27.11.23

Me moría

Natxo BaCkSiDe Morell fue un joven truhán y hacker, a quien la fibrosis pulmonar quística se llevó prematurísimamente el 14 de septiembre de 2005. Tenía la particularidad de ser increíblemente irreverente, ácido y grosero, pero empacado de una forma extraña que lo hacía resultar encantador. No hay más que leer las loas que todavía se pueden consultar en su última entrada salvaguardada por la Memoria de Internet, Archive.org.

Gloria Glo Martínez, una Fuerza Viva de la Naturaleza que fue primero profesora, y luego compañera de fatigas asociacionales, amiga y mentora de vida, me escribía esto el 16 de abril de 2008:

El otro día leía lo que has escrito en el blog de Natxo y me lo he imaginado partiéndose la caja. Bueno, yo me reí porque muchas de las cosas que decías que él te ha enseñado, me las has enseñado tú a mí. Si yo tuviera un amigo que me hubiera hecho tanto caso como para estar seguro de que me iba a mantener tan vivo después de muerto, es posible que tampoco le diera tanta importancia a la muerte. A la Natxolización por la Emiliolización :-)

Sincronicidades del Cosmos, un tumor cerebral fulminante, secundario a otro de pulmón, se la llevaría casi justo un año después, el 14 de abril de 2009. En este caso, el boquete que dejó es sencillamente incalculable y, si pasas por su querida Fene natal, de la que tanto hablaba (la morriña ;)), puedes visitar un memorial en su honor.

El 19 de diciembre cumpliría 57 (ella diría 39). El año que viene, si C'thulhu no lo remedia, llegaré a su edad. Por mi cabeza desfilan mil preguntas, algunas a lo Black Mirror: ¿una IA alimentada por sus huellas virtuales, antes de que se desvanezcan? ¿Me recordarán a mí con un evento de chistes malos año tras año quienes me conocieran? Yo mismo tengo malísima memoria, entendería que se olvidaran de mí.

Al principio me preocupaba si llegaría a olvidarlos, a este par y a otras personas (hola, Kake) que se fueron dejándome cada cual con valiosísimas lecciones de vida. Luego he visto que su impronta en mí fue tan fuerte que parte de mis volutas cerebrales son suyas, que ellos son a través de mí, al punto de preguntarme a veces «qué diría X», pero sabiendo perfectamente lo que dirían. Es más, escuchando qué dirían. Su memoria es mi memoria.



Esta entrada participa de la iniciativa Divagacionistas

P.D.:

La última entrada de Natxo.

La última entrada de Glo.

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