Sin duda, hay muchísima ciencia en los videojuegos. Y me recuerda a las escasísimas mujeres que conozco en el ámbito de la programación (de videojuegos y en general) tras casi veinte años dedicado profesionalmente a ellos. A pesar de que posiblemente sea de los campos donde mayor ha sido su contribución a la creación y auge del propio campo. Y eso me recuerda a un evento reciente de inversión en proyectos relacionados, con diez empresas explicando sus ideas y un total de 0 representación femenina en ella. Diría que más que en 2025 estamos en 1960, pero creo que en aquella época la proporción era la inversa.
En este campo, más que un techo de cristal, parece haber ya un suelo de cristal.
Esta entrada participa en la iniciativa Café Hypatia.
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