dice "dulces sueños" en polaco (Słodkich snów! Ojo con la pronunciación, porque ese /suotkij/ parece significar algo realmente bochornoso si no se dice bien, aunque aún no sé qué) decidí tasar mi integridad física en lo que costara un taxi que me llevara hasta el hotel. No tenía un mapa ni nada, así que estaba completamente perdido a menos que deshiciera la hora y pico de camino (y eran la 1:20 a.m.) y luego rehiciera la media hora hasta nuestro Stayokey.
Los astros se alinearon y un taxi dejó a unas cuantas personas justo delante de mí. Entré en el taxi, saqué el papel que llevaba con la información sobre los hoteles, y le di la dirección del Stayokey en el que creía que nos hospedábamos. Según la hoja, estaba a una distancia abordable caminando del lugar de las conferencias, así que supuse que era el de Timorplein.
4 kilómetros, 20 minutos y 20€ después, el taxi me dejaba en un lugar completamente desconocido para mí. Obviamente, me había equivocado de hostal. Entré, sin embargo, y le conté la historia al guardia de seguridad del lugar (que para colmo no era de allí y no sabía dónde paraba el otro hostal). Después de apañárnoslas con algunos planos y alguna llamada telefónica, decidimos que el otro hostal quedaba a unos 40 minutos caminando y que la opción más sensata sería llamar a otro taxi. 2 kilómetros, 5 minutos y 12€ después, un servidor de ustedes llegaba a su hostal sano, salvo, soñoliento, divertido por la experiencia y con un estupendo tour nocturno por el suroeste de Ámsterdam.
Pude aprovechar para preguntarle al primer taxista si eran frecuentes los accidentes con bicicleta. Me comentó que no mucho, pero que en caso de accidente, la policía le ponía la multa indefectiblemente al conductor del coche. También me comentó que el límite de velocidad dentro de ciudad es de 50 km/h (se lo pregunté porque iba como un cohete). Con el segundo taxista tuve un divertidísimo momento de "intentar pronunciar la calle a la que quería llegar: Kloveniersburgwal". Aquello era impronunciable para mí; el taxista lo intentó sílaba a sílaba. Él: "Klo". Yo: "Klo". Él: "fien". Yo: "fien". Él: "sgruabuasfbuscgjjjajbgb". Yo: "I'm sorry, but this is pretty unpronounceable to me!". Recordad: si no te limpias los gargajos cuando la dices, no es realmente una palabra holandesa.
En fin, adjunto al final un mapa con la situación general. Al final, estaba bastante más cerca del sitio de lo que creía, vaya vuelta más tonta que me di :)
En el último día (de conferencias) fuimos a tomar un té al Nieuwmarkt (que a mí me hacía venir a la cabeza la musiquita de Disney), de camino hacia el lugar de las conferencias (de hecho, antaño las conferencias se habían hecho en ese restaurante o lo que fuera, pero se les quedó pequeño).
La primera charla del día versó sobre el proyecto Peach, del que esperan que sea un corto estúpido con divertidos y peludos animales. "Fun and flurry" es el lema, y el título "Rabbit's revenge". No sé cómo nos las apañamos esa misma noche para pensar en la versión X del asunto (también fun and flurry y con rabbits).
Después se sucedieron unas cuantas e interesantes conferencias (sobre las que no me voy a extender, haber venido :P) y el forum master de Blendernation comentó un poco acerca de cómo funciona su comunidad. Aquella noche hablé con él sobre el reflejo de lo que nosotros vivimos en el foro de 3DPoder, con su gente fantástica, sus temas flamígeros y surrealistas, etc. Él fue quien me preguntó por qué los españoles hablábamos tan mal inglés, por cierto. Y quien me dijo cómo se llamaban esos extraños palitos con una base plana cilíndrica aplastada y con agujeros (como una moneda agujereada pinchada en un palo) que servían para remover mojitos y similares. Era una de esas palabras holandesas que dan tos al pronunciar, así que la olvidé al milisegundo, pero la traducción literal era "palito para remover", si no recuerdo mal.
Al salir de la BC, los blendibéricos nos marcamos una foto con Ton. Yo aproveché para hacerme una con Nathan, y para proponerle a Ton unos cuantos asuntos para mejorar la velocidad de interfaz de uso con Blender. También le propuse, para el siguiente año, el hacer una foto final de grupo y añadir un libro de visitas o algo, que siempre queda bonito.
Luego nos despedimos de mucha de la gente que ya se iba (Kasia entre ellos), y fuimos a cenar con los italianos a un ídem, donde no sé por qué surgían espontáneamente ritmos percusivos cada vez más sofisticados que nos amenaz... amenizaron la noche. Por el camino, nos cruzamos con un señor de blanco impoluto yendo en bicicleta. Le comenté a Koex que parecía el arquitecto de Matrix y él, ni corto ni perezoso, se asomó a la calle por la que acababa de desaparecer y gritó "Hey, what is the Matrix?!". Espanioles...
Hablando de Koex, confundimos un par de veces su nick por el de otro blendiberita que no pudo venir, el zárágózánó Klópes. Hubo un divertido momento de "¿dónde está Klópes?" que derivó en la escena de Klópes esperando solo con las maletas en un aeropuerto, con la famosa expresión del Miculo Culquin en "solo en casa".
Tras ver la carta del italiano, malefico dejó bien claro que quedaban prohibidos todos los tipos de chiste con la parte del "penne". Algo difícil, ya que con cosas como "penne alla putanesca" o "pennn della casa" no se dejaba mucho a la imaginación. Afortunadamente, no había nada contra lo que había pedido Luis, "lasaña del cocinero", así que Pepeland y yo nos permitimos el semiescenificar el momento en el que el cocinero pregunta quién había pedido ese plato, sacaba un cuchillo y comenzaba a clavárselo repetidamente (con saña, vamos).
Ya en el Café Cuba, contamos con la compañía de Ton y alguna de la gente del Peach. Ya he comentado antes alguna de las charlas que tuvieron lugar, pero hay que destacar el estupendísimo trabajo de imitación que había conseguido uno de los tipos italianos. Nuestro Jandro también conseguía algunos momentos, de forma que sugerimos la creación del Ton Imitation Contest para el siguiente año. Malefico hacía el contrapunto con la imitación de alguien cuyo nombre no recuerdo, ni quiero recordarlo tampoco :D
Pude comprobar durante esa noche que, excepto los italianos (que son unos cabrones), el resto de gente estaba bastante seria la mayor parte del tiempo. Los nórdicos tienen un sentido del humor muy... intelectual o algo.
Al salir de allí (porque nos echaban para cerrar, básicamente) una fermosa damisela se encontró en apuros con la cadena de su bicicleta-caballo. Al principio nos dedicamos, como buenos españoles, a quedarnos a un lado riéndonos de la situación, pero la pobre al final dijo que dejáramos de reírnos y le echáramos una mano. Después de que casi todo el grupo se metiera por allí para intentar reparar a la terca bicicleta, Damiles consiguió reparar la posición original de la cadena, heroicidad que le valió un buen pedazo de abrazo de la susodicha. Él y Luis (que no deja pasar una, el tío) terminaron con las manos pringadas de grasa, que hubieron de lavar en otro bar de la misma esquina de la calle, justo delante del lugar donde a la chica se le volvió a salir la cadena 14 segundos después de habérsela arreglado. Allí, cuando una bici se rompe, se rompe de verdad.
Al final de la noche nos dimos una vuelta rápida por el barrio rojo. Allí sólo estaban los turcos, los traficantes y nosotros. En los escaparates, decenas de cuerpos rayando lo divino sin apenas clientela venían a corroborar la teoría de Koex: cuando todas están como un queso y son tan asequibles, y aún así sabes que en el peor caso siempre puedes ir a esa parte de la ciudad a hacértelo con una semidiosa, se pierde toda la emoción, y la líbido con ella.
Una de ellas tenía un fuerte parecido con Cindy Crawford, que uno de nuestros acompañantes nos hizo notar. Alguien que paseaba por allí le dijo algo como "muy bonita, pero igual luego es un tío". "Sé que no es un tío", añadió el acompañante. "¿Cómo lo sabes? -Porque ya estuve aquí anoche". En fin :D
A malefico se le ocurrían ideas perturbadoras como pasar por delante de alguna de sus casetas hablando sobre la arquitectura del edificio. Nos echamos un montón de risas de camino al hostal.
Y por fin, el último día, la vuelta. Por la noche me di cuenta de que mi toalla había sido raptada para llevarla a la lavandería (había un cartel advirtiendo de que toda prenda que estuviera en la planta sería llevada allí, pero pensaba que se limitaba al cuarto, y no al pasillo de las taquillas). A la mañana siguiente hice una escapada para recuperarla, y después de recompilarnos y almorzar, Damiles y yo nos despedimos de la gente que había por allí. Camino del aeropuerto fuimos hablando con un blendiberita alemán que estaba metido en un proyecto de reconstrucción de escenarios en 3D a partir de fotos. Yo iba odiando la maleta (de la que acabo de descubrir que puede extender mucho más el mango... ¡mierda!), por el mango y por su ruido. Para otra vez, mejor la mochila.
El avión estuvo mucho más tranquilo que la primera vez (o nosotros íbamos mucho más cansados). El viaje en cola es mucho más ruidoso. Al llegar a casa me di cuenta de que tenía una dolorosa ampolla en la cara externa del dedo pequeño del pie izquierdo.
A partir de aquí, me están haciendo falta unos cuantos días para defragmentar mi vida y dejar de echar de menos tantas cosas...
Yyyyyyy eso es todo. ¡Blendiberitas power! El año que viene repetimos, espero.
P.D.: Os dejo con la fantástica crónica de malefico.
Como no sé muy bien por dónde empezar, empezaré por el principio. De cara a otros viajes, voy a intentar hacer una lista de lo que he llevado para los cinco días que ha durado, qué he usado, qué no he usado y qué he echado en falta.
Pero voy a hacerlo un poco al revés, deshaciendo las maletas y viendo qué hay en ellas. Antes de empezar, me autorrecuerdo que esa pequeña maleta azul con la brújula en el asa está diseñada para pitufos o algo. Siento un dolor bastante molesto en el codo, por caminar inclinado hacia la derecha y con el brazo torsionado hacia afuera para poder ir con esa maleta del demonio. El asa es demasiado baja. Para otra vez, prueba con una mochila de acampada, ¿vale? Ok.
- Maleta (o malhecha, para ser más explícitos) y bandolera.
- En la bandolera hay:
- Un programa de eventos de la BC no firmado (alguien me lo dejó para que se lo guardara, ¡ups!)
- Impresión del correo de registro del vuelo con transavia (que costó 190€)
- colgante identificativo con el logo de Blender y mi telenovelesco nombre.
- El Jueves
- El Jueves "Juegos desunidos" (venía con este número y es un tochazo que no sabía dónde meter)
- Un mapa de Ámsterdam con sitios interesantes a los que ir (regalo del guardia de seguridad del Stayokey erróneo, como posteriormente veremos)
- Un programa de eventos de la BC firmado (¡hurra! Véase más adelante también)
- Sobre que me dieron que contenía el programa
- Un programa extra que cogí
- Etiquetas con el código de las maletas que me dieron en el aeropuerto
- Un par de barritas Mars semiderretidas, por si acaso (sin usar)
- Dos bolsitas de caramelos para la garganta, por si acaso (sin usar)
- Cámara de fotos con dos pilas recargables
- Dos pilas recargables extra, por si acaso (sin usar)
- Dos fantásticos bolígrafos autodestructibles de la UJI, duraron un día enteros
- Libretita de notas de Mickey Mouse
- Hoja con informaciones varias: calles de los albergues (esto será relevante), cómo llegar del albergue al sitio de conferencias, captura de pantalla de google maps, horario de eventos
- Hoja con el justificante de pago de la entrada a la BC
- Libro "¿Hay algo que coma avispas?" para el viaje, muy interesante
- Cargador del móvil
- En la maleta:
- Paraguas (sin usar)
- Bolsa de plástico con jabón y champú
- Bolsa de plástico con chanclas (hubiera necesitado unas más playeras que no retuvieran tanto la humedad)
- Un par de bolsas de plástico extra (sin usar)
- Libro "Introducing Character Animation with Blender", comprado allí por 30€ (Nota mental: comprar el Blender Basics)
- Secador de pelo
- Bolsa de ropa sucia con
- Una camiseta de manga corta
- Una camiseta de manga larga, delgada
- Tres pares de calcetines
- Cuatro calzoncillos
- Una toalla grande
- Pijama
- Neceser con cepillo y pasta de dientes
- Desodorante
- Una tableta de aspirinas y otra de frenadol (afortunadamente, sin usar)
- Dos pares de calcetines (sin usar)
- Tres paquetes de pañuelos (sin usar)
- Un jersey grueso de manga larga y cuello alto (sin usar)
- Una camiseta de deporte de manga larga con capucha semigruesa (sin usar)
- Un jersey grueso pero poroso de manga larga y cuello bajo (sin usar)
- Mininavaja-destornillador (sin usar)
- Tijeras plegables (sin usar)
- Cortauñas (sin usar)
- Dos pantalones de pana largos (sin usar)
- Lo que traía puesto:
- Chaquetón impermeable con capucha
- Guantes y bufanda (sin usar)
- Un caramelo para la garganta (sin usar)
- Rebeca fina con cremallera
- Calcetines (demasiado ásperos)
- Zapatillas
- Camiseta de manga corta
- Calzoncillos
- Pantalón largo de pana con:
- Cartera (tarjetas de crédito, identificación o SIP, dinero, útiles para abrir cerraduras..., tarjetas de contacto de la gente...)
- Cadena con llaves
- Un paquete de pañuelos
- Un caramelo
- Teléfono móvil con auriculares para escuchar la radio por el camino
- Un sobrecito de limpiacristales (sin usar)
- Un clip (sin usar)
- Media esfera pequeña de plástico transparente (¿¿¿???) (sin usar)
Ahora vamos a por el viaje. Salgo de España el jueves 11 junto con David Millán "Damiles", un amigo blenderita de Valencia (que además ha programado alguna cosilla para el propio Blender). El tiempo en Valencia y alrededores estaba algo p'allá, el avión se iba a retrasar casi una hora, y luego estuvo dando algunos tumbos de camino a Ámsterdam al pasar por entre las nubes.
Aparte de eso (y de que me pitó el detector de metales, pero el chequeo no fue en absoluto intensivo) no hubo ningún contratiempo hasta llegar al lugar. Una vez allí, los dos nos volvimos a asombrar de la cantidad de guiris que hay en el extranjero. Ayudamos a un par de españoles a encontrar la estación de tren hacia Ámsterdam (hay una máquina de tickets con monedas en el centro de la estación, y luego es camino "Den Haag"; llegas a Ámsterdam Estación Central tras tres o cuatro paradas).
En la estación de trenes vinieron a recogernos 8Tintín, Jandro, Koex, Luis y ese incombustible par de argentinos que responden al nombre (o nick) de malefico y Gustavo. Babeamos de camino al hostal de la cadena "Stayokey" en el que nos albergábamos (hay dos en la ciudad, y son lo más asequible para este tipo de estancias), ya que en Ámsterdam da la sensación de que la más fea trabaja de modelo o en series de televisión. Sinceramente, no sé qué les ponen en el desayuno. Supongo que un sándwich de pan raro con lechuga, queso y alguna salsa rara, que fue lo que todos los días teníamos en la Blender Conference para almorzar-comer (en una sola comida). Entre eso y que basan sus desplazamientos en bicicleta, son todas de la talla XXL. O igual hay menos gravedad, o algo. En fin, todas unos quesitos.
Así que dejamos las cosas en el hostal, y vamos a buscar algún sitio de cenar. Al final, nos decidimos por un kebab. Al ser el primer día, estamos todos bastante cansados, así que después de unas cuantas bebidas en el Café Cuba y otro lugar cercano cuyo nombre no recuerdo, nos retiramos pronto al hostal, donde nos encontramos con que en las habitaciones no hay una miserable mesilla de noche donde dejar gafas, móviles o similares. A un servidor le toca la litera de arriba, con lo que el momento de miedo y asco en Ámsterdam llega cuando me doy cuenta, ya en pijama una vez allí, de que tengo las gafas puestas, el pantalón (con la tarjeta para poder entrar en los sitios del albergue, la llave del candado de mi taquilla y el móvil) hecho una bola a mi lado, y hay gente durmiendo -y roncando...- por todas partes, de forma que haría bastante ruido si tuviera que volver a salir.
Al final, acabo optando por una solución McGuyver de dejar el pantalón hecho una bola junto a la almohada, las gafas enganchadas por las patillas a una barra de hierro del cabezal de la cama, y a dormir como buenamente se pueda.
El segundo día llega demasiado pronto, porque aquella habitación parecía Parque Jurásico, con sus velocirraptores, el triceratops y hasta un T-Rex que tenía justo debajo. Nos ponemos en marcha a las 8:30 de la mañana para asearnos (comprobando que el problema de infraestructuras se extiende al baño, bastante sucillo por otro lado) y desayunar (en mi caso, un sándwich con mogollón de nocilla y un bol gigante con algo que allí llaman "zumo de naranja natural" con mogollón de azúcar, para tratar de camuflarle la amargura).
De camino al lugar de las conferencias, mientras sorteamos la jungla de bicicletas suicidas, una vergencia en la Fuerza nos hace encontrarnos con Pepeland, que se albergaba en un hotel distinto al nuestro, por no haber encontrado un sitio viable en ningún otro lado. Su hotel estaba exactamente a tomar por saco a mano derecha del lugar, así que llevaba como una hora caminando cuando lo encontramos.
En el lugar de las conferencias recogemos un sobre con nuestra identificación y el calendario de eventos, y nos cruzamos con otros monstruos de primera línea de Blender. Es emocionante y fantástico tener a esa gente a tiro para comentarle cosas... si te aclaras...
En total habría unas 50 personas, entre las que se podían contar dos mujeres sin tener en cuenta a las de la organización o recepción. De esas dos mujeres, una parecía una mujer a simple vista, y curiosamente estaba sola y callada en un rincón. En cuanto al resto, había toda una mezcla de nacionalidades: por supuesto Holanda, Bélgica, México, Suiza, Sudáfrica, Australia, Italia, Alemania, Polonia, Estados Unidos, Reino Unido, Grecia, Finlandia, Francia (creo...) y cómo no, nuestro bastión hispanohablante de Argentina, Venezuela y España. Y seguro que me dejo alguna.
Ton Roosendaal (el Sumo Hacedor de Blender) inauguró las charlas con un breve resumen de la historia de Blender hasta el momento, y haciendo un repaso general a los actos de la BC previstos. Aparte de sus dos metros y pico y su ligero parecido con House en algunas expresiones faciales, su rasgo característico distintivo es, sin duda, su extrañísima forma de hablar, con problemas para pronunciar la "s" o la "g" mezclado con un duro acento holandés (quienes, si no se limpian la garganta de gargajos mientras hablan, NO están hablando holandés). Un tipo majísimo y muy accesible, por todo lo demás, con un sentido del humor tremendo y siempre dispuesto a la broma.
De este primer día se puede remarcar nuestra asistencia a la charla de malefico sobre Plumíferos, el primer largo de animación realizado en Argentina y únicamente usando herramientas de Software Libre. La mayoría de los españoles ya habíamos tenido el placer de escucharla en versión extendida y en castellano durante la pasada iParty, pero uno nunca se cansa de ver las maravillas que consiguen hacer esta gente.
También la clase de rigging, impartida a medias por malefico y Nathan Vegdahl (un tipo muy risueño con el que pronto hice muy buenas migas) fue interesante y aleccionadora.
La muestra de un par de proyectos de Enrico Valenza (por él mismo) nos dejó la boca abierta a muchos, y la presentación del próximo proyecto de corto con Blender, el Peach Project, dejó completamente claro que una herramienta no es nada sin un artista detrás, y que gracias a estos artistas, Blender evoluciona a un ritmo vertiginoso.
Hablando de artistazos, el punto más divertido del día vendría a continuación, cuando nuestro producto nacional Pepeland salió a mostrar algunos de sus trabajos. Ni qué decir que, aparte de en España, también fuera de nuestras fronteras su trabajo es una referencia para un buen montón de gente, y el que el inefable Daniel Martínez Lara haya fijado su vista en Blender (habiendo trabajado en programas de primera clase como 3DStudio Max o Maya), es sin duda uno de los mejores regalos que podrían hacérsele al desarrollo del programa.
Pepeland sudó la camiseta tras un montón de dificultades técnicas (primero su portátil no mostraba la imagen con la resolución correcta, y luego no podía controlar correctamente el visor con el portátil que le dejaron -Ton tampoco podía, fue una escena divertida-), y otro montón de dificultades lingüísticas (que asumo fueron compleeeetamente previstas y simuladas para causar luego el mayor impacto posible ;)), pero su trabajo dejó muchas mandíbulas por los suelos.
Fue fantástico escuchar después, durante los descansos, a la gente comentando sus increíbles formas de aplicar en Blender sus grandes conocimientos teóricos y de otros programas.
Bueno, a todo esto, se me ha olvidado comentar que la pobre chica que parecía una chica seguía sola la mayor parte del tiempo, así que pocas horas después de comenzar la BC, dos de los mejores hombres del ejército blendibérico que formaban un comando (Luis y un servidor de ustedes) iniciamos un ataque clásico envolvente. La chica se llamaba Katzaryne Karwobska (Kasia para los amigos), era polaca, matemática, conocía Blender desde hacía un año o así, y tenía interés en usarlo de alguna forma para su proyecto de final de carrera, basado en la formación de topologías complejas definidas mediante ecuaciones con Python. ¡Toma ya! Al final pasé la mayor parte del tiempo sentado a su lado, ya que siempre que llegábamos estaba sentada sola en alguna parte. Más tarde me extenderé al respecto.
Para cerrar el día de conferencias, nos hicieron una presentación de trabajos de animación, que participaban en un concurso de la propia BC, y a los que habríamos de votar al siguiente día. Algunas historias eran... bueno, algunas ni siquiera tenían historia, y en general el sonido estaba muy descuidado, pero había trabajos divertidos y de considerable calidad.
Tras el cierre de puertas, Ton propuso ir a cenar al mogollón, así que buscamos un chino que más o menos nos pudiera albergar a todos. Obviamente, no fue del todo posible, y nuestro grupo se disgregó durante la cena.
Me encantó poder asistir por el camino al vuelo nocturno de una pareja de cisnes. Qué maravilla, qué elegancia, qué bonito todo.
El chino no estaba nada mal (aunque toda la comida esta ligeramente más cara que en España, como 1'3 veces más), y luego de vuelta al Café Cuba, lugar agradable y de temática obvia, que parece ser el preferido de muchos de los asistentes.
Me quedé fuera, tomando la fresca (tienen unas frescas de gran calidad allí XD) para evitar que el tufo del tabaco (o lo que sea) de la gente me volviera a dejar la ropa hecha un guiñapo. Al cabo de unos diez minutos comencé a aburrirme de ver tías buenas pasando (más tarde, Koex me desarrollaría la interesante teoría acerca de que esa extrema facilidad para encontrar mujeres bonitas dispuestas es contraproducente para la líbido). También me había aburrido de ver borrachos meando en los meaderos públicos de la plaza (que consisten en algo así como la parte superior de un exprimidor de naranjas gigante pero de sólo cuatro "estancias") y borrachos meando a diez metros de los meaderos públicos, contra los edificios. Me acerqué a un par de dos jovenzuelas que estaban hablando en la mesa contigua. Les pregunté si podía sentarme allí, les expliqué el tema de que estaba esperando al grupo y que me aburría, y también que me vendría bien practicar un poco el inglés hablado, ya que (como habíamos podido observar a lo largo del día) el nivel del mismo de los españoles que fuimos era "the worst".
Ellas fliparon un poco por la situación tan surrealista, pero no pusieron ninguna objeción, y hablamos durante una media hora sobre todo un poco. Me dijeron sus nombres (Ilonka y Henneke -pronunciado algo parecido al Hannuka judío pero con aes abiertas-) y me enseñaron algo de holandés (Ik ben Emilio. Ik ben sesentwintig, en ik woon in Valencia; Soy Emilio, tengo 26 y soy de Valencia).
Fue muy divertido. Me preguntaron si iba a pasarme por allí al día siguiente, les dije que probablemente sí pero que no lo sabía, y Henneke me envió un sms con el texto escrito de lo anterior para que no lo olvidara. Lamentablemente, me había dejado el móvil cargando en el hostal, y me temo que no les di el número correctamente (bonk!).
Del segundo día de conferencias (nuestro tercer día en Ámsterdam) podría destacar el frikismo de la charla sobre el modelado neuronal de la vista de una mosca por parte del hermano pequeño de Leonardo Di Caprio. Me recordó que, tiempo atrás, DJ Fight y yo intentamos hacer alguna simulación de visión compuesta con Blender, con resultados más o menos pésimos :D
El todoterreno Andy nos habló del DVD sobre la creación completa de una escena que está llevando a cabo, y fue tan impactante que me vi moralmente obligado a proponerle encargarme de su traducción al castellano (bastante mejor que mi inglés, tuve que añadirle como pude...). Ese tipo distorsiona el continuum espaciotemporal a su alrededor, qué monstruo.
Me perdí muy a mi pesar la charla sobre programación de animación de bandadas con Python, a cargo de un señor mayor australiano que, por lo poco que lo pude conocer, destilaba entusiasmo y maestría por sus poros. Qué lástima...
Más o menos a esas alturas me dio por usar el librito del calendario de eventos para empezar a recoger firmas de la gente. No las conseguí todas, pero al final del evento posiblemente tuviera las del 80% de la gente.
En el rato entre charlas, y aparte de otras muchas extrañas cosas, Kasia me contó que le desconcertaba bastante que me pasara la mayor parte del tiempo sonriendo. Al parecer (si no la entendí mal), allí la gente suele estar seria de normal, y si sonríen mucho es algo así como para tratar de esconder que realmente las cosas les van mal. ¡Están locos estos polonios 210!
Hacia el final de la tarde hubo una sesión de propuestas para implementar en Blender, y de nuevo Pepeland volvió a hacer una demostración de prestigio y de inglés de peli de Paco Martínez Soria, con frases como "The good thing is que you can [...]". Hilarante a la vez que altamente constructivo :D
Esa noche nos prepararon un buffet para los asistentes en el propio lugar de conferencias. Había un poco de todo, y la verdad es que cené estupendamente. Me resultó curioso constatar lo que Jandro había contado el día antes: se puede saber de qué nacionalidad es alguien sólo con observar su tono de voz. Españoles e italianos somos de lo más escandalosos, seguidos por los de Estados Unidos de Norteamérica. Luego ya vienen los de Reino Unido, Alemania y Holanda. Para escuchar a Kasia, prácticamente tenía que acercar mi oído a cuatro dedos de su boca (que tampoco es que me importara demasiado).
Cómo no, de algún modo acabé cenando en una mesa aparte con Kasia, que me confesaba que estaba bastante decepcionada con la forma en la que se desarrollaban allí las "relaciones sociales". Preguntándole sobre aquel aspecto, me contó que en las fiestas de Polonia, la gente suele estar cambiando constantemente de "grupo de conversación", dándole un toque más dinámico y fluido a las charlas. Le propuse tres teorías por las cuales me parecía plausible que aquí la gente no se acercara a ella (excepto Luis y Damiles y algún otro, esporádicamente):
- Que eran unos frikis autistas que preferían blenderear en el ordenador antes que hablar con otra gente
- Que eran unos frikis autistas a los que les daba miedo hablar a una chica real
- Que igual como yo pasaba tanto tiempo con ella pensaran que hubiera algo ahí y no quisieran molestar
Las charlas con Nathan fueron impagables; no sé muy bien por qué, terminamos hablando sobre la circuncisión en Estados Unidos, fue muy divertido (estábamos todo el rato sonriendo, y Kasia le preguntó a él si su sonrisa era de verdad o estaba simulándola, cosa que a mí me hizo muchísima más gracia todavía).
Bueno, el caso es que al rato salió el tema de que muy poca gente había hablado con Kasia, a lo que Nathan sugirió que quizá fueran autistas que preferían pasar el tiempo con el ordenador, o les daba miedo hablar con chicas reales. Adoro a ese tipo :D
Por la tarde le había preguntado que a qué dedicaba las noches en Ámsterdam. Me dijo que, dado que su hostal estaba muy lejos, se iba pronto hacia allí y se quedaba hablando con sus compañeras de habitación, ya que tenía miedo de ir sola por los sitios. De hecho, no pensaba quedarse a cenar, pero le dije que no se preocupara por eso, que hay bastante vidilla por el centro de Ámsterdam y que, a pesar de los molestos borrachos y de los vendedores de droga (que básicamente se quedan parados como estatuas de ébano recitando el mantra "cocaine, speed, amphetamine...") la ciudad no era tan insegura. De todas formas, me ofrecí a acompañarla hasta el hostal cuando termináramos, propuesta que aceptó.
Llegó pues el momento de largarse hacia allí. Paseamos hasta la entrada de Ámsterdam junto con Hox y Mijail, dos simpáticos blenderitas de los que aprendí que hacer el símbolo de Blender (como un "Ok" con la mano) es ofensivo para los italianos, ya que viene a significar para ellos "Me gustaría follarme a tu madre, y con cuantos más amigos, mejor". En realidad no llegué a comprobarlo con los colegas italianos; Hox parecía saber un montón de muchas cosas, y me fío de él.
Al llegar a la entrada de Ámsterdam, Kasia y yo fuimos caminando durante poco más de una hora, alejándonos poco a poco del centro de la ciudad hasta llegar a un lugar más bien oscuro y con gente poco recomendable. Tuve que reconocer que aquello no parecía lugar para andar a solas -aunque quizá más por prejuicios que por lo que hubiera realmente-, así que después de llegar y aprender cómo se dice "dulces sueños" en polaco (Słodkich snów! Ojo con la pronunciación, porque ese /suotkij/ parece significar algo realmente bochornoso si no se dice bien, aunque aún no sé qué) decidí tasar mi integridad física en lo que costara un taxi que me llevara hasta el hotel. No tenía un mapa ni nada, así que estaba completamente perdido a menos que deshiciera la hora y pico de camino (y eran la 1:20 a.m.) y luego rehiciera la media hora hasta nuestro Stayokey.
Los astros se alinearon y un taxi dejó a unas cuantas personas justo delante de mí. Entré en el taxi, saqué el papel que llevaba con la información sobre los hoteles, y le di la dirección del Stayokey en el que creía que nos hospedábamos. Según la hoja, estaba a una distancia abordable caminando del lugar de las conferencias, así que supuse que era el de Timorplein.
4 kilómetros, 20 minutos y 20€ después, el taxi me dejaba en un lugar completamente desconocido para mí. Obviamente, me había equivocado de hostal. Entré, sin embargo, y le conté la historia al guardia de seguridad del lugar (que para colmo no era de allí y no sabía dónde paraba el otro hostal). Después de apañárnoslas con algunos planos y alguna llamada telefónica, decidimos que el otro hostal quedaba a unos 40 minutos caminando y que la opción más sensata sería llamar a otro taxi. 2 kilómetros, 5 minutos y 12€ después, un servidor de ustedes llegaba a su hostal sano, salvo, soñoliento, divertido por la experiencia y con un estupendo tour nocturno por el suroeste de Ámsterdam.
Pude aprovechar para preguntarle al primer taxista si eran frecuentes los accidentes con bicicleta. Me comentó que no mucho, pero que en caso de accidente, la policía le ponía la multa indefectiblemente al conductor del coche. También me comentó que el límite de velocidad dentro de ciudad es de 50 km/h (se lo pregunté porque iba como un cohete). Con el segundo taxista tuve un divertidísimo momento de "intentar pronunciar la calle a la que quería llegar: Kloveniersburgwal". Aquello era impronunciable para mí; el taxista lo intentó sílaba a sílaba. Él: "Klo". Yo: "Klo". Él: "fien". Yo: "fien". Él: "sgruabuasfbuscgjjjajbgb". Yo: "I'm sorry, but this is pretty unpronounceable to me!". Recordad: si no te limpias los gargajos cuando la dices, no es realmente una palabra holandesa.
En fin, adjunto al final un mapa con la situación general. Al final, estaba bastante más cerca del sitio de lo que creía, vaya vuelta más tonta que me di :)
En el último día (de conferencias) fuimos a tomar un té al Nieuwmarkt (que a mí me hacía venir a la cabeza la musiquita de Disney), de camino hacia el lugar de las conferencias (de hecho, antaño las conferencias se habían hecho en ese restaurante o lo que fuera, pero se les quedó pequeño).
La primera charla del día versó sobre el proyecto Peach, del que esperan que sea un corto estúpido con divertidos y peludos animales. "Fun and flurry" es el lema, y el título "Rabbit's revenge". No sé cómo nos las apañamos esa misma noche para pensar en la versión X del asunto (también fun and flurry y con rabbits).
Después se sucedieron unas cuantas e interesantes conferencias (sobre las que no me voy a extender, haber venido :P) y el forum master de Blendernation comentó un poco acerca de cómo funciona su comunidad. Aquella noche hablé con él sobre el reflejo de lo que nosotros vivimos en el foro de 3DPoder, con su gente fantástica, sus temas flamígeros y surrealistas, etc. Él fue quien me preguntó por qué los españoles hablábamos tan mal inglés, por cierto. Y quien me dijo cómo se llamaban esos extraños palitos con una base plana cilíndrica aplastada y con agujeros (como una moneda agujereada pinchada en un palo) que servían para remover mojitos y similares. Era una de esas palabras holandesas que dan tos al pronunciar, así que la olvidé al milisegundo, pero la traducción literal era "palito para remover", si no recuerdo mal.
Al salir de la BC, los blendibéricos nos marcamos una foto con Ton. Yo aproveché para hacerme una con Nathan, y para proponerle a Ton unos cuantos asuntos para mejorar la velocidad de interfaz de uso con Blender. También le propuse, para el siguiente año, el hacer una foto final de grupo y añadir un libro de visitas o algo, que siempre queda bonito.
Luego nos despedimos de mucha de la gente que ya se iba (Kasia entre ellos), y fuimos a cenar con los italianos a un ídem, donde no sé por qué surgían espontáneamente ritmos percusivos cada vez más sofisticados que nos amenaz... amenizaron la noche. Por el camino, nos cruzamos con un señor de blanco impoluto yendo en bicicleta. Le comenté a Koex que parecía el arquitecto de Matrix y él, ni corto ni perezoso, se asomó a la calle por la que acababa de desaparecer y gritó "Hey, what is the Matrix?!". Espanioles...
Hablando de Koex, confundimos un par de veces su nick por el de otro blendiberita que no pudo venir, el zárágózánó Klópes. Hubo un divertido momento de "¿dónde está Klópes?" que derivó en la escena de Klópes esperando solo con las maletas en un aeropuerto, con la famosa expresión del Miculo Culquin en "solo en casa".
Tras ver la carta del italiano, malefico dejó bien claro que quedaban prohibidos todos los tipos de chiste con la parte del "penne". Algo difícil, ya que con cosas como "penne alla putanesca" o "pennn della casa" no se dejaba mucho a la imaginación. Afortunadamente, no había nada contra lo que había pedido Luis, "lasaña del cocinero", así que Pepeland y yo nos permitimos el semiescenificar el momento en el que el cocinero pregunta quién había pedido ese plato, sacaba un cuchillo y comenzaba a clavárselo repetidamente (con saña, vamos).
Ya en el Café Cuba, contamos con la compañía de Ton y alguna de la gente del Peach. Ya he comentado antes alguna de las charlas que tuvieron lugar, pero hay que destacar el estupendísimo trabajo de imitación que había conseguido uno de los tipos italianos. Nuestro Jandro también conseguía algunos momentos, de forma que sugerimos la creación del Ton Imitation Contest para el siguiente año. Malefico hacía el contrapunto con la imitación de alguien cuyo nombre no recuerdo, ni quiero recordarlo tampoco :D
Pude comprobar durante esa noche que, excepto los italianos (que son unos cabrones), el resto de gente estaba bastante seria la mayor parte del tiempo. Los nórdicos tienen un sentido del humor muy... intelectual o algo.
Al salir de allí (porque nos echaban para cerrar, básicamente) una fermosa damisela se encontró en apuros con la cadena de su bicicleta-caballo. Al principio nos dedicamos, como buenos españoles, a quedarnos a un lado riéndonos de la situación, pero la pobre al final dijo que dejáramos de reírnos y le echáramos una mano. Después de que casi todo el grupo se metiera por allí para intentar reparar a la terca bicicleta, Damiles consiguió reparar la posición original de la cadena, heroicidad que le valió un buen pedazo de abrazo de la susodicha. Él y Luis (que no deja pasar una, el tío) terminaron con las manos pringadas de grasa, que hubieron de lavar en otro bar de la misma esquina de la calle, justo delante del lugar donde a la chica se le volvió a salir la cadena 14 segundos después de habérsela arreglado. Allí, cuando una bici se rompe, se rompe de verdad.
Al final de la noche nos dimos una vuelta rápida por el barrio rojo. Allí sólo estaban los turcos, los traficantes y nosotros. En los escaparates, decenas de cuerpos rayando lo divino sin apenas clientela venían a corroborar la teoría de Koex: cuando todas están como un queso y son tan asequibles, y aún así sabes que en el peor caso siempre puedes ir a esa parte de la ciudad a hacértelo con una semidiosa, se pierde toda la emoción, y la líbido con ella.
Una de ellas tenía un fuerte parecido con Cindy Crawford, que uno de nuestros acompañantes nos hizo notar. Alguien que paseaba por allí le dijo algo como "muy bonita, pero igual luego es un tío". "Sé que no es un tío", añadió el acompañante. "¿Cómo lo sabes? -Porque ya estuve aquí anoche". En fin :D
A malefico se le ocurrían ideas perturbadoras como pasar por delante de alguna de sus casetas hablando sobre la arquitectura del edificio. Nos echamos un montón de risas de camino al hostal.
Y por fin, el último día, la vuelta. Por la noche me di cuenta de que mi toalla había sido raptada para llevarla a la lavandería (había un cartel advirtiendo de que toda prenda que estuviera en la planta sería llevada allí, pero pensaba que se limitaba al cuarto, y no al pasillo de las taquillas). A la mañana siguiente hice una escapada para recuperarla, y después de recompilarnos y almorzar, Damiles y yo nos despedimos de la gente que había por allí. Camino del aeropuerto fuimos hablando con un blendiberita alemán que estaba metido en un proyecto de reconstrucción de escenarios en 3D a partir de fotos. Yo iba odiando la maleta (de la que acabo de descubrir que puede extender mucho más el mango... ¡mierda!), por el mango y por su ruido. Para otra vez, mejor la mochila.
El avión estuvo mucho más tranquilo que la primera vez (o nosotros íbamos mucho más cansados). El viaje en cola es mucho más ruidoso. Al llegar a casa me di cuenta de que tenía una dolorosa ampolla en la cara externa del dedo pequeño del pie izquierdo.
A partir de aquí, me están haciendo falta unos cuantos días para defragmentar mi vida y dejar de echar de menos tantas cosas...
Yyyyyyy eso es todo. ¡Blendiberitas power! El año que viene repetimos, espero.
P.D.: Os dejo con la fantástica crónica de malefico.
8 comentarios:
He estado cotilleando y me encontré los suzanne awards. Es un poco peñazo descargar todos los vídeos. En you tube, me encontré estos:
Stop - Eoin Duffy
http://www.youtube.com/watch?v=OVkQbQmGEWA
Snakes can fly - Daniel Lima
http://www.youtube.com/watch?v=eivTOHlOSWc
The dance of the bashfull dwarf - Juan Pablo Bouza
http://www.youtube.com/watch?v=JD3sAJg8xkU
Night of the Living Dead Pixels
Behind the scenes: Night of the Living Dead Pixels
http://www.youtube.com/watch?v=btAat82Um
Trocitos varios
http://tehosekoittelu.wordpress.com/
Petunia
http://www.youtube.com/watch?v=AOlwuAvmnrY
(si el camino fuera en cuesta, sería idéntico al que lleva de Os Cadavás al pantano del Eume, en Puentes :-))
The Suzanne Awards Announcements 2007
http://www.youtube.com/watch?v=P6SaR9GsiqA
profit! :-)
Otro:
Alchemy - Jason Pierce
http://jasonpierce.animadillo.com/video/alchemy/watch.html
(jopéeee... lo que cuesta llegar a los comentarios ;-) )
Me gustan las listas mucho. Y los sugus de naranja. Prometo más fotos pronto. Muá!
Pedazo de entrada! ufs! tengo que reservar una tarde para cotillear el blog, no me ha dado tiempo a mucho!, un beso fuerte, muak!
¿Usa blender para hacer su tesis sobre topología?
Era mía, cabronazo...
Toda para ti :P Ya le he dicho que te envíe algo contándote el proyecto, lo que no sé es si se atreverá. Si no te dice nada, ya te paso su correo y te las arreglas tú :D
He disfrutado más leyéndote que si hubiese asistido a la BC. Escribes de muerte Mars, ¿para cuando el premio Planeta?
un beso muy grande!
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