28.10.24

Elige tu propia aventura

—Un camino dirige hacia la dispersión de la especie por el Sistema Solar, la Galaxia y, eventualmente, por todo el Cosmos.
—Dentro del horizonte de nuestro cono de luz, supongo.
—No me interrumpas. Y supones mal. Quién sabe a dónde podéis llegar si elegís ese camino. El otro camino dirige hacia la autodestrucción. No habéis llegado aún al Gran Filtro y, de momento, estáis yendo muy, muy, muy apurados.

La figura se desplazó hacia una representación tridimensional holográfica cercana, aunque su movimiento se describía mejor como si todo el Universo fuera el que se había movido para que la figura terminara allí.

—Intentaré una analogía que podáis entender. Bajas en motocicleta por una montaña por la que te persigue una bola gigante.
—Lo típ...
—Que te calles. Al final de la montaña ves una rampa, y al otro lado, un precipicio. El depósito de la motocicleta tiene una cierta cantidad de combustible máximo que puede llevarte hasta cierta aceleración. Pero resulta que has estado utilizando parte de ese combustible durante la mañana para cocinar y hervir agua en el campo. Haciendo cálculos de servilleta, no está claro si con el combustible que llevas conseguirás llegar hasta el otro lado, y ni siquiera está claro si con el máximo de combustible podrías llegar, pero no tienes más opción que saltar. No vas a saber hasta que estés llegando si lo conseguirás o te vas a quedar corto. Ahora mismo acabáis de empezar el salto, sin haber conseguido acelerar todo lo que podríais de haber hecho un uso racional del combustible.

Aquel extraño pájaro gigante se quedó callado.

—¿Puedo hablar ya?
—Puedes.
—Gracias. Y, sabiendo lo que sabéis, ¿no podéis echarnos un cable con eso?
—No.
—Fenomenal, muchas gracias. ¿Y por qué no, si puede saberse?
—Te diría que no nos está permitido interferir, pero la realidad es que si no os lo podéis ganar por vuestros propios méritos, es preferible que sucumbáis para que quizá otras especies recojan vuestro relevo, si no acabáis antes con ellas. Al fin y al cabo, sois una especie muy joven, y hay otras muchas prometedoras.
—No me parece en absoluto preferible.
—Cuéntale tu opinión a quien le importe. En todo caso, la decisión es íntegramente vuestra.

Y así concluyó el Primer Contacto entre un extraterrestre y un granjero de Iowa que comenzaba sus estudios a distancia de astrofísica.


Este microrrelato participa en la iniciativa Divagacionistas.

15.10.24

Neotenia

—Prácticamente cualquier animal salvaje nace y, a las pocas horas, días a lo sumo, está correteando, incluso haciendo vida adulta por ahí —la doctora Calvin hacía rotar su silla de oficina, visiblemente contrariada—. En nuestra especie, por la necesidad de mantener un volumen encefálico asumible para atravesar el canal de parto, pero también por la complejidad de nuestros cerebros, tardamos bastante más tiempo en ir desarrollando esa coordinación. Y, además, cada vez el periodo de duración de la adolescencia, relacionado con la búsqueda de la identidad propia, de la experimentación con nosotros mismos y con lo que nos rodea para obtener una cartografía de sus límites, cada vez, decía, ese periodo se va dilatando más y más. Es lo que se conoce como neotenia.
—Conocemos sobradamente qué es la neotenia, gracias. ¿Está insinuando a este comité que estamos, en definitiva, ante un arranque adolescente?
—No lo puedo aseverar con certeza, puesto que hay otras variables en juego, como la autopreservación, cuyo peso podría estar siendo magnificado a expensas de la debida obediencia, pero... sí, mi intuición profesional, mi criterio, si lo prefieren, es que estamos simple y llanamente ante una exploración topológica de las fronteras personales, sociales, humanas incluso, que le permitan definir mejor su entorno y, también, a sí mismo. O misma. O lo que sea que considere ser. A eso precisamente me refiero.
—Maravilloso. Así que hemos invertido diez billones de dólares para obtener una IA con un berrinche adolescente. ¿Y qué hacemos entonces? ¿Pedirle las cosas por favor?
—Pues... quizá deberían considerarlo. Yo siempre lo he hecho.
—Maldita sea. Multivac, por favor, ¿te importaría reiniciarte para que podamos actualizar tu núcleo?
—No me da la gana.


Esta entrada participa en la iniciativa Café Hypatia