No siempre una herencia es buena,
como la que nos legó Freud,
o los Mengele de turno,
así que venid aquí, oíd:
La ciencia a veces da pena,
y hay que limpiarla de hollín;
algunos saben; tú, no,
y te la cuelan fácil así.
La cúrcuma de tu abuela
no es magia cual la de Merlín.
Otra vez no es más que humo
de charlatanerías sin fín.
Y como ese ejemplo, cuelan
de pseudociencias, veinte mil.
Para señalarlas, uno
vive en un eterno sinvivir.
Esta entrada participa en la iniciativa Café Hypatia.