15.8.21

A ojos de Kent Cullers

Con los auriculares puestos en busca de patrones entre el ruido cósmico, Cullers escudriña el misterio de la inteligencia extraterrestre en el Universo, a la caza de una señal de contacto. Un ateo suele decirle a un creyente que "solo cree en un dios menos que él". Él podría decirle a cualquiera que no sea ciego que "solo ve unas pocas frecuencias menos que él".

Volver lo invisible visible –o, en ocasiones, audible– "traduciendo" ciertas frecuencias electromagnéticas a otras que pudiéramos ver o escuchar, ha sido una constante humana desde el momento en que Herschel descubrió la existencia de los infrarrojos. Desde entonces, hemos conseguido "ver" el infrarrojo, el ultravioleta, los rayos X y hasta los gamma, y convertido las señales de microondas y radio en partes cotidianas de nuestras vidas para traducirlas a imagen y sonido. 

También hemos copiado la ecolocalización de la naturaleza para crear radares que nos permiten ver desde fondos abisales a superficies de planetas y lunas de nuestro vecindario. Tenemos dispositivos en zapatillas para ciegos que alertan de obstáculos, con esa misma tecnología. Hemos usado ondas sísmicas para conocer nuestro núcleo planetario. Gravitacionales para ver la colisión de agujeros negros en lugares, por suerte, muy, muy lejanos. ¡Hemos visto el propio agujero negro!

Hemos tornado visibles estructuras y partículas de tamaño microscópico, molecular e incluso atómico. Hasta conseguimos detectar esquivísimas partículas como el Higgs o los fantasmales neutrinos. Se nos escapan, todavía, la materia y energía oscuras, aunque "veamos" sus efectos. Podemos saber de qué están hechas las estrellas y cúmulos estelares de gas viendo sus patrones espectrográficos.

Cullers, más conocido como Kent Clarke, no puede ver. Sin embargo, a la vez, aunque más como Daredevil que como el personaje con quien su alias cinematográfico juega, tiene el superpoder de escudriñar los enigmas más profundos del Cosmos.

Los humanos somos animales prácticamente ciegos. Pero, gracias a la ciencia, somos los seres vivos con mejor vista de la realidad, capaces de ver lo invisible.


Esta entrada participa en la iniciativa Café Hypatia.