Ayer, mi abuelo, en una esporádica visita al pueblo donde ha vivido casi toda su vida (y que, desafortunadamente, dudo que pueda visitar tanto como él quisiera), me contaba cómo había cambiado todo.
Construcciones donde sólo había huerta; vecinos "de parcela" que antes iban a tu casa a decirte que había visto que tus higueras estaban bien llenas y que no hacía falta que fueras a recogerlas, que ya te traerían ellos lo que hubiera; volver a casa y dejar en la calle, frente a tu puerta, tus utensilios de trabajo y algún animal; gente que, si atardecía y no habías terminado tu trabajo, te echaba una mano para que terminaras... "T'auela, els dies que nevaba i no hi havia res que menjar, anava amb un sac de pèssols per a repartir-lo entre els pobrets. I ara, la gent ni se mirem".
Subir las escaleras de esa casa (siete pisos, nada menos) fue todo un suplicio para él, que apenas deja de practicar el silling para pasar al nevering. "Abans, podia baixar amb el matxo des d'allà dalt de les Poviles (una parte de la montaña más alta de Eslida) fins ací baix amb un sac de seixanta quilos al llom sense cansar-me, i ara...".
Fue triste recordar que "los buenos tiempos pasan". Agradable pensar en el buen rollo de aquellos días que no viví. Sobre todo, reencontrarme con la imagen de mi abuela, mucho más joven y con un corazón a prueba de balas, repartiendo comida a los que la necesitaban. Algo de eso debe heredarse, porque me muero de rabia cada vez que paso al lado de alguien que está pidiendo, o tocando música por los callejones, y no tengo nada que ofrecerles.
Quizá todo iría mejor si mañana nos levantamos, y...
Construcciones donde sólo había huerta; vecinos "de parcela" que antes iban a tu casa a decirte que había visto que tus higueras estaban bien llenas y que no hacía falta que fueras a recogerlas, que ya te traerían ellos lo que hubiera; volver a casa y dejar en la calle, frente a tu puerta, tus utensilios de trabajo y algún animal; gente que, si atardecía y no habías terminado tu trabajo, te echaba una mano para que terminaras... "T'auela, els dies que nevaba i no hi havia res que menjar, anava amb un sac de pèssols per a repartir-lo entre els pobrets. I ara, la gent ni se mirem".
Subir las escaleras de esa casa (siete pisos, nada menos) fue todo un suplicio para él, que apenas deja de practicar el silling para pasar al nevering. "Abans, podia baixar amb el matxo des d'allà dalt de les Poviles (una parte de la montaña más alta de Eslida) fins ací baix amb un sac de seixanta quilos al llom sense cansar-me, i ara...".
Fue triste recordar que "los buenos tiempos pasan". Agradable pensar en el buen rollo de aquellos días que no viví. Sobre todo, reencontrarme con la imagen de mi abuela, mucho más joven y con un corazón a prueba de balas, repartiendo comida a los que la necesitaban. Algo de eso debe heredarse, porque me muero de rabia cada vez que paso al lado de alguien que está pidiendo, o tocando música por los callejones, y no tengo nada que ofrecerles.
Quizá todo iría mejor si mañana nos levantamos, y...
10 comentarios:
Sé que hay alguien que comprueba este blog nada más levantarse, así que esta entrada va dedicada ;) ¿Te gusta el cambio ahora?
Eso nos quita el derecho a opinar a los que lo hacemos de noche? nadie esribe por aqui hoy... curioso, No funciona eso de dedicar las entradas ;)
Sorry , pero me meti de puro sapo a este blog, me gustó la historia, pero nosé ke ostia son esos malditos idiomas extraños ke pones, eso adios xaupp
=)
lizas vuelva algun dia
Yo tampoco entendí los idiomas, pero me gustó lo que escribiste. Y sí... da impotencia cuando no podemos ayudar al otro en el momento que quisiéramos, por más pequeña que pueda ser nuestra colaboración.
Ei 1001!! pues nada, que para una vez que me animo a enchufarme en un ciber va la uji y casca ...
actualización: ya iba y por eso te he dejado.
A lo que iba, meu: estaba releyendo lo de tu abuelo y una cosiña. Está bien acordarse de cómo iban antes las cosas, pero hay que tener también cuidadiño con la morriña mal entendida de tiempos pasados. Corremos el riesgo de caer en lo de "esta juventud de ahora..." ¿me entiendes? :-)
Quiero decir, cada época tiene sus cosas. Cuando tu abuelo era joven, el universo era muy pequeño, su "universo" era el pueblo y seguramente por ello uno se volcaba más en sus vecinos. Tú tienes la suerte (y la desgracia(*), quizás también) de vivir en un mundo mucho más amplio en más de un sentido... igual por eso no pensamos tanto en nuestro vecino de al lado, pero somos más conscientes de los que ocurre en otros lados...
Uys, no me estoy explicando bien. Pero es que estoy de vacas! ;-). Bezoz...
PD: (*) Mira que felices estaríamos si no nos enteráramos de lo que ocurre en Beirut :-(
Coincido con lo que dice servidora... ahora estamos más abiertos a lo que sucede en el mundo, y nos pega de distintas formas. Antes tal vez había muchas cosas de las cuales no se sabía nada. Claro... algunos preferirían vivir como antes, tal vez se sufriría menos. Pero una vez que vemos lo que pasa en el mundo, no queremos dejar de saberlo... porque es parte de nuestro mundo y del que vivirán nuestros hijos.
Cualquier tiempo pasado NO fue mejor, de ninguna manera.
Con todos mis respetos a tus abuelos, este presente también es responsabilidad suya, del mismo modo que lo que sea en el futuro es responsabilidad de los que ahora son jóvenes...
Un beso
Por fin "de vuelta". Estoy de acuerdo en que idealizar el pasado no es nada bueno, y que, por lo normal, las pasaron muy canutas.
Aunque tampoco afirmaría rotundamente que no hubo mejores momentos en el pasado que nuestro presente. Puede que vivieran menos, por enfermedades. Puede que no tuvieran los lujos con los que contamos.
Pero chando un vistazo a lo que hay hoy en día, cabe preguntarse si somos más felices (hablo más como pequeños grupos de sociedad que como individuos o como todos en general) de lo que sería un pueblecito de hace trescientos años, en alguna época de paz.
Saludetes.
Cari, hay una cosa que no me discutirás: la vida es muy cortita para tener morriña de una época que no se ha vivido y sólo conocemos de sueños...
No te voy a venir con lo de vivir el presente y tal y tal, pero ... entre que estoy empezando a ser lo suficientemente mayor como para no querer perder el tiempo soñando (¡cuándo puede se vivir!) y aún no estoy tan vieja como para vivir de mis recuerdos de juventud... yo voto por hoy (sin renegar de lo que hicimos ayer, conste)
Pues ¡qué quieres! Los 15 años NO son la única edad difícil... ¡supongo! :-)
Será que mis posibilidades de vivir están demasiado limitadas. A ver para cuándo ese viajecito a la ISS.
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